Agrupación murguera
“Legendarios de la Esquina”
“Legendarios de la Esquina” es una de las murgas de Villa Pueyrredón. Se juntan todo el año en la plaza de la estación, y en 2019 lograron ingresar al circuito oficial. Sus integrantes destacan la camaradería murguera, el ambiente familiar y la organización a pulmón. También destacan el nuevo rol de la mujer en la formación de la murga y cuentan sus expectativas para esta edición de los corsos porteños.
Por Mateo Lazcano
El mes de febrero para la gran mayoría implica un mes más del año. Todavía en verano, algunos optan por irse de vacaciones, otros comienzan con las actividades que los acompañan durante el año y algunos otros trabajan y rinden exámenes. Pero para un grupo de habitantes, febrero está marcado a rojo en el almanaque. Es el momento de desempolvar trajes, de lustrar el bombo y preparar el cuerpo: es el mes del Carnaval.
Villa Pueyrredón cuenta con varias murgas. Los “Legendarios de la Esquina” es una de ellas. Su lugar es la plaza “La Nueva”, en Obispo San Alberto y Bolivia, frente a la estación. Comenzaron en 1998 siendo “Los pibes de la esquina”, pero después ese grupo se disolvió y conformaron en 2014 la actual murga.
“Arrancamos siendo tres. Todos somos de Villa Pueyrredón, tal vez algunos nos mudamos pero nuestra referencia está acá”, dice Hernán, uno de sus referentes. “La plaza la vimos crecer. Esto era un corralón donde se guardaban los trenes”, agrega para dar fe de los primeros momentos. Junto a él hablan Flor y Nacho, otros de sus compañeros.
La organización es “a pulmón”. “Nosotros somos autogestivos: hacemos rifas, los domingos de feria vendemos tortas. No tenemos apoyo de nadie, nos manejamos solos. Al entrar al circuito, recibimos un subsidio por las actuaciones con el que se llega a cubrir el costo de los micros. El tema es que se cobra al final de la temporada de carnavales”, explica Nacho.
Los costos no son un tema menor en la murga: un traje, incluidos los apliques y la pasamanería, se calcula entre 5000 y 6000 pesos.
Para quienes la integran, la murga conforma una actividad social. “Formar parte involucra a la gente a que se comprometa con algo. Eso a mucha gente la ayuda, porque capaz no hace nada. Y acá encuentra un ámbito de pertenencia, una contención, una motivación. Nosotros por ejemplo nos juntamos para armar galeras, apliques, hacemos asados. Eso contiene demasiado”, dice Hernán. Incluso no duda en afirmar que “si hay alguien que lo necesite, está la murga para ayudar”
Los integrantes son entre 40 y 50 actualmente, ayudados por haber ingresado al circuito oficial. “Hay mucha familia. Arrancó una chica y viene el marido, los hijos, familiares, etc.”, cuentan. Pero a la hora de tomar decisiones, se destaca un grupo de referentes que coordina al grupo. Ellos no les temen a las disputas que puedan surgir, y ponen un ejemplo cotidiano: “Es como un matrimonio, a veces hay discusiones pero tratamos de salir adelante”.
“Los Legendarios” se juntan todo el año en la plaza. Cuentan con un permiso legal para hacerlo entre una y dos veces por semana. “Durante todo el año vamos participando y eligiendo el repertorio y los bailes. Nosotros tenemos guitarra y bajo. Nos sentamos a ensayar y vamos tirando ideas. Se toman muchas canciones de rock o frases sueltas”, explica Flor. A los integrantes no se les pide nada a cambio, “sólo comprometerse”. “Si no se ensaya durante el año es difícil acoplarse en febrero”, agrega.
La murga cuenta con un reglamento interno, donde se prohíbe el consumo de alcohol. “Nos conocemos todos y queremos dar una imagen familiar, que es lo que somos. Acá traemos mate y agua”, dicen a tono firme. Destacan la gran camaradería que existe entre las murgas, sobretodo las del barrio: “Cada una tiene su estilo y su forma de manejarse”.
