“Jorge primero”, el Jefe de Gobierno desdobló las elecciones locales

Jorge Macri
Con la excusa de evitar gastos y priorizar la agenda porteña, los comicios para la Legislatura local se realizarán el 6 de julio. El enfrentamiento entre el PRO y La Libertad Avanza en el centro de la escena. Los nombres que asoman en la disputa por las bancas en el Congreso.

Por Fernando Casasco

Tal como se venía palpitando en las mesas de café, el jefe de gobierno porteño Jorge Macri anunció el desdoblamiento de las elecciones locales (cargos de legisladores porteños y comuneros) de las nacionales, donde se elegirán diputados y senadores. Además, informó que enviará a la Legislatura un proyecto para suspender las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), por considerar que se trata de “un gasto innecesario”. Las elecciones porteñas se llevarán a cabo el 6 de julio.

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El anuncio – como es costumbre en el PRO – vino envuelto en una estrategia de marketing político, en la que se habló de priorizar la agenda de los porteños. El jefe de gobierno subrayó como sus prioridades para el año próximo la discusión de una reforma electoral, la reducción de la carga tributaria, una reforma institucional y la profundización de esa entelequia que es la autonomía de la ciudad. En cambio, no mencionó temas como la seguridad, la educación, la salud o la falta de limpieza y de obras en el distrito, todos déficits de su propia gestión.

Para poner por delante dicha agenda, afirmó que se necesita “contar con legisladores que defiendan los intereses de la Ciudad, y no que jueguen a ocupar un lugar en una lista; que estén comprometidos, por ejemplo, con los 5 mil millones que aún le deben a los porteños por la deuda de la coparticipación, casi la mitad del presupuesto de todo un año”, en un tiro por elevación al gobierno de Javier Milei.

El slogan elegido por la gestión de Jorge Macri para anunciar el desdoblamiento electoral fue el de “Buenos Aires, primero”. No será recordado por su originalidad. Al hacer una rápida búsqueda en internet se podrá constatar que esa marca política ya existía, pero en la provincia de Buenos Aires. Se trata de un agrupamiento de partidos vecinalistas de distintos municipios que presentaron listas propias en las elecciones provinciales de 2023. Tal vez inconscientemente el Jefe de Gobierno deja traslucir así su intención de transformar al PRO – o al menos a la rama porteña del partido – en una fuerza política vecinal.

La decisión del desdoblamiento cuenta con amplios antecedentes en la Ciudad de Buenos Aires desde su autonomía. Originalmente las elecciones para jefe/a y vicejefe/a de gobierno y de cargos locales debían ser obligatoriamente en fechas separadas de los cargos nacionales. Esto se cambió con la sanción del primer código electoral de la Ciudad en 2018, el que habilitó al jefe de gobierno a decidir la unificación o el desdoblamiento respecto de la fecha en que se realizan las elecciones nacionales. La excusa para unificar comicios suele ser la de no hacer un doble gasto.

Más allá de la necesidad o no de discutir agendas locales, siempre se terminan imponiendo las estrategias políticas de los gobernantes de turno. Así, en varias ocasiones los dirigentes del PRO vieron en la unificación de la elección la posibilidad de reforzar su oferta para las elecciones presidenciales y no desviar los esfuerzos, teniendo la casi seguridad de ganar de cualquiera de las dos maneras en la Ciudad. Pero las cosas parecen haber cambiado.

Hoy el partido amarillo se debate en la necesidad electoral de ir o no en alianza con los libertarios de Javier Milei. Esa discusión parece haberse obturado definitivamente a fin del año pasado, cuando el Presidente subrayó, lacónico, «o vamos juntos en todos lados o vamos separados». El riesgo es mayor para el PRO por la posibilidad de quedar subsumido en la oferta del partido gobernante y finalmente desaparecer. Por su parte, Mauricio Macri, pidió ‘‘poner todas las ideas sobre la mesa, cumplir con la palabra como nosotros hicimos este año, ser absolutamente transparentes con el electorado y, ante todo, cuidar la República’.

