“La realidad nos convoca todo el tiempo”

Julia, Alicia y Cecilia: Unidad Barrial Villa Pueyrredón
Tres militantes, integrantes de Unidad Barrial Villa Pueyrredón, que dejan huellas en el territorio con su intervención social y política. Tres mujeres empoderadas que activamente se involucran con las problemáticas del barrio. Julia, Alicia y Cecilia se ponen la remera de la solidaridad y trabajan en pos de la unidad y la participación.

Por Agustina Cavalanti
Urquiza se Organiza

El encuentro fue el domingo a las once en el Nunca Más de Villa Pueyrredón. La noche anterior habían cerrado las listas para las candidaturas políticas con miras a las elecciones de octubre. Alicia, sonriente, prepara el mate. Mientras, hablamos de maternidad, adolescencia y votaciones. En su remera lleva dibujada la bandera de los pueblos originarios.

bujinkan illa pueyrredón

(Alicia)- Yo insisto que Unidad Barrial tiene que trascender las elecciones, porque no es una necesidad individual, es plantear una forma distinta de hacer política, de vincularse, de atender las necesidades de un territorio. Hay mucho dolor escondido. Si uno realmente construye con convicción también construye otros lazos, distintos a los de la superestructura política- piensa en voz alta.

En este espacio también funciona el comedor de la cooperativa de recuperadores urbanos “El Álamo”. Ponemos una mesa, tres sillas y un banquito. Llega Julia y se sienta. Había dicho que con “bebé adentro” o “bebé afuera” iba a participar de la entrevista. Está embarazada a término.

(Julia)- Como Unidad Barrial no tenemos un lugar físico de encuentro, eso nos fuerza salir a articular con otros sectores y hoy estamos abocados a que se sostengan los espacios comunes, desde distintos ámbitos de participación social, política y territorial. Es tiempo de llamar a la unidad y de trabajar en conjunto. La demanda nos lleva a proponer soluciones colectivas- expresa.

Más tarde llega Cecilia, agitada. Se había quedado dormida. Ella y Julia forman parte de la lista para la Junta Comunal 12 por el Frente de Todos. Enciendo el grabador.

– ¿Qué las une? – pregunto.

– El espanto- dice Alicia.
– El territorio- agrega Julia.
– La convicción, la fuerza y las ganas- remarca Cecilia.

Alicia Montoya se define como militante social. Trabaja en el equipo técnico de la cooperativa de cartoneros “El Álamo” y en la Federación Nacional de Recuperadores: forma parte de la organización y formalización de trabajadores del reciclaje a escala nacional.

Julia Dorin milita en el Partido Comunista Congreso Extraordinario (PCCE), integra la Red Mil Flores y participa de la Asamblea de Mujeres y Disidentes de Villa Pueyrredón.

Y Cecilia Gregoratta, es militante política de la Cámpora Comuna 12. Sus pilares de trabajo son la economía social y la cultura: desarrolla un proyecto de Huerta Urbana en terrenos lindantes a la vía del ferrocarril Mitre, y desde hace varios años articula con el Centro Cultural “El Alambique”.

– Muchos vecinos te ven como “independiente” y no con una posición partidaria. Yo estoy convencida que el territorio es eso. Además, hay tanto malestar en la ciudadanía que saben que quienes pueden sacarlos de esto son las personas que están en los territorios- expresa Alicia.

Y Julia suma:

– Rescato el sentido que en su momento Cristina lo nombra como Unidad Ciudadana. Ampliar la mirada para incluir distintos espacios donde se genere participación. Empezar a deconstruir esta idea cerrada de la militancia y empezar a armar una idea de involucramiento, que me importe lo que le pasa al de al lado.

Pienso en Osvaldo Bayer. Una vez escribió: “todo tiene que resolverse con la participación de la gente”. Y las veo a ellas interviniendo el barrio, con solidaridad. Enfrentando las políticas neoliberales de ajuste y hambre. El grabador sigue encendido.

