Habitualmente los clubes de barrio se asocian a las actividades deportivas, pero hay instituciones que apuestan a incorporar propuestas culturales y artísticas con el fin de reforzar su rol social. El Club Comunicaciones de Agronomía es una de ellas. Este año comenzó a sumar opciones en música y baile.
Por Mateo Lazcano
Cuando se retratar la imagen de un club de barrio implica pensar un arco de fútbol, un aro de básquet, una red de vóley o una barra de gimnasia. Los deportes tienen preponderancia por una cuestión de costumbre e historia. No obstante, están las instituciones que, sin descuidar lo deportivo, incorporan propuestas vinculadas al arte y la cultura. El Club Comunicaciones de Agronomía, es uno de ellas: este año sumó talleres culturales y planea ir agregando más en los próximos meses.
La institución, ubicada en avenida San Martín y Tinogasta, no es una más en la zona. Por su gran tamaño – el mayor en cantidad de metros cuadrados de toda la Ciudad – , tiende a su de expansión permanente, ampliando las propuestas para atraer nuevos socios y socias. El resurgimiento que vive Comunicaciones en estos tiempos, luego de varios años de abandono y quiebra es notorio. En los últimos años se fueron realizando refacciones y sumando disciplinas deportivas, con participación en competencias federadas.
En paralelo, este año la conducción de la institución de Agronomía, de carácter honoraria, denominada “de referencia” (dado que aún no fue levantada la quiebra y el club está bajo la intervención judicial a través de un órgano fiduciario), decidió crear el área “Comu Cultural”.
Jonathan Stawski es miembro de esta comisión y responsable del área cultural. Cuenta que el lazo de Comunicaciones con la cultura tiene antecedentes en su historia. “El club no fue solo relacionado con la parte deportiva, sino con la cultural y social. Los bailes de carnaval fueron muy conocidos en los años 70 y 80, y han pasado grandes músicos, y artistas. Esos tiempos coincidieron también con muchas actividades culturales, que por muchas razones fueron dejando de existir”.
El tiempo de cierre durante siete meses en 2020, propició que muchos de los dirigentes tuvieran tiempo para pensar qué sumarle al club para hacerlo crecer aún más. Fue así que Jonathan, junto a socios e hinchas, decidieron retomaron la senda de la cultura.
“Nos dimos cuenta que es un club social, y que la cultura debe estar presente. El club no para de crecer en las actividades deportivas. Pero descubrimos que había una parte de la población del club y del barrio no tenía otras propuestas, más allá de venir a disfrutar de las instalaciones en sí, comer un asado, disfrutar del aire libre, el verde”, señala.
Así surgió la decisión de inaugurar “Comu cultural”. “Empezamos este año con los talleres de tango y folklore. Fueron dos meses, con buena convocatoria y después vino el pico de la pandemia, el invierno, la gente se asustó y bajó la cantidad de personas que se acercaban”, indica.
Quienes están a cargo de los talleres provienen, por un lado del conocimiento que varios de los integrantes de la comisión de Comunicaciones tiene sobre folklore, y por otro los de tango que son “amigos de gente que viene al club”, cuenta Jonathan. Así, realizaron un mix entre alumnos y alumnas que se acercan por conocer a los profesores de antes y nuevos socios de Comunicaciones atraídos, no por lo que suceda con la camiseta negra y amarilla, sino por sus propuestas culturales.
“Estamos en esta situación particular, que nos obligó a frenar el ritmo con el que veníamos. Pero tenemos algunas actividades en mente y otras muy avanzadas, dependiendo de cómo siga la pandemia” afirma Jonathan. Y anticipa que paulatinamente se irán incorporando talleres de percusión, de teatro, de música y una biblioteca.
Tiempo de pandemia y vacunatorio
“Comu cultural” llegó para Comunicaciones en uno de los tiempos más complejos para los clubes de barrio, luego de la suspensión de actividades a causa de la primera ola de coronavirus. “Fue un momento complicado como para todo el mundo, pero el club, como todos, es una gran familia, y lo supimos sacar adelante con esa mirada. Cada uno puso un poquito de lo suyo, socios, trabajadores, directivos y empleados, y se pudo llevar de una manera u otra. Las actividades deportivas se siguieron dando por Zoom todas, y cuando se pudo ir abriendo, se fue intercalando entre lo virtual y presencial, que de hecho algunas siguen”, cuenta Jonathan.
En la sede de Agronomía funciona – en el Salón San Martín del club – uno de los vacunatorios del Gobierno de la Ciudad, por el que pasaron muchos socios, con sus familias, vecinos y vecinas. La propuesta para transformarse en vacunatorio surgió de los directivos de Comunicaciones, que lo consideran un “gran orgullo” para la institución.