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Comienzo oficial del año político |


Fin del verano, apertura de sesiones ordinarias, regreso a clases. Marzo es el mes en el que el año arranca de una vez por todas y en la Ciudad de Buenos Aires eso se percibe en el aire. Para la política porteña el 2017 será particularmente movido por tratarse de un año electoral.

Por Fernando Casasco

Una ciudad “en movimiento”. Esa es la idea fuerza que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, decidió imponer durante su discurso frente a la Legislatura en el inicio de las sesiones ordinarias. Lo que muchos se preguntan es hacia dónde va ese movimiento. Y si en ese “ir para adelante” están todos incluidos o si habrá gente que quedará a la vera del camino.

El mandatario expuso el pasado 1° de marzo los ejes centrales de su gestión: una Ciudad más integrada; promover la convivencia; recuperar y mejorar el espacio público; apostar al desarrollo económico.

Entre los logros legislativos del año pasado enumeró la aprobación de la ley que creó la nueva Policía de la Ciudad de Buenos Aires; las leyes de integración del Barrio 31, de Retiro y del Barrio 20, de Lugano; el Boleto Estudiantil Gratuito; la Historia Clínica Electrónica y la creación del Ecoparque.

En materia educativa, Rodríguez Larreta sostuvo que su gobierno trabaja por “una educación pública de calidad, para que cada chico de la Ciudad pueda acceder a ella”. Además del logro del boleto estudiantil, subrayó los avances con la “jornada extendida” en las escuelas primarias, la adaptación de estudiantes de primer año del secundario, la capacitación de 10 mil docentes y la continuidad del programa “Leer para crecer”, que entrega libros de texto a los alumnos desde los 5 años.

Pese a lo expuesto por el Jefe de Gobierno, la situación del sistema educativo sigue dejando zonas oscuras que son imposibles de ocultar. En primer lugar, la cuestión salarial de los maestros se vuelve a poner en tela de discusión.

Sobre el cierre de esta edición continuaban las negociaciones paritarias, con posiciones muy alejadas, entre el 35% de aumento reclamado por los gremios docentes y el 18% ofrecido por las autoridades porteñas.

A ello se suma un paro docente nacional de dos días, convocado en rechazo a la decisión del gobierno de Mauricio Macri de no convocar a la paritaria anual, que está contemplada en la ley de financiamiento educativo (artículo 10)

Al respecto, las gestiones combinadas de Cambiemos en Nación, Provincia y Ciudad de Buenos Aires propiciaron con impudicia la aparición de fenómenos inéditos, al menos desde la recuperación democrática, como la aparición “espontánea” de “voluntarios” que se ofrecen para dar clases a los alumnos, frente al anuncio de un paro docente; o la campaña de demonización de los líderes sindicales, orquestada a través de medios de comunicación oficialistas y ratificada por el propio Presidente de la Nación ante el Congreso Nacional, al sostener que uno de los dirigentes que había sido amenazado de muerte “no necesita que nadie lo cuide”.

Volviendo al caso de la Ciudad de Buenos Aires, otro punto en discusión vuelve a ser el de la falta de vacantes educativas, específicamente de nivel inicial. Familias autoconvocadas volvieron a reclamar en el recinto de la Legislatura la falta de jardines para todos los niños porteños.

Según la auditora general de la Ciudad, Cecilia Segura, “en la Ciudad no hay vacantes para más de 11 mil chicos porque faltan escuelas. La crisis de las vacantes es algo que esta administración arrastra desde hace años”.

Como ya se advirtió en esta columna, desde la asunción del macrismo en la Ciudad, la educación bajó su participación en el presupuesto porteño, del 28 al 22%; la participación del área de infraestructura cayó a la mitad dentro del presupuesto educativo; y a ello se suma la subejecución: “de cada 10 pesos destinados para el área, no se gastaron 3”, destaca Segura.

Otra de las áreas en las que Rodríguez Larreta hizo hincapié fue en la de la seguridad, sobre todo a partir del traspaso de las comisarías y la formación de la Policía de la Ciudad.