Olla Popular: “El hambre no tiene color político”

Olla Popular de Villa Pueyrredón

Los viernes en Villa Pueyrredón se sirve un plato caliente. Desde hace dos meses, integrantes del Colectivo Barrial hacen una olla popular, ponen un gazebo, una mesa, un mantel y vasos. Arman, en conjunto, un pequeño hogar. Además, juntan donaciones de alimentos no perecederos, abrigos y frazadas. Actualmente comen entre 60 y 65 personas en la esquina de Cabezón y Artigas.

(Alicia) – Surge por necesidad, y nos pareció que frente a eso había que dar una respuesta. Garantizar un espacio para que la gente coma y no se sienta sola. Que hay otros que no pasan hambre pero que les duele el hambre. El hambre no tiene color político.

La conversación se pone cada vez más interesante.

(Alicia) – Por la temática social tuve mucho contacto con el Papa Francisco cuando era cardenal en la Ciudad y siempre me acuerdo que cuando presentó la “Encíclica Laudato SI” reivindicó la política como el arte y la capacidad superior del ser humano para transformar. La idea de reinstaurar prácticas sociales: cuando no hay prácticas sociales, la política es vacía. La olla es eso, una práctica social.

-¿Los vecinos colaboran? – me inquieto.

(Alicia) – Mucho y es muy gratificante pasar y ver esas relaciones entre los vecinos en la Olla. Se genera unidad. Si hay unidad se pueden sortear los obstáculos que a la vista son muchos.

Feria Mil Flores, entre emprendedores y cultura popular

 

Feria Mil Flores Villa Pueyrredón

Desde el Partido Comunista Congreso Extraordinario (PCCE) hace ya seis años que sostienen el espacio de la Feria Mil Flores, en la plaza de la estación de Villa Pueyrredón (Cabezón y Bolivia). Se realiza una vez al mes y cuenta con más de cien puestos de emprendedores en cada edición.

(Julia) – Es un momento de visibilidad hacia los vecinos. Siempre estamos convocando y articulando con grupos de música, de teatro y bailes; distintas expresiones de la cultura popular del barrio. Utilizamos el espacio público como vidriera para mostrar lo que está sucediendo. Por ejemplo, se acercaron las compañeras del INTI, del CONICET, las enfermeras de hospitales, etc. Es un espacio de trabajo permanente para nosotros.

-Visibilizar, interviniendo. Como las siluetas pintadas en el parque de la estación- Interrumpo. Y refiero a los nombres de las mujeres asesinadas en 2019, dibujadas por la Asamblea de Mujeres y Disidentes en la Plaza de Obispo San Alberto y Bolivia.

(Julia) – Es una plaza que la circulamos mucho como vecino, vecina, como familia, y a mí me ha pasado ver cómo se dispara la pregunta a partir de ese nombre en el suelo. La posibilidad de ver cómo construir instancias que nos permitan trabajar en conjunto temas que son trasversales y donde hay un montón de posiciones y debates posibles.

Huerta de Villa Pueyrredón: militando la soberanía alimentaria

Huerta Urbana de Villa Pueyrredón

La huerta familiar del barrio cumplió un año. Todos los sábados en Argerich y Curupaytí (a las cuatro de la tarde) niños, niñas, madres y padres trabajan la tierra. Se capacitan. Aprenden para replicar. Ya sembraron mango, palta, mandarina, limón, y verduras de hoja.

(Cecilia) – Nace con esta experiencia del territorio y de la ocupación del espacio público; de hacer visible, de rescatar un pedazo de plaza no colonizada por el cemento del Pro. Un espacio de práctica social, de encuentro con los vecinos, de charla, de militar la soberanía alimentaria.

-¿Venden lo que cosechan?- curioseo.

-No- responde. Y cuenta que colaboran con la Olla Popular y con distintos emprendimientos gastronómicos. Hace silencio.

(Cecilia) – En septiembre vamos a sembrar maíz en el corredor que está pegado a la vía. Son como cien metros.

(Alicia) – Como Cooperativa articulamos con la huerta, buscamos que se reproduzca en los hogares de las familias de los recuperadores urbanos.

