El síndrome de fragilidad afecta a una alta proporción de personas mayores de 85 años, incluyendo pérdida de funciones y aumento de la dependencia. La detección temprana y el enfoque en la nutrición, ejercicio y bienestar emocional son claves para revertirlo. En la Ciudad de Buenos Aires, las personas mayores de 70 años representan el 12,4% del total de la población. En La Recoleta, Comuna 2, esta cifra ascienda al 16,7% mientras que en la Comuna 8 – Soldati, Lugano y Villa Riachuelo – es apenas el 7,9%.
(EBVP)El síndrome de fragilidad afecta al 50% de las personas mayores de 85 años, generando pérdida de funciones, discapacidad y dependencia, lo que aumenta la vulnerabilidad de quienes lo padecen. Para prevenirlo, la Federación Argentina de Cardiología (FAC) resalta la importancia de prestar atención a la nutrición, el ejercicio físico y los factores socioemocionales.
“El síndrome está caracterizado por debilidad muscular, pérdida de peso, falta de fuerza y malnutrición, factores que condicionan la disminución de las capacidades”, explica el Dr. Alejandro Amarilla (MP 2682), cardiólogo e integrante de la FAC. Esta progresiva pérdida de capacidades incrementa la dependencia de los adultos mayores, aumentando su vulnerabilidad y generando un entorno emocional adverso.
La fragilidad no solo dificulta la vida diaria, sino que puede complicar cuadros médicos como infartos, infecciones o cirugías, impactando negativamente en la recuperación y pronóstico de los pacientes.
La importancia del diagnóstico precoz
Detectar este síndrome a tiempo es crucial, ya que su condición puede revertirse. “El entrenamiento físico, que facilita la recuperación de la masa muscular vulnerada, y una nutrición adecuada, con énfasis en el consumo de proteínas y otros nutrientes, son herramientas que los médicos podemos utilizar para ayudar en este cuadro”, detalla Amarilla. Además, destaca que “el aspecto emocional del paciente afecta enormemente, especialmente en aquellos que sufren aislamiento y van perdiendo movilidad”.
Ante la presencia de algunos síntomas, la FAC recomienda acudir a un médico, quien, mediante pruebas sencillas en el consultorio, puede determinar el estado de fragilidad y comenzar a trabajar en la recuperación y mejora de la calidad de vida del paciente. “El síndrome de fragilidad es cada vez más frecuente en la población y se puede revertir para mejorar la calidad de vida”, concluye Amarilla.
Adultos mayores en la Ciudad de Buenos Aires
La Dirección General de Estadística y Censos porteña estima que alrededor de 81 mil residentes de la Ciudad de Buenos Aires tienen 85 años o más entre 3.085.000 habitantes. Si le sumamos los que tienen 80 hasta 84 años, llegamos a 155 mil, equivalente al 5% de la población. En la franja que va de los 70 a 79 años se encuentran aproximadamente 228 mil residentes, equivalente al 7,4% de la población.
La prevención en la salud es muy importante en esta franja etaria, que abarca a todos los mayores de 70 años, y representa el 12,4% de los pobladores de la Ciudad de Buenos Aires.
En la Comuna 11 (Villa General Mitre, Villa Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita) representan al 14,6% de su pobación; mientras que en la Comuna 12 (Villa Urquiza, Saavedra, Coghlan y Villa Pueyrredón) y la 15 (Agronomía, Parque Chas, Villa Ortuzar, Chacarita y Villa Crespo) al 12,9% en cada una de ellas.
Las comunas que menos personas mayores de 70 años tienen son la 4 (Barracas, La Boca, Nueva Pompeya y Parque Patricios) con el 9,5% y la 8 (Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo) con el 7,9%. Mientras que la comuna 2 (Recoleta) tiene el mayor porcentaje con el 16,7%.
Estas estadísticas reflejan las diferencias sociales y económicas que influyen en el acceso a la prevención de la salud y a la buena nutrición. La debilidad muscular, entre otros factores, está relacionada con el escaso consumo de proteinas.
Por otro lado, los espacios verdes, plazas y parques en los barrios son los lugares propicios para las recomendaciones del ejercicio físico que difunde la Federación Argentina de Cardiología.
Y es en este sentido, y esta necesidad extendida a toda la población, que van los reclamos y proyectos de “más verde, menos cemento” que lleva adelante la Interbarrial Buenos Aires, conformada por organizaciones de Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Devoto, Villa del Parque, Villa Santa Rita, Flores, Villa Ortúzar, Chacarita, Colegiales, Parque Chas, Palermo y Villa Crespo, entre otros barrios.