Los corsos se dan en cada zona de la Ciudad. Ellos aseguran no tener pica con ninguna de ellas: “Nosotros queremos invitar a todas, que no haya problema con ninguna”, dicen. Y destacan que, para evitar conflictos, no permiten los escudos de fútbol estampados en los trajes.
Los últimos tres años, “Los Legendarios” habían intentado ingresar al circuito oficial, pero sin éxito. Para este 2019, por fin lo lograron. Por ello, este febrero harán presentaciones en los distintos corsos porteños. “Una vez que se ingresa, hay dos presentaciones en las cuales el jurado pone un puntaje, que si lo superás, continuás”, explican. Los puntos se ponen respecto a los trajes o las actuaciones. Una mala calificación significa volver a la instancia de precarnaval.
Asumir las calificaciones es un desafío para el grupo de murgueros que expone el trabajo de todo el año. “Hay que tener resistencia”, se sincera Nacho. Y explica que para formar parte del jurado se debe ser sorteado y luego realizar un curso de capacitación. El desafío de convencerlos no es fácil: “algunos miran más los trajes, otros la presentación, el repertorio o la formación”, dice.
“Los Legendarios” se definen como una “murga no tradicional”. Pero lejos de algún dejo de soberbia, justifican la denominación con una característica técnica: “Las tradicionales tienen bombo, palillo y redoblante. Nosotros tenemos el bajo y cambiamos los ritmos en las pasadas constantemente”, explican. Esta innovación determinó años de “romper el hielo”. Hoy, según afirman, son muchas las formaciones que incorporan esos detalles.
Según la disposición en el corso, también hay otra clasificación en el ambiente de Carnaval. Están los “centro murga”, tradicionales, con trompetas únicamente además de la percusión y una sóla voz al micrófono. También las “agrupaciones murgueras”, como “Los Legendarios”, que pueden incluir los instrumentos que fueren y varios cantantes. Y otras son agrupaciones artísticas, agregan elementos teatrales. “Está muy bueno que sea variado, porque en la misma noche ves distintos tipos”, dice Flor.
Respecto a la relación con el Gobierno Porteño, la relación tiene idas y vueltas. “Ellos son los organizadores. Dan las habilitaciones y determinan las normas”, dice Hernán. Y destaca un interesante cambio para este año. “Ahora van a sacar spots, van a poner avisos en las avenidas, en los letreros de los subtes. Antes estaba medio dejado por parte del Gobierno aún siendo organizador”, comenta. Y refuerza con un ejemplo: “Nos pasaba que vos ibas por la calle y veías afiches que decían ‘Carnaval de Gualeguaychú, o de Corrientes’, y decías, ‘pero che, acá tenemos el nuestro, en la esquina de tu casa y gratis’”.
El movimiento feminista y la nueva mirada respecto al rol de la mujer no queda excluida en la murga. Y sus integrantes lo celebran. “Antes las mujeres hacían solas el desfile y los hombres estaban libres en el fondo. Ahora se está sumando todo, lo que está muy bueno, y se mezclan. Anteriormente venía una mujer y tenía su rol establecido, no podía elegir”, dice Flor.
El Carnaval 2019 será entonces el primero en el circuito oficial para “Los Legendarios”. Estarán en Villa Pueyrredón, Saavedra y Villa Urquiza, pero también habrá recorrida porteña, que incluirá entre otros barrios a La Paternal, Almagro y Barracas.
También participarán en corsos fuera del circuito. “Tenemos muchas murgas que nos ayudaron cuando no estábamos en el oficial, entonces ahora les devolvemos el favor”, explica Hernán. Para este Carnaval, no dudan en decir que se espera una mayor concurrencia. “Se fue menos gente de vacaciones este verano. Para todos ellos, es una linda oportunidad de hacer algo y pasar un buen rato”, invitan.