El Gobierno porteño presentó un proyecto de más de 17 billones de pesos con foco en el equilibrio de las cuentas. Desde la oposición, cuestionaron la caída de fondos en áreas sociales y la inversión multimillonaria en el Autódromo.
Por Valeria Azerrat
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires presentó en la Legislatura el Presupuesto 2026, que asciende a más de 17 billones de pesos. Durante diez jornadas, los ministros explicaron las líneas del plan financiero, mientras que recibieron fuertes críticas del arco opositor y organizaciones sociales por las prioridades establecidas y la baja de partidas para áreas claves en materia social como educación y vivienda.
La “ronda” de funcionarios en la Comisión de Presupuesto del Parlamento consistió en un repaso de las políticas implementadas por cada ministerio en lo que va del 2025 y un anticipo de lo que cada cartera prevé gastar el año que viene. Y posteriormente, existieron instancias de consultas de los legisladores sobre cada una de las partidas y de plantear sus objeciones.
La intención del oficialismo es tratar el proyecto de leyes económicas en los primeros días de diciembre en lo que será una de las últimas sesiones ordinarias en un año carente de debates en el recinto. Para ello, deberá sumar al menos 31 votos, con lo cual necesitará del acompañamiento de bloques opositores.
Mientras, persiste la confrontación no solo visiones distintas sobre cómo administrar los recursos, sino también sobre cuál debe ser el rol del Estado porteño frente a la crisis social. En ese sentido, la oposición reclamó que el presupuesto refleje una política de contención que atienda las urgencias que atraviesa la Ciudad de Buenos Aires.
La primera jornada estuvo a cargo del ministro de Hacienda y Finanzas, Gustavo Arengo, quien hizo hincapié en que, por quinto año consecutivo, la Ciudad alcanzará el equilibrio financiero y “una inversión récord” en infraestructura con eje en la red de subte, la ampliación de autopistas y la puesta en valor integral del Autódromo.
Entre las principales definiciones, el ministro dijo que “6 de cada 10 pesos de este presupuesto van a destinarse al cuidado de quienes más lo necesitan para que, en este contexto de crisis económica, ninguno se quede atrás”. Posteriormente, pasaron por la Comisión los miembros del gabinete, funcionarios del Poder Judicial y representantes de organismos como la Defensoría del Pueblo y la Auditoría General.
Más allá de la defensa del Ejecutivo por el plan financiero para 2026, los números mostraron fuertes reducciones en políticas sociales, educación, salud y vivienda. Mientras, se destinan partidas que ascienden 134.000 millones de pesos en el caso de la puesta en valor del Autódromo con el propósito de traer, en 2027, la competencia Moto GP; o en indumentaria para la Policía que prevé fondos por 49.000 millones de pesos y en viviendas de barrios populares apenas toca los 30.000 millones de pesos.
Según un informe del Observatorio Económico del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el presupuesto exhibe una “contracción generalizada” en términos reales respecto de 2025, y una caída acumulada desde 2023 en las principales funciones sociales
El CEPA señaló que en 2026 la educación sufrirá un recorte del 3,5%, acumulando un ajuste del 13% desde 2023. La caída impactará en infraestructura escolar (-11,2%), servicios alimentarios (-4,5%), becas estudiantiles (-5%) y subsidios a cooperadoras (-11%).
En salud, el gasto disminuirá un 2,7% respecto de este año, con reducciones en hospitales generales y de salud mental. También se registran caídas del 10,1% en Desarrollo Humano, del 11,6% en Vivienda y del 15,5% en Cultura. En seguridad, las partidas para la Policía de la Ciudad bajan un 19,5%, mientras que Bomberos y Defensa Civil sufren descensos superiores al 25%.
A su vez, el grupo de Sacerdotes de Barrios Populares y Villas visitó la Legislatura durante las reuniones del Presupuesto para manifestar su preocupación por la reducción del gasto social y el impacto los barrios populares de la Ciudad y señalaron la necesidad de implementar políticas que atiendan la emergencia social.
Al cierre de la “ronda”, la diputada del oficialismo y titular de la Comisión de Presupuesto, Paola Michielotto, destacó que “esta Legislatura haya podido escuchar a los funcionarios”.
“Espero que en este tiempo que nos queda por delante podamos trabajar en forma constructiva en la búsqueda de los consensos necesarios para que la Ciudad de Buenos Aires tenga el mejor Presupuesto para todos los porteños”, anheló.
La diputada Claudia Neira, presidenta del bloque de Unión por la Patria (UP), fue una de las voces más críticas: “Es un presupuesto que no refleja de ninguna manera un plan de gobierno” Y detalló que las partidas destinadas a desarrollo humano “es inviable”. “Si se pueden invertir 134 mil millones para el autódromo, quiere decir que se pueden tener los recursos para atender la emergencia social y la vivienda en los barrios populares”, remarcó.
Por su parte, Emmanuel Ferrario, del bloque Volvamos al Futuro, advirtió sobre la “falta de dirección” en la planificación del Ejecutivo: “No estamos de acuerdo con las prioridades, pero creo que confiamos menos en la capacidad de ejecución. Se evidencia la falta de plan de gobierno. Hay una disociación entre las prioridades que plantea el presupuesto y las que los porteños esperan del Gobierno de la Ciudad”.
El legislador Juan Pablo Modarelli (UP) también apuntó contra la orientación general del proyecto: “Este presupuesto es marketinero, con una línea muy clara de orden en el espacio público y de encontrar un culpable: quien sale a la calle dentro de la economía informal a buscarse un mango. Con recursos propios, la Ciudad está poniendo casi 100 millones de dólares para el autódromo. No queremos que los vecinos de Buenos Aires, quienes trabajan y aportan, la pasen cada vez peor. Pareciera que ese es el objetivo del Gobierno nacional y también del de Jorge Macri”.
La diputada Maru Bielli (UP) planteó preocupaciones vinculadas al sistema educativo y el cierre de grados y de establecimientos escolares decidido por el Ministerio de Educación para el ciclo lectivo 2026.
“Queremos saber cuál es la idea para que no atemos la caída de la natalidad a una planilla de Excel que defina cuántos niños deben ver por sección y por curso. La respuesta no puede ser simplemente el cierre de secciones, sino pensar de forma integral cómo mejorar la oferta educativa frente a los enormes desafíos del sistema”, reclamó.
En tanto, Gabriel Solano, del Frente de Izquierda, rechazó el ajuste en salud: “No queremos un presupuesto que obligue a los profesionales a renunciar ni que la salud pública sea una variable de ajuste. Tampoco las medidas xenófobas y discriminatorias que se pretenden aplicar en los centros de salud de la Ciudad”.





