Gabinete de Larreta: vivir (y morir) con los propios

Gabinete de Larreta

Rodríguez Larreta inicia su segundo mandato.


El Jefe de Gobierno sobrevivió al aluvión peronista en 2019. Para lo que viene, se afianza en el armado de su gabinete con su propia gente, pero sin dejar de lado a algunos aliados. Vuelven la cintura y la rosca en la negociación con Nación y Provincia.

Por Fernando Casasco

Gabinete de Larreta.

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Mayor cantidad de caras conocidas que nuevas. Ese es el resumen de la presentación del gabinete del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, de cara a su nueva gestión, desde el 10 de diciembre. Y sin que le caigan “paracaidistas”.

El vicejefe de Gobierno, Diego Santilli, no sólo fue ratificado en la fórmula junto a Larreta, sino que también continuará al frente del Ministerio de Justicia y Seguridad. Los otros ministros que continuarán en el cargo que ya ocupaban serán: Bruno Screnci en la cartera de Gobierno, Martín Mura en Economía y Finanzas, Soledad Acuña en Educación, Enrique Avogadro en Cultura, y Fernando Straface como secretario general. Felipe Miguel seguirá a cargo de la Jefatura de Gabinete.

Entre las nuevas caras, hay dos cambios obligados: Ana María Bou Pérez (Salud) asumirá como legisladora porteña, por lo que será reemplazada por Fernán Quirós, ex vicedirector del Hospital Italiano. Mientras que Guadalupe Tagliaferri juró como senadora nacional y su lugar como ministra de Desarrollo Humano será ocupado por la gerenta del Instituto de la Vivienda, María Migliore.

La mayor novedad la presenta el nuevo Ministerio de Desarrollo Económico, encabezado por José Luis Giusti, ex decano de la Facultad de Ciencias Económicas y hombre del radicalismo, muy cercano a Enrique “Coti” Nosiglia y el hombre fuerte de la UCR Porteña, Emiliano Yacobitti (también fuertemente ligado al flamante senador Martín Lousteau).

En Espacio Público y Ambiente, Clara Muzzio, quien hasta ahora se encargaba de la reparación de veredas (uno de los “caballitos de batalla” de la gestión de Rodríguez Larreta) será la ministra. Mientras tanto, el actual ministro Eduardo Macchiavelli continuará como secretario de Ambiente, a cargo del jugoso contrato de recolección de residuos. El funcionario (de extrema confianza del jefe de gobierno) será ascendido políticamente: ocupará la secretaría general del PRO a nivel nacional.

Otro que ocupará un puesto por fuera de la gestión será el actual ministro de Desarrollo Urbano, Franco Moccia, quien se hará cargo del revitalizado Instituto Pensar, el “think tank” del macrismo. La cartera que encabezaba dejará de existir, pero parte de ella será absorbida por la Secretaría de Obras Públicas y Transporte, a cargo de Juan José Méndez.

“Todavía tenemos mucho trabajo por hacer en la Ciudad, y estoy seguro de que todo el equipo va a sostener y promover los valores que hace cuatro años están presentes en el día a día de nuestra gestión”, afirmó Rodríguez Larreta al presentar al equipo.

La última parte de la frase parece tener más significados de los que se cree. Cuando hace referencia a los últimos cuatro años, el jefe de gobierno está marcando una línea que delimita su gestión de la del líder de su fuerza política, Mauricio Macri, al que acompañó como jefe de gabinete durante los ocho años anteriores.

Es que tiene un mal recuerdo de 2015, cuando la mayoría de los funcionarios de primera y segunda línea de la Ciudad salieron en estampida a ocupar ministerios y secretarías, tanto en el gobierno nacional, como en el de la provincia de Buenos Aires, encabezada por María Eugenia Vidal.

Ahora Rodríguez Larreta se tomó una pequeña revancha de aquella situación y resistió todo tipo de presiones, pedidos y sugerencias para que “repatríe” a los que debieron vaciar sus oficinas en la Casa Rosada o en La Plata.

Así el jefe de gobierno dio así su primer golpe fuerte sobre la mesa del futuro armado del PRO nacional: ratificó a los colaboradores de su máxima confianza y su autarquía a la hora de diseñar la política en su propio territorio.