Cooperativa El Álamo: “No son los nadie de la tierra”
Cooperativa El Alamo

Centro Verde de la Cooperativa El Álamo

-Este barrio (nadie lo sabe) se usó en Ecuador como modelo: me convocó Correa cuando tuvo que armar el plan de residuos para Quito- Nos sorprende Alicia. Sí, Julia y Cecilia tampoco lo sabían.

La cooperativa de recuperadores urbanos “El Álamo” emerge con la crisis de 2001 y, en estos años, ha generado un cambio en el paradigma de la gestión de los residuos, en el modelo cultural y social.

(Alicia) – Previo a que Macri-Michetti ganaran en la Ciudad nos reunimos. Fueron muy torpes al principio, y la torpeza los obligó a una negociación. Le fuimos imponiendo paulatinamente un proceso de política pública.

Actualmente, la Dirección General de Reciclado de la Ciudad de Buenos Aires posee un presupuesto y los recuperadores reciben un subsidio por parte del Gobierno. En la cooperativa “El Álamo” trabajan cerca de 170 recuperadores. Tienen a su cargo el servicio público de recolección de reciclables en dos zonas: por un lado, Villa Pueyrredón, Parque Chas y Agronomía. Y por el otro, Devoto, Villa del Parque y Villa Santa Rita.

-¿Macri es el dueño de la basura?- pregunto. Asienta con la cabeza.

(Alicia) – La crisis ambiental es tan grave, y estos “hombrecitos” pueden generar un impacto tan importante, que ahí entendí porque hay tanto miedo. Es que realmente es muy económico, es tan bueno el sistema, limita tanto la posibilidad de negocios, que en realidad es una pelea maravillosa. Yo no termino de agradecerle a la vida que me haya permitido este contacto. Parafraseando a Galeano digo que “No son los nadie de la tierra” y que en este barrio pudimos transitar porque hubo una comunidad mayoritaria frente a grupos minoritarios que cortaban las vías pidiendo que “echaran a los negros del barrio”. Por eso creo profundamente en las transformaciones comunitarias.

Para Alicia, el Estado sobrevuela la agenda verde: pasa mira, pero no aterriza en ningún lugar.

(Alicia) – Cuando se inauguró el Programa Escuelas Verdes del Gobierno de la Ciudad, ponían un camioncito que recogía el material y lo llevaba a las cooperativas, y ahí descubrimos que lo que recogían era la basura, porque lo que les decían a los maestros que separaran no era lo que correspondía. Nosotros armamos un protocolo para cada escuela, recorrimos todas y entregamos folletería. Ese camión por Villa Pueyrredón no pasa: las escuelas las hacemos nosotros (y el nosotros es un recuperador, no un camión).

El Alambique cultural

 

 

Teatro El Alambique

El alambique es un recipiente que se utiliza para destilar líquidos: se incorporan distintos elementos que atraviesan por estados de calentamiento, condensación y enfriamiento, dando un producto distinto al que ingresó. Para las creadoras del Teatro de Villa Pueyrredón, las personas que atraviesan por un evento cultural, de cualquier índole, pasan por distintos estados y no vuelven a ser los mismos. El Centro Cultural “El Alambique” invita a la transformación.

(Cecilia) – Conocí el espacio por una compañera. No había escenario, techo, cortinado, aire, solo estaba el galpón que era un taller de serigrafía. Ahí hicimos el primer concurso “Maravillosa música” con bandas de chicos de la secundaria. Con el tiempo, organizamos charlas, encuentros, espectáculos, siempre con una temática del compromiso con lo social, político y gratuito.

A partir de 2015 comenzaron con ciclos de cine, todos los miércoles. Proyectaron la película “Ya es tiempo de violencia”; “Trelew”; “Che”; entre otras, y el último 24 de abril emitieron el documental de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo “Todos son mis hijos”, con la presencia de Hebe de Bonafini.

(Cecilia)- Y el primero de agosto va a venir el psicoanalista y escritor, Jorge Alemán. No va a ser una conferencia sino una charla con la militancia.

