En la sede de la Asamblea de Villa Urquiza (Av. Triunvirato 4778) funciona una Consejería de Pre y Post aborto. Comenzó sus actividades en abril de 2015, está conformada por activistas feministas y se define como apartidaria, autogestiva y horizontal.
Consejería pre y post aborto en la sede
de la Asamblea de Villa Urquiza
Por Mariana Vaccaro
La Consejería Pre y Post aborto es definida por sus propios miembros como un encuentro con mujeres en el que se da información sobre cómo realizar abortos con pastillas. “Es dar información y es acompañar”, resalta María, que junto a Mayra y Melisa nos explican cómo funciona la Consejería.
“El acompañamiento es un componente cualitativo muy distinto y ahí radica buena parte de lo que para nosotras significa ser feministas: acompañar estos procesos, qué tipo de pedagogía estamos haciendo con las personas que vienen pero también con otros interlocutores como por ejemplo el Estado o los prestadores de servicios de salud”.
Este espacio funciona desde abril de 2015 en la Asamblea de Villa Urquiza. “Cuando empezamos con el proyecto de Consejería, hubo dos chicas que ya habíamos hecho consejerías, así que primero pasamos por un proceso de capacitación y nivelación. (…) La mayoría de las chicas que se acercaron a la ‘Conse’ tienen experiencia como activistas independientes, es algo que tenemos en común con el lugar que es la Asamblea de Villa Urquiza que nuclea activistas independientes. Nuestra consejería, como la asamblea, es apartidaria, autogestiva y horizontal. Todas nos consideramos activistas feministas y algunas en el movimiento LGBT”.
Este grupo o “grupa”, como dicen quienes conforman la Consejería, es parte de muchos otros que están distribuidos en todo el país y forman parte de “Socorristas en Red”.
El primer contacto
“Las personas que se acercan a la Consejería llegan generalmente a través de nuestras vías de comunicación, nosotras tenemos un celular público (15 5948 3307) y tenemos un facebook (facebook.com/consejeriaviyurca). Hay muchas que tienen resueltas ciertas dudas acerca del procedimiento. Se acercan chicas que tienen acceso a internet, a medios de comunicación, son de clase media, muchas han oído hablar del feminismo o de la campaña a favor del aborto. Así que hay buena parte de ellas que requieren acompañamiento, la información ya está.
Y después hay personas que tienen muy poca o nada de información, que no sabían que se podía abortar con pastillas”.
La información, el Pre
“La información que nosotras damos son protocolos que están avalados por organismos internacionales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y cualquier sociedad obstétrica del mundo avalan el uso de Misoprostol como medicamento abortivo. De hecho es uno de los medicamentos esenciales para abortar según la OMS en los países donde el aborto no está legalizado y aún donde está legalizado se utiliza esta medicación. Así que saber eso es algo que tranquiliza mucho a algunas personas que vienen. Después de todo una está acostumbrada a hacer las cosas por la vía legal y que un médico te las indique. Cuando eso no sucede, muchas chicas sienten incertidumbre”.
Las pastillas
“Nosotras tratamos que las personas que se acercan puedan garantizarse la manera de conseguir la medicación porque es una manera de abrir caminos donde no están hechos. Lo cierto es que muchas veces si se lo cuentan al personal de salud pueden lograr ciertos niveles de compromiso que no le sirva solo a ella sino a las mujeres que van detrás: sea hacerle una ecografía pre o post aborto, sea garantizarles una receta, sea derivarlas a otro profesional que sí les haga la receta o sea también derivarlas a una consejería.
El año pasado fueron cerca de 2.900 mujeres (en todo el país) y ninguna tuvo un problema de salud grave por usar esta medicación, todas pudieron abortar de manera segura”.
Después, el Post
“Siempre nos alegra que vuelvan en persona después de usar la medicación, lo cierto es que tenemos el contacto telefónico que la mayoría prefiere. Nosotras indicamos que se hagan una ecografía para asegurarse que están bien. Y llenamos la encuesta sobre cómo fue el proceso de aborto para ellas. Y lo que intentamos hacer si detectamos que el embarazo no deseado se produjo debido a una falla en la anticoncepción es suplirlas. Por ejemplo, acá han venido buena parte de mujeres que tomaban anticonceptivos orales hormonales y no les indicaron momentos en los que no eran efectivos o medicaciones que interactuaban negativamente, eso pasa mucho”.
Relación de pares
“Les dejamos muy en claro que es importante mantener el contacto, saber cómo fue su proceso nos ayuda a acompañar a otras mujeres. Intentamos que no sea una relación de autoridad y de socorridas, sino una relaciones de pares, somos activistas, somos mujeres y nos estamos acompañando en esto porque es un asunto político así que intentamos que ella tome conocimiento de su propio rol en la construcción social que queremos hacer”.
Cada experiencia suma
“A cada chica que se acerca nosotras le hacemos un pequeño cuestionario sobre algunos datos generales, sociológicos, acerca de su vida, su composición familiar, los motivos por los cuales quiere abortar y los motivos por los que cree que quedó embarazada… y también en esa encuesta hacemos un seguimiento de su caso. Eso se sistematiza y se publica a fin de año, es parte de nuestro ser activistas también la producción de conocimientos”.
Los datos
La sistematización de datos que produjo la red de socorristas con la información recabada durante 2015 en los grupos distribuidos en todo el país rompe con algunas falsas creencias:
• “Las mujeres que abortan son adolescentes”: Solo el 20.5% de las mujeres acompañadas es menor a 19 años, mientras que el 55,2% tiene de 20 a 29 años y el 21% de 30 a 39 años.
• “Las mujeres que abortan no tienen hijos”: El 41,4% del total de personas que fueron acompañadas por las consejerías tienen hijos/as.
• “Las mujeres que abortan no creen en Dios”: La mayoría de las mujeres son creyentes (57, 4%).
• “Las mujeres que abortan no lo hacen por un motivo económico”: Solo el 56% de las mujeres tiene trabajo remunerado, y solo la mitad de los casos se trata de un empleo formal. Además, se estima que el 69% de las asalariadas que fueron acompañadas percibe ingresos iguales o menores al salario mínimo.