En ese sentido, remarcó la decisión de incorporar al patrullaje de las calles 1.400 policías por año hasta el 2019; al tiempo que se comprometió a invertir en “patrulleros con cámaras de 360 grados, celulares geolocalizables, lectoras de patentes, cámaras en los transportes públicos y mejoras en la luminaria”.

Asimismo, destacó la apertura del programa “ComisarÍas Abiertas” para que los vecinos puedan acercarse a hablar con los comisarios. Respecto a esta iniciativa, el legislador de Bien Común, Gustavo Vera, se mostró incrédulo al afirmar que “resulta difícil que los vecinos confíen en varios de estos comisarios que en el pasado tuvieron jurisdicciones con abundante cantidad de delitos y además tienen patrimonios personales que no pueden explicar con su salario”.

Por su parte, el kirchnerista Gabriel Fuks, enfatizó que el Jefe de Gobierno “no mencionó la puesta en funcionamiento de los foros comunitarios exigidos por la Ley recientemente votada «.

Uno de los caballitos de batalla de la gestión es el de la urbanización de los barrios carenciados. Rodríguez Larreta afirmó que “en barrio 31 estamos por empezar a construir las primeras escuelas”, al tiempo que prometió que “para el 2019 todos los habitantes del barrio van a tener esos mismos derechos, que van de la mano de las responsabilidades, ya que van a pagar sus impuestos como el resto de los porteños”.

Pero en la oposición no creen en los juramentos oficiales. “La situación de las villas en la Ciudad va a permanecer más o menos igual si el oficialismo sigue proponiendo un porcentaje de obra nueva que va del 10 al 20% en el mejor de los casos”, afirmó el diputado del Frente Renovador Javier Gentilini.

En el caso específico de la villa 31, Fuks enfatizó que “de manera absurda, (el Jefe de Gobierno) informó que se destinarán 1700 millones de pesos al corrimiento de la Autopista Illia, una obra que no es prioritaria en esta etapa”.

A su turno, Marcelo Ramal, del FIT, resaltó que Larreta “celebró una urbanización de villas que está por verse, pero en nombre de la cual ya se han rematado más de 200 hectáreas de tierras públicas”.

Más allá de las obras concretas a nivel “municipal”, desde la oposición se criticó una falta de rumbo general a los problemas económicos y sociales que apremian a los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires.

El legislador kirchnerista Carlos Tomada lo resumió al sostener que “el principal escollo de Larreta es gobernar con Macri de Presidente, cuyas políticas están deteriorando todos los indicadores sociales”.

En ese sentido, enfatizó que “el desempleo pasó de 7,2% a 9,8%; la actividad económica cayó un 5%; y el ingreso familiar promedio perdió el 6% de su poder de compra” en el último año.

Esos índices – en caso de agravarse – son los que podrían complicar al oficialismo de cara a las elecciones de este año, en las que se juega bastante más que algunas bancas en el Congreso y la Legislatura.

Dentro de Cambiemos sigue intacta aún la posibilidad de candidatear a Elisa Carrió, quien saldría airosa – según las encuestas – aún si tuviera que enfrentar a Martín Lousteau, en una PASO de Cambiemos o en la general.

Entre quienes se plantan en la vereda opositora crece la tendencia a pedir un gran frente de unidad. Incluso algunos mencionan el nombre del diputado y ex gobernador bonaerense Felipe Solá como un candidato que encabece una lista del peronismo, que sume a aliados a derecha e izquierda.

Mientras tanto, en los sondeos uno de los opositores con mejor imagen sigue siendo Daniel Filmus, aunque sin romper el techo del 20% de intención de voto que se mantiene fiel al kirchnerismo.

Entre planes, críticas y elogios, el año ya arrancó. Otra vez serán los porteños los que este año podrán expresarse acerca de si la Ciudad continúa su movimiento en el mismo sentido o si es necesario un cambio de rumbo.

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