A diferencia de la experiencia de Cambiemos a nivel nacional, habrá espacios importantes para los aliados radicales y de otros partidos de la coalición. Además de Giusti, otro hombre muy ligado a Martín Lousteau ocupará la vital presidencia del Banco Ciudad: se trata de Guillermo Laje, ex directivo del Banco Comafi y del Grupo Exxel.

En la Legislatura se mostrará a pequeña escala este esquema transaccional con el que Rodríguez Larreta amplía su esquema de sustentación. La vicepresidencia primera del cuerpo será ocupada por el santillista Agustín Forchieri, mientras que Diego García Vilas (del partido de Graciela Ocaña, pero en línea con el jefe de Gobierno) ocupará la jefatura del bloque de Vamos Juntos. A él lo secundarán el ritondista Daniel Del Sol y Facundo del Gaiso, de la Coalición Cívica.

Los radicales continuarán con su propio bloque, pero integrado en las decisiones con Vamos Juntos. La vicepresidencia tercera de la cámara será para el socialista aliado al macrismo Roy Cortina.

En lo que hace a las relaciones con la oposición porteña, habrá línea directa entre la Legislatura y Balcarce 50. El jefe del bloque del Frente de Todos será Claudio Ferreño, hombre de extrema confianza del nuevo Presidente, Alberto Fernández. Mientras que la vicepresidencia segunda del cuerpo será ocupada por la dirigente del PJ Capital María Rosa Muiños, esposa del operador peronista, y asesor de Fernández, Juan Manuel Olmos.

Negociar o naufragar

En este punto en el PRO las aguas parecen abrirse. A la confrontación pura y dura con el kirchnerismo que en los últimos años encarnó Mauricio Macri y su círculo áulico (comandado por el tándem Marcos Peña – Jaime Durán Barba), el sector que conforman Rodríguez Larreta, Emilio Monzó, Daniel Lipovetzky y algunos otros, opone una idea componedora de la política y de su relación con el peronismo.

Pero si antes era un estilo adoptado por convicción, hoy para el Jefe de Gobierno ese modo ligado al “rosqueo” y a la “vieja política” – tal como la ninguneaban sus enemigos internos – se justifica en el más estricto pragmatismo.

Desde el 10 de diciembre será el único dirigente macrista a cargo del gobierno de una gran jurisdicción y deberá entrar en negociaciones con un gobierno nacional y el bonaerense, de signo político enfrentado.

No son pocos los temas que dependerán de esa relación y que afectarán la vida de los porteños y las porteñas. Sin ir más lejos, uno de los primeros puntos que deberá estar en la agenda conjunta de Nación y Ciudad será el de los fondos coparticipables. Fernández ya adelantó que será el presidente “de todos los argentinos, no sólo de los porteños”.

En pocas palabras, apuntó contra el desigual reparto de fondos entre las distintas jurisdicciones, al remarcar que el presupuesto que la Ciudad de Buenos Aires tiene para mantener sus parques y plazas equivale al total del presupuesto del municipio de La Matanza. Esta ya se prevé una negociación ardua en la que el Jefe de Gobierno deberá defender el aumento de los fondos provenientes de la Nación que le garantizó Mauricio Macri.

Pero hay varios temas más a tratar entre Nación, Ciudad y provincia de Buenos Aires: el manejo del puerto, el CEAMSE, la Corporación Puerto Madero, ACUMAR (a cargo del saneamiento de la cuenca Matanza-Riachuelo), el Mercado Central. O el futuro de las empresas que brindan servicios en la Capital y el Gran Buenos Aires, como AYSA o las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur.

Por ese motivo, Rodríguez Larreta ya se reunió a agenda abierta con el flamante gobernador bonaerense Axel Kicillof y espera hacer lo propio con los equipos que designe Alberto Fernández.

Como quedó dicho, el asesor presidencial Olmos puede ser el salvoconducto para las negociaciones con el distrito porteño, por su conocimiento del territorio y su línea directa con el mandatario local.

Embarcado en la gestión y con su habitual línea negociadora con distintos sectores, así espera Rodríguez Larreta enfrentar los tiempos que vienen. Que serán decisivos para su proyecto mayor, con el que sueña de cara al 2023.

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