Julián Rodríguez Vigo docente, escritor de cuentos, dibujante, pintor y vecino de Villa Pueyrredón. Con tres décadas de exposiciones y publicaciones, su obra se destaca por la variedad de técnicas en la composición de mundos llenos de color y movimiento.
Por Juan Manuel Castro
La silueta de un caballo hecha con un stencil y aerosol negro, una muchedumbre sonriente nacida de diarios y pinceladas, una ciudad entera con sus pájaros en cartulina. El vecino y artista Julián Rodríguez Vigo pinta y crea desde que tiene uso de razón. Hace unas tres décadas sus creaciones se esparcen en cuadros, cuentos y también en exposiciones.
Docente. Escritor de cuentos. Dibujante. Pintor. Al trabajo de Vigo se lo puede abordar desde distintos lugares, siempre con el movimiento como idea fuerza, con una línea viva como hilo conductor.
“Me dediqué al arte desde muy chico. Dibujaba todo el tiempo cuando era nene. Después, de adolescente hacía mis propias historietas. Más tarde me pasé al dibujo formal para luego ingresar en el mundo de la pintura, que es donde me quedé finalmente”, repasa Vigo en diálogo con este medio.
En todo este trayecto se nutrió de distintas técnicas y formas de abordar la hoja o el lienzo en blanco. Hay trabajos suyos hechos solamente con crayones o pinceladas y trazos en tinta. Hay composiciones con stencil, también con sellos. Tijeras, pegamento, marcadores que transforman el papel, reubican las piezas, dan lugar al mundo del movimiento, el color y la fantasía.
Así como un artista, Vigo también es un vecino de toda la vida. Vivió en el barrio de Saavedra muchos años de su infancia, para luego mudarse a Villa Pueyrredón, donde transcurrió buena parte de su adultez. Hoy reparte sus horas entre su taller de San Martín, en el límite con Pueyrredón, y el barrio de Saavedra. “Soy un vecino de acá, mi vida está en estas calles”, rescata.
Sobre este aspecto, que suele plasmar en paisajes citadinos y naturaleza que brota en sus obras, asegura: “Siempre me gustó el barrio, es que siempre mantuvo esa característica de casas bajas, un lugar tranquilo, con sus árboles y espacios verdes. Es una rutina más de barrio y menos de ciudad, es parte de lo que más me gusta”.
En cuanto a su camino artístico, desde muy joven empezó a exponer. “La primera vez fue en el año 1994 y desde entonces lo hice en forma alternada. Estuve en centros culturales, algunos museos provinciales, también en espacios artísticos del exterior”, recuerda.
A nivel local, se puede mencionar que expuso en la Sede Comunal 12 de Holmberg y Monroe en el marco del ciclo de muestras organizado por el Área de Cultura de la Comuna 12 de Buenos Aires.
A esto hay que sumar que hace exactamente un año fue convocado para realizar un mural en el Jardín de Infantes Integral N° 2 D.E. 10 Merceditas ubicado en los alrededores del Barrio Mitre de Saavedra. La composición la realizó durante una jornada junto a los niños y niñas de las salas de tres y cuatro en esta escuela de educación inicial de Estomba 4307.
En este marco, su más reciente exposición colectiva se desarrolló el fin de semana del sábado 9 y domingo 10 de septiembre en la primera edición de La Noche de los Talleres, a cargo de la Comuna 12.
Se trató de dos jornadas donde distintos espacios artísticos de Villa Pueyrredón y Villa Urquiza abrieron sus puertas para recibir a los vecinos. También expusieron vecinos dedicados a las artes en sus diversas variedades. Vigo fue convocado y mostró parte de sus trabajos en la Biblioteca Pueyrredón Norte, en Cochrane 2334, a metros de la Plaza Leandro N. Alem.
Sobre esa experiencia, el vecino y creador repasa: “Fue una experiencia excelente, ahí uno toma contacto con gente que quizás no hubiese tomado contacto en otras circunstancias. Se genera una interacción donde uno puede contar cómo desarrolla su trabajo, también recibe miradas y preguntas, uno está abierto a la interacción, el feedback con el que ve la obra. Todo es enriquecedor”.
Además de las exposiciones, Vigo publicó una gran cantidad de libros. Entre ellos, se destaca el La galera mágica – The magic galley, una publicación bilingüe aparecida a fines de 2020, impresa por Servicop.
Más cerca en el tiempo, lanzó un libro-fanzine sobre un texto de Beatriz Ferro como trabajo práctico del curso de ilustración editorial dictado por la autora-ilustradora Nadia Romero Marchesini en la biblioteca del Centro Cultural Conti, ubicado en el predio de la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), en Núñez, un espacio de lucha por los derechos humanos.
A futuro, el artista de Villa Pueyrredón cuenta que está trabajando en varios proyectos y que espera seguir activo en exposiciones, tanto colectivas al estilo de La Tarde de los Talleres como individuales.
Son diversos los proyectos que van tomando forma en su taller particular de San Martín. No obstante, tres décadas después, sigue intacta la motivación de dar movimiento al papel y el lienzo a través de materiales de todos los días como tijeras, diarios y marcadores.