“… ni en colectivo, ni en subte…” La famosa canción de Charly García parece necesitar una reversión en la ajetreada ciudad de Buenos Aires de 2016. Es que el impacto del aumento en el transporte se hace sentir fuerte en los bolsillos de los porteños, ya afectados por innumerables incrementos en los productos de la canasta básica y los servicios de luz, gas y agua.
Por Fernando Casasco
Tal como anunció el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, el Gobierno nacional decidió aumentar hasta el 100% los boletos de colectivo y de trenes urbanos en el área metropolitana de Buenos Aires. En rueda de prensa informó que las tarifas mínimas pasan de 3 a 6 pesos en las líneas de colectivos y de 2 a 4 pesos en el transporte ferroviario. A partir de allí, la escala se “achata”, por lo que los que hacen viajes más largos, tendrán un incremento menor.
El funcionario se esforzó en remarcar que se “creará” una tarifa social que en el servicio de colectivos será de 2,70 pesos, y la de trenes entre 0,90 y 1,80 peso. Lo curioso es que la tarifa social, a la que pueden acogerse jubilados y pensionados, beneficiarios de planes sociales y ex combatientes de Malvinas, ya existe: de hecho, si se toman los valores anteriores, dicha tarifa tendrá un incremento del 50%.
Como ocurre en cada anuncio del Gobierno nacional desde el 10 de diciembre del año pasado, Dietrich también recurrió a la excusa de la pesada herencia: habló del “populismo de los últimos doce años”, que según su visión subsidió al transporte, pero no invirtió.
Pasó por alto así la modernización operada en la flota de trenes urbanos, algo que no ocurría desde la década del 60. Pero si algún desprevenido esperaba que estas medidas aliviaran el déficit fiscal, el ministro aclaró que no habrá ahorro en subsidios, sino que estos se incrementarán en un 20%.
En los primeros once meses de 2015 (hasta que se actualizó la información por parte del Ministerio del Interior y Transporte, que comandaba Florencio Randazzo), el total de subsidios sólo en colectivos de corta distancia a nivel nacional acumulaban 33.371 millones de pesos*.
De los 4.700 millones mensuales del cierre de la gestión kirchnerista (incluyendo colectivos y trenes), la suma llegaría ahora a los 5.500 millones por la incidencia que tuvieron en los costos operativos los últimos aumentos del gasoil y los seguros.
Acerca del destino de las inversiones anunciadas por 5 mil millones de pesos en los próximos quince meses, el ministro de Transporte evitó precisiones, aunque adelantó: “haremos más metrobuses”. Los mismos se extenderán por los partidos bonaerenses de Lanús, La Matanza (ya proyectado por la gestión anterior), San Miguel, Tres de Febrero y la Ciudad de Buenos Aires.
En línea con los aumentos anunciados desde la administración nacional, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires anunció el llamado a una audiencia pública para aprobar el incremento en la tarifa de subterráneos, aunque en un porcentaje menor al operado en colectivos y trenes. Según lo previsto por Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), el costo del pasaje se elevará de $ 4,50 a $ 7,50, desde fines de mayo.
Continuará vigente el sistema de tarifa escalonada que beneficia a los pasajeros frecuentes: quienes realicen entre 21 y 30 viajes mensuales, abonarán $ 6; de 31 a 40 viajes, $ 5,25; y de 41 viajes en adelante, $ 4,50. El Premetro costará $ 2,50.
Los aumentos ya anunciados implican un fuerte golpe al castigado bolsillo de los porteños. En un contexto de proceso inflacionario que se agudizó a partir de algunas de las medidas de la administración de Mauricio Macri, se estima que el consumo de servicios pasará de $ 493 a $ 1.312 mensuales promedio en la canasta básica familiar que mide la Dirección de Estadísticas del Gobierno de la Ciudad.
Estas sumas se proyectan sólo en base a las erogaciones en las boletas de luz, gas, agua y el costo del transporte, pero no focalizan sobre los gastos indirectos: los aumentos en los bienes y servicios que traerá aparejado el traslado a precios que operen los empresarios, productores y comerciantes.
