Hace casi siete años – en septiembre de 2014 – se colocaron baldosas por “memoria y justicia” en Villa Urquiza por las docentes del Instituto Nuestra Señora del Carmen, y de los Colegios Pirán y Reconquista, Susana Marco y Susana Morás, y el Padre Pablo Gazzarri de la Iglesia Nuestra Señora del Carmén. Secuestrados y desaparecidos durante la dictadura cívico-militar. Esta nota recrea ese momento.
Por Ignacio Di Toma Mues
En esta nota, este cronista quiere rememorar un acto que lo emocionó y conmovió. Fue el sábado 20 de septiembre de 2014 en Villa Urquiza en memoria de las docentes Susana Antonia Marco y Susana Carmen Morás, y el sacerdote Pablo María Gazzarri, secuestrada y desaparecida hasta estos días.
Pablo Gazzarri (32 años) fue secuestrado cuando regresaba a la casa de sus padres en el barrio de Once el 27 de noviembre de 1976, y Susana Morás (24 años) y Susana Marco (33 años) en sus domicilios el 6 de abril de 1977.
Participe del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, Pablo realizaba tareas solidarias en las villas y a principios de 1976, junto a un grupo de jóvenes – entre ellos Susana Morás y Susana Marco -, organizó un viaje al norte para trabajar con los hacheros y trabajadores rurales.
Al momento de su desaparición, el Padre Gazzarri se estaba incorporando a la Congregación de los Hermanitos de Foucault, sacerdotes que vivían en lugares humildes y trabajaban como obreros o artesanos, y ofrecían sus servicios religiosos desde ese lugar. Pablo iba a trabajar como electricista.
Susana Morás era maestra de 4° en el Instituto Nuestra Señora del Carmen y Susana Marco profesora de Lengua y Literatura en el Colegio Emilia Mourtier, en el Instituto Nuestra Señora del Carmen, y en el Colegio Reconquista.
Ambas trabajaban en la formación de jóvenes cristianos y acompañaban al Padre Pablo en su misionar. Susana Morás era la presidenta de la rama juvenil de la Acción Católica.
Se colocaron tres baldosas. Una, la de Susana Antonio Marco, en la puerta del Colegio Emilia Mourtier de Piran, ubicado en Av. Triunvirato, entre Cullen y Pedro Ignacio Rivera. Entre los asistentes estaban las sobrinas de Susana; Chiqui, la mamá que a los 100 años de edad, pudo presenciar con mucha emoción el homenaje que se le brindó y la Hermana Nelly González, quien fuera la rectora del Pirán en esos años.
Luego se colocó la baldosa en homenaje al Padre Pablo Gazzarri en la esquina de Cullen y Av. Triunvirato donde está la Iglesia Nuestra Señora del Carmen, lugar en el que ejerció su sacerdocio.
Daniel Lastra, que estaba en el movimiento juvenil de la Parroquia del Carmen, contó que Pablo “era una persona sencilla, amigable y con un compromiso personal de opción por los pobres muy profundo. Hablar de él es también hablar de Susana Marco y de Susana Morás. Con ellos compartí los preparativos para el campamento de trabajo que se hizo en el norte de Santa Fe durante el año ’76, junto con el cura Raúl Martínez y también con Emilio, seminarista de San Patricio asesinado en julio de 1976 por comando policiales junto a otros religiosos”.
Por último, la baldosa de Susana Carmen Morás se emplazó en la puerta del Instituto Nuestra Señora del Carmen, en Cullen y Av. Bucarelli.
Susana Redondo, la promotora y organizadora de esta iniciativa manifestó que: “desde hace muchos años amigos de la parroquia, colegas docentes y amigos de aquella época sentimos sus ausencias y nos lamentábamos que no hubiese un recuerdo vivo en los lugares donde ellos desplegaron su amor por los otros, es por eso que nos fuimos reencontrando poco a poco para materializar este homenaje”.
Además explicó que “elegimos este día porque el 11 de septiembre fue el día del maestro y Susana Morás era maestra, el 17 de septiembre fue el día del profesor y Susana Marco era profesora y ayer (19 de septiembre) Pablo Gazzarri hubiese cumplido 70 preciosos años”.