El sector lleva meses de caída consecutiva y no se avizora una recuperación. Impacta el aumento en los costos por alquileres y tarifas, y sobresale la ausencia de políticas de incentivo del Gobierno de la Ciudad. La nueva conducción de la Asociación de Comerciantes de Villa Urquiza proyecta lanzar una tarjeta de beneficios unida a los clubes de barrio, y piden tarifas diferenciales para poder reactivar lo que se pueda.
Por Mateo Lazcano
El consumo interno, mayoritariamente motor de la economía nacional, está sufriendo una crisis sin precedentes producto de las medidas económicas del Gobierno Nacional, que preside desde diciembre de 2024 Javier Milei. Los comercios barriales son los más afectados, ya que, a diferencia de las grandes cadenas nacionales y multinacionales, carecen de “espaldas” para soportar la recesión o de acuerdos con bancos para ofrecer incentivos.
Desde la Asociación de Comerciantes de Villa Urquiza ( Av. Congreso 4979) hablan de un “estado de emergencia” para el sector que representan. Para conocer más, este periódico entrevistó a Damián Pigliapoco, miembro de la Comisión Directiva recientemente asumida, presidida por Carlos Grisafi.
“Los comerciantes del barrio se encuentran preocupados, ya que su rentabilidad es casi nula. Lo que se hace es prácticamente cubrir gastos, mantener stock de mercaderías y se busca abaratar costos, pero cada mes se hace más difícil”, describe. Desmiente que haya habido una recuperación en los últimos meses, como dice el relato oficial, y comenta el impacto negativo de la mudanza de muchos clientes a los mayoristas o hipermercados, producto de las promociones especiales.
Tarjeta “Mi Club Mi Barrio Mi Comercio”
Para poder paliar parte de esta situación, la Asociación de Comerciantes de Villa Urquiza impulsa la creación de una tarjeta barrial, llamada Mi Club Mi Barrio Mi Comercio.
“Buscamos vincular los tres actores fundamentales, a nuestro parecer, de la vida social de cualquier barrio, y que los socios de clubes y vecinos tengan algún beneficio en los comercios del barrio o cercanías adheridos a la Asociación, y que los comercios propongan días de ofertas, para de esta manera reactivar las ventas”, dice Pigliapoco.
Para hacer viable este proyecto, la institución está dialogando con el Banco Credicoop, el Banco Provincia y otras entidades. “Ojalá podamos materializarlo, creemos que es un gran incentivo para que el vecino tenga como primera opción de compra los comercios de barrio”.
Tarifas y alquileres
A las ventas magras se suma el aumento de costos. “Los aumentos en los servicios públicos fueron exorbitantes y el comercio no tiene prácticamente la posibilidad de disminuir su consumo.
Otro factor negativo es la imposibilidad de trasladar a precios el mayor costo. “Se vendería todavía menos”, explica el directivo. Hasta ahora no han realizado ninguna presentación judicial para conseguir un amparo, ya que el objetivo está puesto en que la Legislatura reconozca una tarifa diferencial para el sector.
Por otro lado, la liberalización de precios se refleja en los alquileres: dolarización en el valor, para un rubro que se maneja totalmente en pesos, con aumentos desproporcionados en intervalos cortos. Pigliapoco asegura: “Los aumentos para quienes tuvieron que renovar, o dependiendo de la cláusula de ajuste, fueron escandalosos, y hubo varios locales que tuvieron que cerrar o achicar. Lo que hemos notado es que varios comerciantes que tenían varias sucursales han optado por cerrar alguna a la hora de renovar el contrato de locación”.
Ausencia de políticas de promoción del Gobierno porteño
Independientemente del proyecto propio de la Asociación de Comerciantes y su tarjeta con los socios de clubes de barrio, una demanda que se escucha en los sectores de la pequeña y mediana empresa tiene que ver con la falta de políticas de incentivo por parte del Gobierno de la Ciudad.
Hace dos años, la vecina Provincia de Buenos Aires lanzó “Cuenta DNI” con fuertes descuentos en algunos rubros. Y se impuso en los comercios de muchos barrios de la ciudad. Se da, de esta manera, la paradoja de que con recursos bonaerenses se está subsidiando el consumo de clientes porteños e impulsando las ventas en la Ciudad de Buenos Aires. Todo, ante la inacción del Gobierno de Jorge Macri.
“Desde el Banco Ciudad no hemos recibido ningún tipo de política para el sector. En varias oportunidades hemos planteado la posibilidad de implementar créditos a tasa diferencial para el comercio de barrio que nos ayude a invertir, pero no hemos recibido respuesta positiva hasta el momento. Los beneficios son menores, algún descuento en alguno de los productos, pero no una política general que nos ayude a salir de la crisis y reactivar, o al menos intentar reactivar, el consumo barrial”, señala Pigliapoco.
“Somos conscientes de que no es un momento fácil para nadie, pero queremos aprovechar para seguir concientizando a los comerciantes del barrio a que se acerquen a participar de la Asociación: siempre se llega a mejores resultados de forma colectiva que de forma individual. Y, en el mismo sentido, queremos recordar que el vecino de Villa Urquiza cuenta con comercios de barrio de todo tipo y rubro, que no deje de tenernos como opción de compra. Creemos que recuperando a la comunidad entre los clubes y los comercios, se puede potenciar la pertenencia al barrio y así poder reimpulsar lo que se pueda del consumo”, concluye Damián Pigliapoco.