Su libertad avanzó

La victoria electoral del gobierno de Javier Milei sorprendió a propios y extraños, especialmente por la remontada en la provincia de Buenos Aires, donde superó por escaso margen al peronismo de Fuerza Patria. En la ciudad de Buenos Aires, Patricia Bullrich obtuvo uno de los mejores resultados para el oficialismo.

Por Fernando Casasco

El gobierno de Javier Milei obtuvo en las elecciones de medio término el apoyo que ni los más fanáticos libertarios esperaban. Pese a que varias encuestadoras reflejaban un escenario de paridad con el peronismo o al oficialismo algún punto arriba, nadie llegó a prever que La Libertad Avanza superara el 40% de los sufragios en todo el país.

La buena performance libertaria se sostuvo fundamentalmente en los contundentes triunfos en Córdoba y Santa Fe, donde superaron ampliamente a los oficialismos provinciales; y en la remontada que logró en la provincia de Buenos Aires, donde – aún pendientes del escrutinio definitivo – superó a la lista de Fuerza Patria, pese a la derrota por 13 puntos en las elecciones provinciales del 7 de septiembre.

También logró sobreponerse del escándalo ocurrido con el candidato José Luis Espert y su vinculación con un sospechoso por narcotráfico. El economista debió renunciar a su candidatura, pero su cara siguió figurando en las boletas únicas de papel. Su lugar fue ocupado por Diego Santilli, quien ni siquiera asumirá su banca: fue designado una semana después de las elecciones como ministro del Interior.

Las razones de ese voto se sostienen por el lado de la unificación del voto antiperonista, en un escenario ganado por la polarización que llevaban implícitas ambas campañas principales: mientras que los libertarios sostenían “La libertad avanza o Argentina retrocede”, desde la otra vereda solo se le contestó con “sumar fuerzas para frenar a Milei”; y un mayor caudal de votos que se presume salió de la apatía para votar al oficialismo, por temor a una crisis mayor o al desbande del dólar y la inflación. En la interna a cielo abierto del peronismo también miran con recelo a algunos intendentes del conurbano, que ya habían asegurado su gobernabilidad en septiembre, y se presume que no movilizaron lo suficiente a su base electoral.

En el total nacional, la alianza La Libertad Avanza (incluyendo los distritos en los que iba aliado al PRO, como Buenos Aires, CABA, Entre Ríos o Mendoza), ganó en 15 distritos y obtuvo 64 bancas de diputados y 13 de senadores. En tanto, Fuerza Patria y los aliados del peronismo (incluyendo el Frente Cívico de Santiago del Estero) triunfaron en ocho provincias, consiguiendo 46 escaños de diputados y 9 en el Senado. Provincias Unidas, con sus distintos sellos, fue el más perjudicado, al ganar sólo en Corrientes y obtener 8 bancas en la Cámara Baja. Otros partidos locales sumaron dos senadores y 3 diputados, mientras que el Frente de Izquierda sumó 3 diputados.

Ahora al gobierno de Milei le queda el camino allanado para avanzar aún más en su programa ajustador y de liberalización económica. Ya anunció que sus prioridades pasan por aprobar un programa de “modernización” laboral, que implicará menos derechos para los nuevos trabajadores formales, y una reforma impositiva, por la cual se reduzca la carga impositiva, especialmente para las grandes empresas.

La Ciudad, en sintonía

A contrapelo de lo que ocurrió en la provincia más grande del país, en la Ciudad de Buenos Aires los resultados giraron en torno a lo esperado. La lista de La Libertad Avanza arrasó en las 15 comunas y fue la gran ganadora.

La candidata oficialista a senadora Patricia Bullrich superó el 50% de los votos (854.122 sufragios), una cifra que en la previa algunos libertarios temían no poder cumplir. La ministra de Seguridad logró no solo sumar los votos que en las elecciones locales había conseguido Manuel Adorni, más los que obtuvo en su momento la lista del PRO, con Silvia Lospennato a la cabeza, sino agregar algunos puntos extra.

Este triunfo le valió al partido violeta las dos bancas por la mayoría para el Senado: a Bullrich la acompañará el economista Agustín Monteverde. En tanto, en Diputados no se registró el supuesto “corte” o voto cruzado que se estimaba en principio. La lista de LLA, encabezada por el abogado Alejandro Fargosi obtuvo el 47,55%, sólo 70 mil votos por debajo de la candidata a senadora.
De esta manera, la alianza entre los libertarios y el PRO se quedó con siete de las trece bancas en disputa.