En tanto, la inflación que los economistas estiman para el presente mes se ubicaría entre el 6 y el 7 por ciento, casi la cuarta parte de la que el Gobierno nacional preveía para todo el año.
Inversiones y proyectos
Volviendo al caso del Subte, no queda claro aún la estructura de costos, ni los planes de inversiones en los que se basa Subterráneos de Buenos Aires (SBASE) para proyectar tales aumentos.
Hay que recordar que el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, se comprometió a reducir la frecuencia entre formaciones a sólo tres minutos en las seis líneas de subterráneos; en las líneas B, C y D ese objetivo debería estar cumplido en los próximos tres meses. Desde SBASE se informó que se están incorporando coches “nuevos”: la línea H incorporará 24 coches Alston 0 km., mientras que en la C se sumarán 12 formaciones Nagoya recicladas, pero con aire acondicionado.
En el caso de la línea B, que llega hasta Villa Urquiza, la incorporación de los vagones españoles usados y reciclados sigue siendo objetada por especialistas y usuarios. Según ha denunciado el portal digital enelSubte.com cada unidad CAF 6000 que el Gobierno porteño le compró al Metro de Madrid “le costó al erario público una suma que supera los 1,2 millones de dólares una vez sumados todos los gastos colaterales que causaron”, como el transporte desde España y las múltiples obras que se hicieron para adaptar los coches y las instalaciones eléctricas, cifra con la cual se podrían haber adquirido trenes 0 km.
Por otra parte, además de la incomodidad de la disposición de los asientos y de problemas de pérdidas en el sistema de aire acondicionado, los pasajeros se quejan del atraso que significa tener que abrir las puertas manualmente en una estación, mediante una palanca.
Recientemente SBASE “solucionó” este problema instalando calcos en las puertas de los coches que rezan: “La apertura diferencial ahorra energía”.
En lo que hace a la extensión del servicio, habrá que esperar la inauguración de las nuevas estaciones, con obras largamente demoradas. A mediados de año se estima que se abrirá la estación Santa Fe de la línea H (recientemente se inauguraron las estaciones Córdoba y Las Heras del mismo ramal).
Para fin de 2017 se espera que el ramal más nuevo de la red llegue hasta la Facultad de Derecho. En tanto, para 2018 quedará la apertura de las estaciones Correo Central, Catalinas y Retiro, de la Línea E, cuya obra de extensión fue ejecutada parcialmente por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Pero la prioridad del actual Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sigue pasando por las obras de conectividad y el transporte automotor, más que por ampliar la red de subterráneos. Recientemente Rodríguez Larreta inauguró el túnel vial de Avenida San Martín y vías del Ferrocarril Urquiza, el cual era condición previa para la implementación del Metrobus sobre esa crucial arteria a partir de los últimos días del presente mes.
El Metrobus de Avenida San Martín tendrá una extensión de 5,8 kilómetros, con 12 estaciones. Además, conectará con el Metrobus de Juan B. Justo, por el cual continuarán su recorrido cuatro (123, 135, 146 y 176) de las once líneas que atravesarán el nuevo corredor.
El Gobierno porteño también proyecta corredores de Metrobus sobre la Avenida Alberdi, el Metrobús Transversal (de Palermo a Pompeya), Avenida Córdoba, Leandro N. Alem-Almirante Brown y Libertador-Figueroa Alcorta.
A pesar de que el país parece nuevamente capacitado para volver a endeudarse y recibir suculentos créditos del exterior, los proyectos o anteproyectos de las líneas de subte F, G e I, que las sucesivas gestiones del PRO en la ciudad se comprometieron a encarar, parecen destinados a dormir el sueño de los justos.
* Los datos consolidados se publicaban en la web http://www.mininterior.gov.ar/web_transporte/, pero fueron discontinuados por la actual gestión que sólo publica las planillas con los montos discriminados por empresas de transporte automotor urbano. Ver en http://www.transporte.gob.ar/content/subsidios/