La Legislatura creó el “Distrito del Vino” en una zona que incluye a Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal. Esta ley busca atraer inversiones en el sector vitivinícola, y atraer turistas, seducidos por la importancia que tiene el vino argentino en el exterior. Jorge Mesturini, presidente de la Cámara de Comercio de Devoto, institución impulsora de esta iniciativa, nos cuenta como nació la propuesta.
Por Mateo Lazcano
El vino es uno de los íconos que identifican gastronómicamente al país, gracias a los extensos viñedos de la zona de Cuyo. Y desde hace un mes, la industria vitivinícola ganó preponderancia en la Ciudad de Buenos Aires. Una zona que integra a parte de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal, pasaron a conformar el nuevo “Distrito del Vino”.
Se trata de una iniciativa surgida desde el sector comercial devotense fundamentalmente, junto a distintas organizaciones barriales. Comenzaron con actividades orientadas a los amantes del vino y luego elaboraron un proyecto para poder explotar aún más este rubro de la economía. El Gobierno de la Ciudad le dio curso, insertándolo en los modelos de distritos económicos ya implementados a lo largo de la gestión del PRO.
Desde la Cámara de Comercio de Villa Devoto, su presidente Jorge Mesturini fue una de las voces cantantes de esta idea. “Nuestra institución forma parte de FECOBA (Federación de Comercio de Buenos Aires). Hace seis años, se acercó el sector de Bodegas de Argentina a la federación con un proyecto para empezar a festejar en la ciudad la semana del Malbec, proponiendo que se realicen actividades abocadas al tema. Dentro de las opciones estaban los barrios más renombrados, como Recoleta o Palermo, pero nosotros nos ofrecimos para que se hiciera acá, contando los atributos que nos destacan”.
Desde entonces pasó a ser un evento anual. Posteriormente, explica Mesturini, se sumó la “Feria del Vino”, con carácter solidario, a beneficio de la Cooperadora del Hospital Zubizarreta, y en 2016 se incorporó la “Semana del Vino”, en el mes de noviembre. “Fuimos escalando con las actividades, siempre con la idea de que se vayan haciendo tradición en el barrio. A la par, empezamos a trabajar con las vinotecas de la zona, que son ocho”.
Para 2019, el último año antes de la pandemia, lograron tal renombre que recibieron por primera vez a turistas extranjeros, que vinieron exclusivamente para estas actividades. “Tuvimos un contingente de franceses y norteamericanos que se tomaron el tren en Retiro y se bajaron en la estación (Devoto), algo impensado cuando empezamos”, dice al respecto el presidente de la Cámara de Comercio. Ese fue el puntapié para que, desde la institución, y las vinotecas, decidieran confeccionar un proyecto para transformar estos eventos en algo permanente.
“Nos contactamos con el legislador Juan del Gaiso (Vamos Juntos), que es vecino del barrio, y le acercamos la propuesta. Como hay un antecedente de otras actividades vinculadas a otros rubros de otras zonas de la Ciudad, lo propusimos, como una manera de generar un atractivo. Lo tomó el Ejecutivo, a través del ministerio de la Producción, y entre todos se elaboró el texto final que insta a crear el Distrito del Vino”, manifiesta Mesturini.
El proyecto original estaba restringido a una zona de Villa Devoto, pero finalmente se lo amplió hacia sectores de La Paternal y Villa del Parque. Esto último le dio una gran ligazón histórica a la iniciativa.
Hace algunas décadas, existían varias bodegas en la zona de La Paternal, cercanas al puente Julio Cortázar, que envasaban el vino que llegaba a granel transportado por ferrocarril. La situación cambió drásticamente cuando en 1984 se sancionó la ley 23.149, que estableció el envasado del vino en la zona de origen. Así, rápidamente, empezaron a desaparecer bodegas como Giol, Crespi, Gargantini o Escorihuela.
La iniciativa tuvo un rápido trámite en la Legislatura porteña. El 2 de septiembre de este año se sancionó la Ley 6.447, que crea el Distrito del Vino en la zona comprendida por las calles 12 de octubre, Espinosa, Biarritz, av. San Martín, Carlos Antonio López, av. General Paz, Cervantes, Tinogasta, Emilio Lamarca, Ricardo Gutiérrez, Alfredo R. Bufano y Terrero.
El texto de la normativa la presenta como un mecanismo para “potenciar el desarrollo de la industria vitivinícola argentina a través de beneficios impositivos”. Se establece que las firmas que deseen formar parte del distrito podrán contabilizar como pago a cuenta del impuesto a los Ingresos Brutos hasta el 70 % de la inversión inicial.
Las inversiones deberán orientarse a bares, vinotecas y cavas, restaurantes y emprendimientos gastronómicos, puntos de venta minorista, centros de formación y capacitación relativos a la industria, zonas de esparcimiento y degustación y exposiciones vinculadas al Museo del Vino. El Gobierno de la Ciudad espera que se concreten unos 30 proyectos con una inversión neta estimada en alrededor de 1.200 millones de pesos.
“Es un recurso de marketing que te vincula con un producto reconocido internacionalmente, a nivel turismo, y que es algo en lo que está todo el país muy bien posicionado”, celebra el titular de la Cámara de Comercio devotense.
Mesturini destaca que si bien la estructura es casi idéntica a la de los otros distritos económicos (el Audiovisual de Zona Sur, el del Deporte de Villa Soldati y Villa Riachuelo, el de Diseño de Barracas y el Tecnológico de Parque Patricios), en este caso se hizo especial énfasis en los beneficios surgidos por la inversión, mientras que otros se enfocan en los volúmenes de facturación.
“Nos parecía interesante porque obliga a generar inversiones y trabajo, no es que se trasladan al distrito empresas que ya estaban, sino que tienen que hacer inversiones en el lugar”, agrega. El dirigente destaca que el cambio no se verá repentinamente, sino que será un proceso paulatino. Una de las primeras oportunidades será la nueva edición de la Semana del Vino, que se iniciará este 30 de octubre.