Conmemorando el “Día del Niño”, es nuestro deseo homenajearlos. ¿Quién no ha manipulado un títere, una marioneta o ha creado una simple sombra reflejada en la pared? Al respecto, Buenos Aires cuenta con un museo creado en 1983. Su creadora, contó con una inigualable trayectoria que la llevó al teatro, al cine, a la televisión, gracias a sus estudios y vocación.
Un día de 1913, nace Mané Bernardo
Mané Bernardo, artista plástica, encauzó sus conocimientos en un arte con marca propia. Hoy todos heredamos sin distinción de edad, ni ámbitos, su inolvidable legado. Ella y sus personajes viajaron y se unieron a otros títeres, según el destino, con un solo propósito: el deseo de recrear ante el público momentos mágicos.
La casa natal “abraza” su herencia: los títeres y…
En 1983 fundó junto a su amiga y colega Sarah Bianchi (1922-2010), el Museo Argentino del Títere. Desde 1996 se encuentra en la calle Piedras 905, en el barrio Constitución. Esta esquina centenaria fue la casa natal de Mané. Podemos encontrar amurada a la pared una placa que la recuerda.
No se puede hablar por separado de la figura de Mané y la de Sarah, quienes se conocieron en una exposición de cuadros. Allí, ambas habían expuesto cada una su “obra de arte”, exteriorizando el amor por lo que hacían. Mané la invitó a formar parte del grupo de teatro independiente: “La cortina”. Pero este mundo particular de actuaciones y pinturas, fue evolucionando con el correr de los años. Dieron nacimiento a guiones para representaciones de títeres, la confección de distintos personajes, montaje, escenografía, ediciones de libros afines, viajes, etc.
El lugar donde confluyó este arte vocacional y profesional, fue el Teatro Nacional Cervantes en 1944. Lamentablemente, un incendio lo destruye -en parte- el 10 de junio de 1961, junto a los títeres. Quedaron en el recuerdo y corazón de la compañía. Sólo uno se salvó, por no estar allí: “Lucecita”. Lo encontraron en un bolso, un tiempo después en otro domicilio. Según contó Sarah en una entrevista. Nadie supo quién lo puso allí. Fue una gran sorpresa y misterio.
Paulatinamente, según la obra que decidieron representar, volvieron a crearse nueva figuras. Algunas fueron adquiridas a través de intercambios o regalos, recibidos en el país o en el exterior. El nuevo elenco -cada vez más numeroso-, continuó con el correr de los años, despertando alegría e interés en nuevas generaciones.
Mané, a la izquierda y Sarah con el títere “Lucecita”. Él decía lo que ella no se atrevía a comentar.
Las obras clásicas de la literatura española, temas de inspiración
Para Mané, la presencia de Federico García Lorca en Buenos Aires en 1934, fue centro de atención e inspiración. Pocos saben que la obra de este poeta y dramaturgo español fue un gran soporte para ella. Además escribió y representó el mismo Federico obras de títeres para público adulto. Uno de los tantos ejemplos es: “Retablillo de Don Cristóbal”, representado en el teatro Lola Membrives, en la avenida Corrientes (Ciudad de Buenos Aires).
Lorca con el títere don Cristóbal, en la representación del Retablillo de Don Cristóbal, Buenos Aires 1934. Foto: Fundación FGL.
Eran otros tiempos
En 1944 organizó el primer Teatro Nacional de Títeres. Incluyó: títeres de guante, marionetas, de sombras, pantomimas de manos…. Viajaron, no siempre, distancias cortas, presentándose a instituciones, escuelas, escenarios –de los más variados-, etc., en una actividad que se conoce como “teatro ambulante”.
Los personajes y actuaciones trascendieron con sus marionetas, en la película “Donde mueren las palabras” (1946), bajo la dirección de Hugo Fregonese. Por fortuna para los fans, puede ser vista por YouTube. En los primeros minutos, aparecen las marionetas en un espectáculo para niños, en un teatro. Estos muñecos, del tamaño de un adulto, representaron al pianista Piccolowsky, la cantante lírica Sinforosa Strangolini y la orquesta. Se observa el verdadero trabajo profesional de los marionetistas, mientras que en el foso, interpretaba “en vivo” la verdadera cantante y orquesta.
