El Parque Agronomía permanece cerrado, por disposición de la Universidad de Buenos Aires, desde marzo del año pasado por la pandemia. El predio, bajo dominio de la UBA desde 1965, está zonificado como “Urbanización Parque”, que corresponden a zonas destinadas a espacios verdes o parquizados de uso público. Un origen, dos destinos.
“un parque es, no digo conveniente, es una necesidad vital (…) para salvar de las epidemias y de la mortalidad excesiva a esta población destinada a ser tan extensa en el porvenir” (1874, Dr. Guillermo Rawson, higienista)
Por Ignacio Di Toma Mues
El Movimiento Agronomía abierta (integrado por vecinos y vecinas de Paternal, Ortúzar, Villa del Parque, Agronomía, Devoto, Villa Pueyrredón, Parque Chás y Barrio Rawson) propone la conformación de un plan de manejo del parque con la participación de la Universidad de Buenos Aires (UBA), el Gobierno de la Ciudad y la comunidad.
Un proyecto sancionado por la Legislatura, tanto por el oficialismo y la oposición, solicitó al Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta que intervenga ante la UBA para la reapertura del parque, que ha sido desoído.
El conflicto entre la Universidad de Buenos Aires y la comunidad que reside en los barrios aledaños es de larga data. El origen del parque fue para uso público. En 1904 se instala el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria; en 1909 se convierte en Facultad de Agronomía y Veterinaria, y en 1972 se separan y se crean las actuales facultades.
En el año 1965, el Presidente Arturo Illia entrega la posesión definitiva del terreno a la Universidad de Buenos Aires, y en 1977 se “categoriza” al Parque Agronomía como Urbanización Parque. En el año 2000 fue ratificada en la formulación del Plan Urbano Ambiental, y el nuevo Código Urbanístico, sancionado por la Legislatura porteña en diciembre de 2018, mantuvo la zonificación.
“Las Urbanizaciones Parque son áreas destinadas a espacios verdes y parquización de uso público. En estas Áreas el Gobierno de la Ciudad podrá autorizar obras de exclusiva utilidad pública que complementen y no alteren el carácter de las Urbanizaciones Parque” establece el Capitulo 7, inciso 7.2.4 del código urbanístico porteño.
Un dato a tener en cuenta: el actual ferrocarril Urquiza atraviesa el parque. A pocos metros está la estación Arata. Hasta 1973 existió la estación Agronomía en la intersección de la Av. de las Casuarinas y Camino de los Granados, una estación ferroviaria en medio del parque, cualquiera podía bajarse y pasear libremente.
Que el parque esté cerrado por la pandemia es un oxímoron. Y el argumento de “como no hay clases la UBA mantiene cerrado el predio” es incomprensible. En tiempos pre pandémicos (por llamarlos de alguna manera) los domingos – día en que no se dictan clases – el parque siempre permaneció abierto. Era utilizado por los residentes de la zona para esparcimiento, pasear en bicicleta, correr y también se desarrollaba la Feria del Productor al Consumidor.
Un parque, un origen y dos destinos
El conflicto con la UBA y los residentes de barrios aledaños no es nuevo. En 2004 hubo un pleito judicial por la expansión de las construcciones en el parque (fuera de la normativa) destinadas al Ciclo Básico Común y enseñanza de idiomas.
En una entrevista realizada por nuestro medio en 2004, María del Carmen Martínez en representación de vecinos del Barrio Rawson nos decía: “La UBA plantea que el destino del predio es la educación y que esa es la prioridad, yo entiendo, en todo caso, que tiene dos destinos, la educación y como parque público. Como antecedente el lugar antes fue parque, nace como Parque del Oeste”.
El 2 de junio de 1903 el Congreso Nacional sancionaba la ley que dispuso que “los terrenos de la Chacrita de los Colegiales destinados para el Parque del Oeste, se apliquen también a la fundación de una Estación Agronómica, Granja Modelo y Escuela Práctica de Agricultura”.