– Es muy interesante ese espacio por esta posibilidad de proponer lugares donde el vecino “suelto” circule y encuentre un espacio de participación- reflexiona Julia.

Junta Comunal “en construcción”

-¿Qué lugar ocupa la Junta Comunal en las actividades? – pregunto.
Me miran. Se ríen. Reformulo la pregunta.

-¿La Junta Comunal, ocupa algún lugar?- El grabador ya registra una hora de entrevista sin interrupción. Se abre el debate político.

-Hoy es un espacio que no tiene vida, no hay una política ni por parte del Pro en la Ciudad ni por parte de los funcionarios de nuestra comuna para que eso funcione como el espíritu de la ley. Entonces no ponemos energías en lugares donde entendemos nos llevaría al desgaste. Hoy hay otras urgencias- remarca Julia.

Y habla de su participación como candidata suplente en la lista de comuneros.

– Por eso soy parte del escenario electoral. La junta comunal está para construirla, hoy es un ente vacío.

Para Cecilia tampoco existe representación dentro de la comuna.

– En las elecciones de 2015 quien estaba en la lista de Unidad Ciudadana, luego de ganar, empezó a jugar en el espacio de Lousteau (se refiere al comunero Gustavo Vaca). Las comunas son una institución en disputa, donde tenemos que entrar a jugar y desgastar a este Gobierno desde la institucionalidad.

Alicia habla de un vaciamiento de las estructuras de participación.

-Las comunas surgen como un movimiento muy rico, pero pierden sentido cuando la comunidad deja de existir como un movimiento vivo y genuino. Nadie tiene en cuenta quiénes son los comuneros, esos señores que cobran mucha plata para no hacer nada. Pero tampoco hay una comunidad que les reclama. Hay que volver a poner en funcionamiento lo colectivo. Democracia con voto no es democracia, comuna con voto no es comuna.

Como señaló Bayer, mientras haya miseria no hay democracia… (Interrumpo el debate).

-¿Qué opinan de la fórmula F-F?- pregunto.

(Julia) – Los momentos de crisis son oportunidades “para” y en ese “para” hay que poner los ladrillitos que van quedando sólidos y que no se destruyen con los vientos de la coyuntura. Cristina es mi máxima referente, quien hoy está pudiendo expresar esta necesidad de reconstrucción, de vuelta a un camino de soberanía, solidaridad, incluso con la propuesta que hace de su candidatura con Alberto Fernández. Y vamos a trabajar por eso.

Si bien Alicia dice que no es kirchnerista, reconoce que en estas elecciones “hay que parar la sangría”.

(Alicia) – La descomposición de la clase política es muy alta, y eso también expresa que hay que repensar para atrás y mirar para adelante. El trabajo registrado y con derechos está en proceso de destrucción. Cuando la conquista del trabajo con reconocimientos con derechos se ataca, se ataca la nación, porque la nación no es solamente una bandera. Después de la elección viene la pelea, ese va a ser el momento donde las unidades se ponen a prueba.

Y Cecilia cree que, además del mensaje político, la fórmula F-F representa “algo personal”.

– Hay algo ahí dando vueltas que es muy fuerte y es lo humano. Recomponer esa relación con Alberto, política y también humana, de amistad, de confianza. Creo que es un mensaje importante para los que practicamos la política, fundamental en este momento- señala Cecilia.

Vuelvo a recordar al gran Osvaldo Bayer, aunque ahora disiento con sus palabras. Una vez dijo “somos una chispa en la historia”, y Alicia, Julia y Cecilia más que una chispa son como una gran fogata que alumbra Villa Pueyrredón en medio de tanta oscuridad.

-Seamos nosotros y nosotras desde los sectores organizados de la sociedad las que no abandonemos la lucha, que no retrocedamos ningún derecho conquistado. La realidad nos convoca todo el tiempo a accionar. Villa Pueyrredón resiste, resaltan las tres.

Apago el grabador. Sin duda, amerita otro encuentro.

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