“La pasión nos conduce a practicar porque la salida existe en nuestro interior”

Paula y Fabiana Chávez son hermanas gemelas. En el año 2010, se recibieron en el Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA). Ambas padecen el Síndrome de Stargardt, una disfunción visual, pero eso no les impidió seguir sus sueños. Ya recibidas, las hermanas presentan su primer disco.

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Por Mailén Maradei

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Sus movimientos son sutiles y su sincronización es perfecta. Con señas casi imperceptibles, las pianistas Paula y Fabiana Chávez se comprenden e interpretan una obra de Mozart en el auditorio de la Escuela Superior de Música “Juan Pedro Esnaola” (Polo Educativo Saavedra) para alumnos de primer año. Para ellas, este encuentro significó volver al lugar donde fueron alumnas y para los chicos formó parte de un ciclo de encuentros musicales que realizó el colegio.

“Son horas de práctica pero no te olvides que somos gemelas y tenemos las manos iguales. Al ser gemelas y tener las manos casi iguales, favorece esta simultaneidad. Además, es importante las técnicas de respiración, ponernos de acuerdo cuando entramos, cuando salimos, cuando respiramos y eso requiere mucho ensayo y una conexión interior que es inexplicable”, explica Fabiana Chávez sobre la sincronización y su hermana Paula agrega: “Adivinamos intuitivamente los movimientos de la otra pero también tenemos un código según la obra. Puede ser tocarnos los hombros, una respiración, los codos, tocarnos las manos”.

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Durante el encuentro, Paula y Fabiana tocaron composiciones de Brahms, Ravel y Mozart, parte del repertorio que está en el primer disco que sacaron en el marco del proyecto “Piano Sin Barreras”, iniciativa que crearon para “derribar las barreras tecnológicas y sociales que encuentran los músicos con disfunciones visuales, a la hora de adentrarse en el estudio de la música académica”. Este proyecto fue auspiciado por el Fondo Nacional de las Artes.

Las gemelas comenzaron a tocar el piano por iniciativa de su padre. Luego de que les diagnosticaran el Síndrome de Stargardt, su padre llevó un piano a la casa. “El motor más importante para que nosotras estudiáramos música fue nuestro papá, que era un pianista frustrado porque le gustaba tocar pero se dedicó a otra cosa. Eso nos cambió la vida”, señala Paula Chávez. Y también fue un incentivo para que se anotaran en el profesorado de música.

“Nosotras nacimos con visión normal y a los 13 años, tuvimos una disminución visual ó una baja visión – como se llama ahora-. Eso nos alejo un tiempo de la música porque no podíamos acceder a las partituras, entonces buscamos un método que nos permitió volver a tocar el piano”, cuenta Fabiana Chávez luego del concierto.

Las hermanas dejaron de tocar por diez años pero no se rindieron y decidieron apostar otra vez por su pasión. En su retorno a la música, se conformaron como dúo y encontraron una estrategia para tocar.

“El gran desafío de tocar el piano fue hacerlo juntas porque tocábamos solas pero cuando volvimos a leer partituras, retomamos. Ahí nos encontramos con otros problemas muy graves como la simultaneidad entonces tuvimos que implementar convenios para tocar a cuatro manos”, relata Fabiana.

La técnica que les devolvió esa posibilidad fue un programa informático que transforma las notas a un formato de voz. En sus comienzos, este programa tenía muchos defectos. Para corregir esos errores, Fabiana Chávez se especializó en el estudio de nuevas tecnologías para facilitarles la lectura de partituras a personas con discapacidad visual.

Sobre este método, Fabiana explica: “El primer encuentro con ese programa fue feo porque dije ´no sirve para nada´, lo probó mi hermana y tampoco le gustó. Cuando lo aprendí a usar, había cosas que estaban mal entonces empecé a hacer reportes sobre el programa y los creadores del programa arreglaron la versión original del software porque no estaba tan hecho para lo que nosotros lo utilizábamos. Estaba como un editor de partituras”.

Aunque las gemelas reconocen que también existen otros métodos como el Sistema Braile, Paula afirma: “El Braile es fabuloso pero este método nos vino mejor porque es más cercano a la musicografía convencional que ya habíamos aprendido” y Fabiana agrega: “este método nos sirvió a nosotras, no quiere decir que sea el ABC para tocar música”.

Por otra parte, Fabiana afirma que “el oído es fundamental para acordarse la partitura” y que también es “indispensable tener a una persona con visión normal” que realice el trabajo de transformar la partitura al formato del programa.

Antes de encontrar este programa, las hermanas Paula y Fabiana Chávez intentaron un sinfín de estrategias. “Preguntamos a mucha gente cómo hacía para saber donde estaba cada tecla pero todas las personas que entrevistamos eran no videntes de nacimiento y nos llevamos la gran sorpresa de que para ellos no era un problema no ver el teclado porque nunca lo habían visto pero nuestro caso era distinto”, cuenta Fabiana Chávez.

Fabiana y Paula Chávez dicen: “La pasión nos conduce a practicar porque la salida existe en nuestro interior”.

Ellas cumplieron sus sueños pero continúan trabajando para ayudar a otras personas para que también puedan cumplir los suyos.

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