Hace dos años se creó en Saavedra una orquesta sinfónica, compuesta en su mayoría por jóvenes. Se destaca por su amplia variedad musical. El año pasado realizaron varios conciertos con mucha convocatoria y su integración crece día a día. En esta nota entrevistamos a Federico Onio Heinze, vecino del barrio, compositor, pianista, y “alma máter” de la orquesta.
Por Mateo Lazcano
La música, el sentido de comunidad y pertenencia, y la calidad artística se combinan hace ya dos años en una iniciativa en el barrio de Saavedra. Se trata de “La orquesta de Saavedra”, que reúne una treintena de personas, su mayoría jóvenes, y que aguarda por la finalización de la pandemia para poder mostrar su arte en centros culturales y distintos escenarios de la zona.
La misma nació en octubre de 2018 por impulso de Federico Ognio Heinze, vecino de Saavedra, compositor y pianista, y director de la orquesta. “Consiste en estudiantes y amateurs de la música, que tenemos por objetivo la formación de artistas responsables y conscientes de la importancia de su trabajo, así como la difusión y el acercamiento de nuestra labor a la gente del barrio y los alrededores”, comenta.
“Al principio éramos 11 músicos, y hoy el número se triplicó”, celebra. Dentro de los integrantes de la orquesta, predomina la franja entre los 20 y 30 años, algo no tan usual en el estilo orquestal donde suele ser más dominante los músicos adultos. De todos modos, hay lugar para los extremos: actualmente hay una adolescente y un hombre de más de 80 años en el grupo de músicos. Y la convocatoria nunca cesa: el director desea que el grupo se siga ampliando.
En un primer momento, la orquesta comenzó ensayando en la “Huerta de Saavedra”, ubicada en Plaza y Núñez. Luego las sedes fueron cambiando, pero siempre se mantuvo en el barrio. “Cuando escuchan el número de personas que somos, en algunos lugares se sorprenden y asustan, pero tienen mucha generosidad para recibirnos”, señala Federico.
La Orquesta de Saavedra es sinfónica, y a diferencia de otras de la zona que realizan repertorios de tango u otros géneros, ellos tocan clásicos como “Entreé les Sauvages” de Jean Philippe Rameau o “El Amanecer” de Peer Gynt. Una de las características del grupo es su amplia diversidad instrumental: clarinete, fagot, flauta, trompeta, trombón, corno francés, percusión, violin, viola, violoncello y contrabajo, entre otros.
Además de la exigencia musical, que le permite a la orquesta recibir buenas críticas en quienes se acercan a escuchar sus conciertos, Federico Ognio Heinze hace hincapié en el sentido de pertenencia y comunidad en los integrantes del grupo de Saavedra. “La intención es que se convierta en un punto de encuentro, de compañerismo y amistad. La música es también tan poderosa que genera vínculos y acercamientos entre las personas”.
Antes de la pandemia, cuando estaban permitidos los ensayos, el director de “La Orquesta de Saavedra” estableció una buena costumbre: en cada encuentro hay una pausa de media hora, para comer, beber y conocerse, algo clave en un conjunto que va renovando su staff de manera frecuente.
Para Federico, “la música tiene muchas emociones, afectos y conexión humana involucradas, que ayudan a hacer un mejor trabajo”, por lo que disponer de un momento para la interacción “hace más cómodo y placentero trabajar”.
Desde finales de 2018 y a lo largo de 2019, “La orquesta de Saavedra” realizó varios conciertos por la zona. Algunos de los lugares que los acogieron fueron el espacio de Cultura “OiHoy Casa Abierta” de Villa Ortúzar, y el “Círculo Apolo” de Saavedra y la “Biblioteca Popular Cornelio Saavedra”.
“Nos sorprendió la convocatoria. Nos pasó en los primeras presentaciones que estimábamos un número teniendo en cuenta allegados y familiares, y eso se desbordaba, había gente que se quedaba afuera”, comenta Federico.
La respuesta del público fue notoria. “El proyecto era conseguir el apoyo de la comunidad del barrio y eso pudimos lograrlo en poco tiempo. Muchos de los hoy integrantes del grupo se sumaron después de ver alguna de nuestras presentaciones”, agrega. Otros tantos, según rememora Federico, se acercaban para agradecerles por haber evocado algún momento de su vida o haberse sentido atrapados por alguna de las melodías.
La llegada de la pandemia impactó en la rutina de la orquesta. Impedidos de realizar los ensayos a través de videollamadas (requiere una sincronización imposible de lograr entre decenas de dispositivos), la acción musical quedó suspendida hasta nuevo aviso.
“Todo tiene como un cartelito que dice ‘próximamente’, ensayos, conciertos y estrenos. Pero a la vez, este tiempo lo consideramos como un momento propicio para desarrollar la creatividad que todo artista tiene”, explica el director del grupo.
Federico convocó a los músicos que lo desearan a expresarse mediante otra vía del arte: los cuadros. Cada uno de ellos eligió alguna pintura como inspiración para componer una pieza musical. Así nació el proyecto “Exenas”, que ocupa a las y los integrantes de la orquesta hasta que las cuestiones sanitarias les permitan volver a los escenarios.
Facebook: Orquesta de Saavedra
Instagram: @orquesta_desaavedra