El género cinematográfico del western nace casi simultáneamente con el cine, apenas, unos años después del descubrimiento del dispositivo fílmico que crearan, también simultáneamente, Edison y los hermanos Lumiere. Aunque ya existían expresiones artísticas – literatura, baladas, pintura, etc. – que tematizarán al lejano, salvaje y desconocido oeste; fue el encuentro de una necesidad y un medio de comunicación de masas lo que desplegó ese universo temático a escala global.
Por Jorge Gallo
Estados Unidos, esa nación joven, impetuosa y moderna, lleva adelante durante todo el siglo XIX la constitución de un gran territorio desde Atlántico al Pacífico impulsado por el ansia de conquista del que siente que se hace a sí mismo.
Fundamentado en el llamado “destino manifiesto”, aquella concepción que entendía que era una pura evidencia que el americano estaba destinado a expandirse llevando la civilización a lo profundo del territorio americano al costo que sea; de ahí en adelante Estados Unidos justificaría su rol de gendarme del mundo interviniendo, invadiendo y destruyendo países soberanos.
De aquellas trece colonias británicas que se independizan a fines del siglo XVIII, cien años después Estados Unidos es un enorme país a través de un proceso que implicó el empleo de la fuerza: guerra con México, guerra civil, guerras indias.
Un proceso de conquistas, anexiones y compras compulsivas de territorios; con el triunfo del modelo industrial del norte frente al modelo esclavista y de cultivo único del Sur, y la masacre de los pueblos originarios, se gestará la futura potencia del mundo.
Esta gran nación necesita de mitos que fundamenten su praxis, que legitimen su existencia en el nuevo panorama mundial que el siglo XX presenta; está necesidad confluye con un medio propicio: el cine.
Será el género western el que de sentido a la conquista del Oeste Salvaje y le otorgue un carácter épico, que presente sueños y deseos que colonicen el sentido común, ya no solo de su pueblo, sino del mundo entero – razón de ser de toda nación imperialista – con valores tales como la existencia de una gran tierra “vacía” para que la tome ese hombre que se hace a sí mismo en “libre” competencia con los otros: el sueño americano.
La conquista del Oeste era clave para la constitución de una nación que debía neutralizar definitivamente le pretensión europea sobre el continente americano. Una vez restauradas las monarquías europeas después de la derrota de Napoleón, Estados Unidos propuso su doctrina Monroe: “América para los americanos” en clara sintonía con el “destino manifiesto” más arriba desarrollado; el escollo con el que se encontró en su despliegue hacia el oeste fue la diferente pretensión entre el Sur y el Norte respecto del uso que se daría a ese territorio.
La aristocracia sureña anhelaba extender las plantaciones de esclavos, y mediante el librecambio comerciar directamente con Inglaterra; el Norte industrial, en cambio, llevar sus máquinas agrícolas y establecer grandes mataderos, al tiempo que proteger las industrias mediante proteccionismo frente a la invasión de manufacturas inglesas. El triunfo del norte en la guerra civil y la posterior unificación asentó el futuro de la economía estadounidense.
La inicial historia del cine también sabe de una conquista del oeste. El primer western será “Asalto y robo al tren” (1903), de Edwin S. Porter, empleado de Edison y primer creador de la gramática cinematográfica.
Los hechos y arquetipos que describe la película: el oeste, el tren, los crueles ladrones, la violencia, las armas, los tiros, los caballos, el saloon, los bailes, el sheriff; pertenecen a la reciente (y contemporánea al film) historia de Estados Unidos, materia base para la construcción del mito.
El multitudinario éxito del film, hizo que se constituyeran varias nuevas compañías que explotaran el joven medio con el excitante tema del Oeste. Edison, a fin de cobrar por el usufructo de su invento, no dudó en emplear medios mafiosos a fin de hacer valer sus derechos de propiedad intelectual, dando lugar a la “guerra de las patentes”.
Muchas compañías se instalaron lejos de la costa este, desde el cercano oeste hasta California, así evitarían el control y, además, filmarían en los lugares reales donde transcurrieron las acciones del oeste otorgando a las películas un realismo que solo el ambiente natural del desierto, el sol, las colinas, los ríos, los caballos, los búfalos y las vacas pueden lograr.
En breve, ahí mismo surgiría el núcleo más importante de creación de sueños y deseos para el mundo: Hollywood. ¿Cuántos de los niños del planeta entero durante el siglo veinte hasta, por lo menos, los años setenta, época de declive del género, no se disfrazó o jugó a los vaqueros?
El western cobrará sus formas más sofisticadas cuando asuma su adultez con “La diligencia” (1939) de John Ford, el más grande realizador (no solo de westerns) estadounidense. Pero este “viaje” quedará para la próxima entrega.