El enojo del ex mandatario con el Jefe de Estado es evidente. Destacó la colaboración que el PRO prestó a Milei, pese a lo que denominó como un “permanente destrato” de parte de la Casa Rosada. La gota que colmó el vaso del macrismo fue la decisión de los libertarios que se referencian con la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, de no votar el Presupuesto 2025 en la Legislatura porteña. En la calle Uspallata, sede del gobierno porteño, se tomó como una declaración de guerra la negativa a votar la ley de la bancada conducida por Pilar Ramírez y de legisladores cercanos a Patricia Bullrich. La norma fue finalmente aprobada con apenas 31 votos, gracias al acompañamiento del libertario “disidente” Ramiro Marra.

Si en el gobierno porteño tomaron las armas por esta decisión de los libertarios, en la Rosada ya se pintan la cara para la contienda por el desdoblamiento electoral. Si había alguna posibilidad de acuerdo hasta hace algunas semanas, ahora todos los puentes parecen rotos. A ello contribuye la idea de los más ultras de que el PRO no podrá retener a su electorado, el que consideran que ha ido migrando hacia el oficialismo.

Una de las primeras en expresar de viva voz la posición del gobierno nacional fue Patricia Bullrich, quién hace apenas algo más de un año compartía boleta con el actual Jefe de Gobierno. “La Argentina tiene que votar sólo una vez, todo junto… Si se desdobla la elección, se gasta doble, se realiza una doble campaña… no tiene sentido”, afirmó la ministra de Seguridad y remarcó que la decisión del alcalde porteño se tomó por “conveniencia para el político, no para la sociedad”.

La funcionaria ya cruzó el Rubicón en la última (por ahora) voltereta de su carrera política, al enfrentarse con los Macri y ponerse la camiseta violeta de La Libertad Avanza. Justamente es una de las que suena con fuerza para la postulación a senadora, aunque ella prefiere mantener su cargo ejecutivo. Otro posible candidato es el vocero presidencial Manuel Adorni, quien repite hasta el hartazgo que si el Jefe de Estado se lo pide no tendrá problemas en asumir esa responsabilidad. En la Casa Rosada no descartan jugar la carta de Karina Milei: “el Jefe”, como la denomina el propio Presidente, podría aspirar incluso – una vez electa – a ocupar la vicepresidencia primera del Senado y quedar en la línea sucesoria, a medida que recrudece la interna con la vicepresidenta Victoria Villarruel.

¿Y a quién enfrentarían? Al PRO parecen no sobrarle los nombres y las miradas apuntan a Mauricio Macri. El ex presidente no luce convencido de poner el cuerpo a la batalla electoral y postularse al Senado, aunque tal vez no le quede otra si quiere salvar la ropa del partido que creó hace dos décadas. Otra posible candidata es María Eugenia Vidal, aunque su lugar sería otra vez en la Cámara Baja o – si el partido lo necesita – regresar a la Legislatura encabezando la boleta local.

Sumida en su propio marasmo, Unión por la Patria sueña con colarse en la hendija de oportunidad que brinda la división de los partidos de derecha. Para la nueva contienda ya se anotan los nombres de Leandro Santoro y Mariano Recalde, aunque no habría que descartar la posibilidad de que haya alguna cara no habitual al frente de la boleta. De todos modos, la estrategia porteña otra vez quedará supeditada a la nacional, con un especial énfasis en lo que ocurra en el distrito bonaerense.

Volviendo a la estrategia de Jorge Macri, el jefe de gobierno no tendrá fácil la tarea de lograr la suspensión de las PASO. Es sabido que el PRO rechaza su eliminación a nivel nacional, propuesta por el presidente Milei. El partido gobernante en la Ciudad ha explotado más que ningún otro la potencialidad de esa herramienta, curiosamente implementada por el gobierno de Cristina Kirchner. Pero el mandatario porteño afirma que podría quedar reservada únicamente para elecciones ejecutivas y no para las legislativas, donde suele primar el acuerdo de cúpulas.

Para cambiar la legislación electoral y suspender las primarias, se necesita una mayoría especial de 40 votos afirmativos. En las condiciones actuales la negociación con los libertarios parece difícil, mientras que el peronismo aguarda señales del partido a nivel nacional y de lo que refleje la discusión en el Congreso. Tal como están las cosas, se espera un verano álgido para la rosca política ¨

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