El miercoles 31 de enero, desde los barrios porteños miles de vecinos y vecinas, organizados en asambleas, marcharon al Congreso en rechazo de la Ley Ómnibus. Lo hicieron mientras se trataba en la Cámara de Diputados la norma que legisla la entrega del patrimonio del pueblo argentino a las corporaciones nacionales y extranjeras; desfinancia la salud, educación y la cultural; y criminaliza la protesta social.