El comedor comunitario infantil Tejiendo Caminos está ubicado en Andrés Lamas 2563, en la Comuna 15. Realizaban una tarea de asistencia y recreación para menores. En pandemia, sus integrantes se organizan para colectar alimentos y abrigo.
Por Juan Manuel Castro
“Las pequeñas cosas son las responsables de los grandes cambios” dijo el educador Paulo Freire y bajo esta línea de acción desde el año pasado un grupo de vecinos creó el comedor comunitario infantil Tejiendo Caminos en La Paternal (Andrés Lamas 2563). Prepandemia, su labor era destacada en la vida de decenas de menores de la zona. En el presente se volvió clave, ampliando la ayuda también a adultos mayores.
“Fortalecer las necesidades nutricionales de los niños en riesgo social y también brindarles contención y orientación a las familias”, expresan en sus redes sociales. En los hechos, su trabajo es una acción directa en el bienestar de los vecinos. Juntan alimentos y abrigos para repartirlos entre la población vulnerable local. Para el Día del Niño, está organizando una colecta de juguetes.
Tejiendo Caminos cuenta con la coordinación de los vecinos Guillermo y Leticia. En diálogo con este medio, él nos contó que el comedor surgió con la voluntad de llevar adelante un espacio social en busca de “cubrir necesidades básicas como alimentación o insumos para menores de edad”.
Nos cuenta que la actividad fuerte era los sábados desde el mediodía. Abrían su sede para recibir a más de medio centenar de niños y niñas. Los integrantes y voluntarios de Tejiendo preparaban un almuerzo. Más tarde hacían actividades lúdicas, como encuentros con emprendedores de Instagram, profesores o personas con oficios.
“La idea era hacer talleres, también responder a las necesidades educativas, por si necesitaban útiles o guardapolvos”. Cerca de las cinco había una merienda y cerraban el día a las seis de la tarde. Todo este trabajo “fue ante la emergencia alimenticia que ya había en Argentina previo a la pandemia”.
“Desde fines de marzo, nuestros números crecieron. Teníamos hasta 60 chicos, pero con la pandemia esa cifra aumentó. Además, empezamos a recibir adultos mayores. Se nos acercaron ellos solos, sin una convocatoria nuestra. Con Leticia lo hablamos y vimos que podíamos darles una ayuda concreta”. “Empezamos a recibir a 10, 20 mayores. Hoy estamos proporcionando ayuda a 130 personas”.
Guillermo nos cuenta que en los comienzos de la pandemia entregaban alimentos los martes, jueves (merienda) y sábados (merienda y almuerzo). “Por la curva en ascenso de los contagios y la circulación viral en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), suspendimos los martes y jueves, dejamos solo el sábado. Lo hacemos todo el día, desde la una. Allí entregamos alimentos”.
“Los primeros fines de semana logramos dar un bolsón familiar con alimentos, pero las donaciones fluctúan. No tenemos el reconocimiento del Estado o algún tipo de subsidio. Se nos complicó seguir con lo del bolsón, así que continuamos con los de almuerzos y meriendas, junto a insumos o también abrigo (ropa, calzado, abrigo de cama)”.
“Esperemos que se retome pronto la actividad que teníamos antes con la merienda, los talleres, la actividad en Tejiendo Caminos”, concluye Guillermo.