Dos escenas de la película “Donde mueren las palabras”, las marionetas y sus marionetistas en pleno trabajo.
Exposiciones, biblioteca, talleres, teatro
Fue pionera en el teatro de títeres en la República Argentina, creando la cátedra de Teatro de Títeres en la Universidad del Salvador. Acompañó esta labor con los trabajos escritos: Títeres y niños (1962), Títeres: magia del teatro (1963), etc.
Foto de la tapa del libro “Antología de obras de títeres y teatro” de Mané Bernardo. Editorial: Biblioteca Pública Pre Escolar.
En la época de esplendor, la compañía contaba con 7 titiriteros, además de técnicos en iluminación, producción musical y sonido, etc. Con los vaivenes propios de la economía y cambios sociales, fueron derivando en posteriores representaciones con un montaje elemental: “el biombo”.
En una entrevista, Sarah comentó que este tipo de escenografía simple, se montaba en plazas como lugares cubiertos. El público en general estaba atento a la obra mientras que para otros, el verdadero espectáculo era “espiar” como trabajaban los titiriteros. Agregó en una oportunidad, refiriéndose a Mané, que “Sin ella, yo no sería titiritera”. Ambas conformaron: talleres de dramaturgia, confección de títeres y su aporte como elementos terapéuticos (referentes a la salud), etc.
EL museo cuenta, a su vez, con varias salas de exposiciones, cada una con un nombre que evoca a reconocidos titiriteros de trayectoria mundial. Con el nombre de: Federico García Lorca, es el ámbito donde tienen lugar charlas, funciones para niños y adultos. Un gran complemento a todo lo explicado es su biblioteca con documentación, material iconográfico de gran valor para investigadores.
Dicho sea de paso
- El barrio de Montserrat, Buenos Aires, cuenta con el Jardín de infantes N° 2 en la calle Chile 1626, el cual lleva el nombre de Mane Bernardo.
- ”La Noche de los Museos”, estuvo presente el 2/11/19 en el emblemático museo, desde las 20 a las 3 am, donde el público visitante pudo disfrutar funciones cada 20 minutos.
- 1974 Recibe la condecoración de la Orden del mérito de la Republica Italiana, en 1981 y 1984 el premio Konex y demás reconocimientos.
- 2019 tuvo lugar una muestra itinerante de “Títeres del mundo” pertenecientes al museo.
En plena pandemia: espectáculos y talleres en la modalidad virtual @museoargentinodeltitere
Detrás de esta incomparable profesión, salen al campo de juego todas las artes. El saber dibujar, interpretar y poner en movimiento al personaje. De nada vale que el titiritero exprese a través de sus propias facciones las emociones que debe interpretar el títere, en el momento de la obra. El verdadero actor es el muñeco, en el cual tiene el privilegio de “darle vida”, a través de las manos y brazos humanos. Este es uno de los “secretos” que se da cuenta el aprendiz, en sus primeras clases.
Mané falleció el 6 de octubre de 1991 a los 78 años, sin jamás haber pensado que: El Museo y sala de espectáculos, iban a permanecer cerrados por pandemia. Pero a veces, la persiana está levantada. Por esto, desde la vereda, los peatones se detienen y miran a través de los vidrios de la puerta de ingreso. Allí están las vitrinas de una de las salas. Se sorprenden al descubrir parte de las colecciones de títeres que representan a países, malhechores, princesas, animales…
La entrada principal de Museo Argentino del Títere, con peatones curiosos observando su interior. Foto tomada el 3 de julio de 2021 por esta cronista.
Esperemos que los personajes que permanecen en silencio y sin moverse, los titiriteros puedan decirles pronto a todos: “el show va a comenzar”.
En un minuto, 20”, una síntesis para ver, escuchar y si quieres: reflexionar
Saludos con salud
Autora de la nota: María Fernanda Gómez. Tecnicatura en turismo, Universidad del Salvador. Guía de turismo, Instituto Superior Perito Moreno. Ciudad de Buenos Aires.