Guadalupe García López es directora de “Hagamos un Trato” y creadora de la “Boutique de Emprendedores” en el barrio de Agronomía. Entrevistada por El Barrio Villa Pueyrredón nos contó el desarrollo de esta actividad y su futuro.
Por Ana Colombo Blanco
Al entrar al espacio armado en Nazca 3754, entre Gutenberg y Pedro Morán, la multiplicidad de colores es lo primero que llama mi atención. Hay muchos productos interesantes por descubrir y cuesta decidirse por donde comenzar. En seguida, llega Guadalupe García López, la creadora de la Boutique de Emprendedores y del programa de radio “Hagamos un trato” y su torbellino de energía se percibe inmediatamente en el local.
Acercándose a los 30 años, Guadalupe comenzó a replantearse qué era lo que quería para su vida profesional. Tuvo, lo que ella misma calificó, un “momento Newton”: le cayó una manzana (en un sentido figurado) que la hizo darse cuenta que no quería trabajar más en relación de dependencia.
Habiendo estudiado Ciencias de Comunicación en la UBA, trabajó por siete años en una compañía de prestaciones de salud, en la que se desempeñaba exitosamente. Sin embargo, sentía que “tenía un montón de capacidad para desarrollar, para aportarle a otros, para compartir y no la estaba aprovechando. Es como un fuego interno que empieza a prenderse para no apagarse más”
Tal es así que en abril de 2011 decide renunciar y empezar junto a Gervasio, un amigo suyo, un programa de radio al que llamaron “Hagamos un trato”. El programa se transmitió por Radio Palermo y en sus comienzos era de tipo “magazine” donde lo que buscaban era acercar a sus oyentes el “detrás de” el armado de una producción audiovisual independiente o cómo era la vida de un músico callejero.
Con el correr de los años el programa cambió otras dos veces de emisora pero continuó y se afianzó cada vez más hasta convertirse en un referente de la cultura emprendedora.
Precisamente, fue a través de la realización del programa que Guadalupe tomó contacto con las limitaciones que enfrentaban los emprendedores a la hora de poner en circulación sus productos y decidió hacer algo al respecto.
“En el programa de radio nosotros teníamos un segmento de historias emprendedores y empezamos a notar que los chicos que hacían productos y objetos no tenían donde venderlos”.
Al detectar aquel patrón común la emprendedora de nuestro barrio decidió poner las manos en la masa y montar un esquema de ferias semanales fijas.
Comenzó en marzo de 2013, en un garage en el que exponía la producción de ocho emprendedores todas las segundas semanas del mes. Se trataba de artículos de decoración, diseño y regalería.
“Hagamos un trato” se encargaba de armar todos los stands, mostrar todos los productos, y contar las historias detrás de los emprendedores. La propuesta pegó, fueron sumándose cada vez más emprendedores y meses después le surgió la posibilidad de alquilar un local para montar lo que es hoy en día la Boutique de Emprendedores.
Abrir el local representó un triple desafío: fue la creación de un espacio novedoso en el barrio que la vio crecer, el acercamiento de productos de diseño y calidad a precios justos y el compromiso de crear trabajo.
De acuerdo con Guadalupe, la boutique tiene éxito por el trabajo en conjunto, cuentan con los emprendimientos de personas que aman lo que hacen y eso se traslada al objeto. Actualmente, cuentan con 35 emprendedores que apostaron a esta dinámica de trabajo.
Su fundadora lo define como “un coshowroom de emprendedores, no es un local tradicional de cosas lindas”. En el local podemos encontrar desde espejos trabajados con vitrofusión, juegos didácticos para niños, carteras y hasta budineras de silicona. Una de las características de la boutique es la semiexclusividad, no puede haber más de dos emprendedores del mismo rubro.
Guadalupe ve a su trabajo en el mundo de emprendedores como un camino diferente al modelo tradicional de las empresas. Donde los vínculos humanos se destacan por sobre los fines netamente comerciales.
“Los emprendedores tenemos una conexión con la acción muy particular, ser emprendedor es no quedarse, perseverar, preguntarnos, ver hacia donde estamos yendo”, nos comenta. De hecho, una frase suya muy motivadora se apodera de una de las paredes de su local, donde se lee: “Los sueños son el motor de posibles realidades. Sueña bonito”
Entre los planes para el futuro se cuentan el desarrollo de capacitaciones para emprendedores y de miniferias de exposición de productos. A su vez, considera la expansión de “Hagamos un Trato” en barrios cercanos, la implementación de una cuponera de descuentos con los demás comerciantes de la zona y la realización de eventos nocturnos.