La victoria libertaria fue contundente de norte a sur de la ciudad, aunque con sus variaciones: como es habitual, mientras que en la comuna 2 (Recoleta), Bullrich obtuvo sus mejores números, con un 65% de los votos, en la comuna 8 (Lugano y Villa Riachuelo), se impuso por apenas 700 votos a Fuerza Patria. En la comuna 12 los guarismos fueron similares a los del promedio de la Ciudad.

Bullrich ingresará al Senado como una jugadora de peso: de perfil alto, fiel a su estilo, ahora estará respaldada en los votos de su distrito. El objetivo es ocupar la vicepresidencia primera del Senado, desde la cual desafiará a la titular del cuerpo, Victoria Villarruel, caída en desgracia para el gobierno de Milei. Y quedará en la pole position para disputar la Jefatura de Gobierno de la Ciudad dentro de dos años.

El otro que está anotado en esa carrera es Adorni, vencedor en las elecciones de mayo, pero que tampoco asumirá su banca: el alfil de Karina Milei es el flamante jefe de gabinete, tras la renuncia de Guillermo Francos.

En la guerra interna entre la hermana del Presidente y el asesor Santiago Caputo, la secretaria general sumó otro puesto clave.
Volviendo a los resultados en la Ciudad, Fuerza Patria logró cumplir las expectativas. Mariano Recalde fue reelecto como senador por la minoría, con el 30,65% de los votos (519.119), una cifra que supera lo conseguido en las elecciones para la Legislatura local por Leandro Santoro.

En aquella oportunidad, la idea de la campaña fue “desperonizar” lo más posible el discurso, afirmándose en los problemas de la vida cotidiana de los porteños. Sin embargo, ya en ese entonces la campaña se había nacionalizado con la jugada del gobierno de poner nada más que a su vocero Adorni en la disputa. En cambio, esta vez el peronismo jugó fuerte con sus propios símbolos y no escatimó ni siquiera en la visita de los candidatos a la ex presidenta Cristina Kirchner, proscripta y cumpliendo prisión domiciliaria.

En tanto en la lista de Diputados se observó una merma en el caudal de votos, pero en la misma sintonía de lo que pasó con la nómina libertaria: la lista encabezada por Itaí Hagman consiguió casi el 27% de los sufragios (aproximadamente la misma cifra que Santoro en mayo), pero con un dato que entusiasmó al kirchnerismo, que fue el de sumar cuatro bancas, una más que las que ponía en juego.

Parte de esa caída de votos se estima que fue usufructuada por el Frente de Izquierda y los Trabajadores, que logró hacer entrar a Myriam Bregman nuevamente a la Cámara de Diputados. La dirigente trotskista logró un muy apetecible guarismo de 9,11% de los sufragios, 57 mil votos más que lo obtenido por la candidatura de Christian Castillo a senador con el mismo sello.

La última banca en disputa para Diputados, en un final reñido en el escrutinio definitivo, fue para el actual senador radical Martín Lousteau, que con la lista Ciudadanos Unidos, sumó un 6% de los sufragios. El ex ministro de Economía alcanzó la cifra mínima que impidió que La Libertad Avanza hiciera entrar al octavo integrante de su boleta. Una módica alegría para el sello Provincias Unidas, que quedó a nivel nacional muy lejos de las expectativas que habían depositado en la previa.

¿Y el PRO? La fuerza del jefe de gobierno Jorge Macri se mostró conforme con el módico objetivo de haber hecho entrar a los dos candidatos que llevaba en la lista de La Libertad Avanza, Fernando de Andreis y Antonela Giampieri. Pero el partido comandado por Mauricio Macri sigue perdiendo poder. Pocos días después de las elecciones siete diputados del PRO alineados con Patricia Bullrich anunciaron su decisión de pasarse al bloque libertario. Y las fugas podrían continuar.

En tanto, tras ser recibido por Milei en la Quinta de Olivos, el ex presidente manifestó su malestar por la designación de Adorni en la Jefatura de Gabinete y su “decepción” con el gobierno. Es que, como en la vieja canción del conjunto sueco Abba, el anarco-capitalista parece recordarle a su aliado que “el ganador se lo lleva todo”.

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