Este sábado 25 de septiembre La Unión, Huerta Comunitaria de Villa Pueyrredón, festeja su primer aniversario y le da la bienvenida a la primavera con plantación de nativas, siembra de girasoles y entrega de semillas. Como cierre música en vivo.
Por Ignacio Di Toma Mues
Hace un año nacía la Huerta Comunitaria La Unión en Villa Pueyrredón. Y lo festejan este sábado 25 de septiembre a partir de las 15 horas por partida doble: aniversario y bienvenida a la primavera. Está ubicada en terrenos ferroviarios del ferrocarril Mitre, a la altura de la calle Larsen 3200. Se accede por un senderito – en subida – que está pegadito al Puente de la Av. del Fomentista, del lado del tren que va hacía la estación Migueletes.
Durante esta jornada, anunciaron, realizarán plantación de plantas nativas de la región, siembra de girasoles, cosecha de semillas de flores y entrega de semillas y plantines. Como cierre habrá música en vivo con Fabio Obregón, Nique Legarreta, Doña Calypsa y el Dúo Carmesi.
Desde la huerta comunitaria detallaron que en este primer año, atravesados por la pandemia, construyeron ocho bancales de cultivo y canteros de plantas aromáticas y medicinales. “Preservamos, regeneramos y aportamos parte de la flora nativa. Y armamos redes comunitarias de trabajo y saberes compartidos”.
Hace un año, a poco de iniciarse esta experiencia, Agustina Cavalanti, periodista de nuestro medio, dialogó con sus promotores, que ya habían tenido su experiencia en la Huerta Vecinal de Curupaytí y Argerich. “Siempre con la idea de replicar y sumar más huertas en el barrio. Una vez Carlos Briganti, conocido por El Reciclador, nos dijo: Chicxs, cuando la huerta funciona hay que irse y armar otra”.
En esa oportunidad, explicaron que “todas las huertas comunitarias que conocemos surgen de vecinxs que hacen uso del espacio público, uso del espacio del barrio. Nosotros nos acercamos al terreno, caminamos y charlamos con lxs vecinxs de la cuadra. La respuesta fue muy buena”.
A pesar de las difcultades por el aislamiento social primero, y luego el distanciamiento, debido a la pandemia, la huerta siguió su curso. Es hermoso y gratificante ver, como cuando eramos los chicos, el regreso de las mariposas al barrio. No se fueron por capricho, las echamos de sus lugares naturales.
Hoy la acción comunitaria de vecinos y vecinas está recuperando terrenos para replicar las experiencia de los inmigrantes que hicieron el barrio, con sus quintas y sus huertas en los fondos de sus casas.
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