Su ubicación en esta zona rural del municipio porteño fue para “contribuir directamente al progreso agrícola del país procurando resolver sus problemas, con el auxilio de las ciencias y la experimentación manteniendo para ello los gabinetes, los laboratorios y estaciones de ensayo que sean necesarios” indicaban sus creadores.
“La escuela nacional agronómica, incluso antes de pertenecer a la UBA, se crea con la idea que al estar en el parque iba a haber una especie de servicio mutuo, el parque le servía a la escuela y la escuela le sirve al parque. Luego esta institución pasa a depender de la Universidad y pasado un tiempo, por un decreto, se le termina dando directamente la propiedad del parque. Pero esto no quiere decir que el predio no tenga un origen y dos destinos desde siempre” nos explicaba en 2004 María del Carmen Martínez.
El higienista Guillermo Rawson, allá por el año 1874, soñaba con un Gran Parque del Oeste que incluía las tierras del ex Albergue Warnes, del cementerio de la Chacarita, de las facultades de Agronomía y Veterinaria, del hospitales Alvear y el Tornú, de los Clubes Arquitectura y Comunicaciones, del Instituto de Oncología Ángel H. Roffo, entre otros inmuebles.
Señalaba en ese entonces: “un parque es, no digo conveniente, es una necesidad vital (…) para salvar de las epidemias y de la mortalidad excesiva a esta población destinada a ser tan extensa en el porvenir”. Cabe recordar que estaba presente el antecedente de la epidemia de fiebre amarilla de 1871, con casi 14 mil muertos en una población de 187 mil personas, en esa gran aldea que era Buenos Aires.
“En el censo de 1887, nuestro parque aparece como decretado, ubicado al Noroeste de la Capital, en 150 hectáreas, fundamentándose su creación en que: este gran paseo prestará, en un día no muy lejano, importantes servicios higiénicos a la población de la capital, porque si bien hoy esta situado en una zona relativamente despoblada, es hacia ese rumbo que se extiende con predilección aquella” señala la Lic. Sonia Berjman, fundador de la Academia de Historia de la Ciudad de Buenos Aires y ex presidenta de la Junta de Estudios Históricos de Agronomía y Paternal.*
Este parque – señala Berjman – se fue ocupando por “el cementerio del Oeste, los hospitales Alvear y Tornú, el Instituto del Cáncer, los asilos Garrigos, de Contraventoras y San Martín, depósitos del ferrocarril, la mencionada facultad, escuelas, clubes y núcleos dispersos de viviendas, todo lo que otorgo al barrio el carácter diverso que hoy presenta”.
La Comisión de Parque y Paseos Municipales, en marzo de 1893, aconsejó la formación de “un amplio bosque en los terrenos de la Chacarita, conocidos por los de la Universidad, a fin de dotar a la población de un nuevo y extenso paseo publico, que podría denominarse Parque Rawson”.
En 1924 – detalla la Lic. Berjman – la Comisión de Estética Edilicia de Buenos Aires considera que la propiedad, reducida ahora a 94 hectáreas “está constituida, en su mayor parte, por terrenos que sin dejar de depender de la Facultad podrían convertirse fácilmente y a poco costo, en parques y jardines con acceso para el público que hoy no lo tiene, así se conseguirá en ese barrio un suplemento de 80 hectáreas”.
Foto: Parque Agronomía 1937 – Archivo General de la Nación
En 1940 – cuenta Berjman – el concejal y propulsor de espacios verdes de Buenos Aires, Vicente Rotta, propone crear en el Parque Agronomía un bosque urbano “por cuanto acorta las distancias a recorrer a un elevado porcentaje de la población y porque el Parque Agronomía cuenta con un eficiente sistema de arterias que facilitan las comunicaciones con todos los barrios de la ciudad”.
Como explicamos al principio de la nota, los terrenos, bajo el dominio de la UBA desde 1965, están zonificados como Urbanización parque, y de acceso público. No es incompatible la actividad académica y científica, y el uso originario del parque para la recreación y la salud ambiental.