La Casona de Franscisco Beiró, histórico dirigente de la Unión Cívica Radical, y activo vecino del barrio de Villa Devoto, actualmente se encuentra en estado de abandono. El proyecto de ley para su expropiación y conversión en un museo y centro cultural está a punto de perder estado parlamentario en la Legislatura Porteña.
Por Ignacio Di Toma Mues
La Casona, que fuera propiedad de Francisco Beiró, ubicada en la esquina de José Cantilo y Marcos Paz en el barrio de Villa Devoto, fue construida a principios del Siglo XX y actualmente se encuentra abandonada y en un estado total de deterioro. La construcción original ocupaba un cuarto de manzana.
“De la quinta original, actualmente se conserva la casa principal, ubicada en un jardín que sobrevivió al loteo y demolición de otros edificios en 1960” señala la organización Buenos Aires Perdida.
Desde el año 2008 está catalogada con “nivel de protección estructural” que impide su demolición. Además, hace dos años se presentó un proyecto de ley en la Legislatura porteña, en base a una idea original de dos patrimonialistas de la organización Basta de Demoler, con el apoyo de vecinos de Villa Devoto y legisladores radicales, para declararla de utilidad pública y posterior expropiación con el objetivo de convertir la casona en el “Museo y Centro Cultural de la Democracia Francisco Beiró”.
Sin embargo, nunca fue tratado, y está a punto de perder estado parlamentario. La agencia Telam informó que vecinos iniciaron una campaña para que la Legislatura porteña acompañe la expropiación del predio y que se trate en la última sesión ordinaria del año, que ocurrirá el 15 de diciembre.
Legisladores de la UCR-Evolución están barajando otras alternativas como el alquiler de la propiedad a sus actuales dueños o la ampliación de los alcances de una ley ya existente que protege la estructura del edificio ante posibles intentos por demolerla.
“Estamos analizando qué opciones existen sin la necesidad de tener que demandar fondos al Estado porteño o que se requieran los menos posible”, admitió a Télam uno de los integrantes del bloque de la UCR-Evolución, y dejó abierta la posibilidad para que la situación de la Casona de Beiró pase para el año 2023.
Dar marcha atrás con la expropiación, con el argumento de “no demandar fondos” al Gobierno de la Ciudad para la recuperación patrimonial y crear un museo y centro cultural, no resulta muy convincente en momentos que el Ministerio de Hacienda porteño dio a conocer el resultado del presupuesto ejecutado al 30 de septiembre de este año y que arroja un superávit de 166 mil millones de pesos.
Como habíamos informado en febrero de este año, las nietas del histórico dirigente radical vendieron el inmueble a desarrolladores inmobiliarios de la zona, quienes han dejado en un estado de abandono y deterioro la propiedad, con la certeza – denuncian organizaciones patrimonialistas y vecinos del barrio – de que sus actuales propietarios están especulando con su deterioro y abandono, en una figura calificada como “ruina inducida”, para poder demolerla y llevar adelante su proyecto.
Carlos Blanco, integrante de Basta de Demoler, advertía hace dos años que el lugar “está invisibilizado y semiabandonado, en una suerte de autodestrucción ante el descuido y el vandalismo”.
Sobre la figura de Francisco Beiró
Francisco Beiró nació en Rosario del Tala, provincia de Entre Ríos, en 1876. En su juventud se radicó en Buenos Aires. Se recibió de abogado en la Universidad de Buenos Aires y militó políticamente en la Unión Cívica Radical.
Formó parte de la Comisión Municipal designada por el presidente Hipólito Yrigoyen en su primer mandato. Impulsó medidas trascendentales para Villa Devoto y barrios aledaños, como el empedrado de calles y la instalación de alumbrado público. También fue presidente del Consejo Escolar N° 17 y de la Comisión de Protección a la Niñez.
En 1920 participó de la creación de un equipo de fútbol del barrio que se llamó “Studebacker”, un año más tarde rebautizado como Sportivo Devoto. En 1930 se fusionó con Estudiantes (club fundado en 1898 en Palermo) que pasó a denominarse Estudiantes de Devoto (actualmente Estudiantes de Buenos Aires). Su hijo Ángel fue el primer presidente de la unión de estos dos clubes.
En la plana nacional, representó al distrito capitalino como Diputado Nacional entre 1918 y 1922 y presidió la Convención Nacional y el Comité Nacional de la Unión Cívica Radical. En las elecciones presidenciales de 1928, integró el binomio presidencial que le dio el segundo mandato a Yrigoyen. No pudo asumir la Vicepresidencia, la muerte lo sorprendió a los 51 años el 22 de julio de 1928.
“Se dijo que se distinguía por su honradez y cuando falleció su único bien era su casa de la calle José Luis Cantilo y Marcos Paz, con dos hipotecas” (del libro Club Atlético Estudiantes, más de un siglo de vida y de milagros).