El sábado 15 de noviembre se presentó en el Centro Cultural El Alambique el concierto de Musicoterapia Minimalista, coordinado por el Lic. Atilio Pablo Bertorello.
Por Natalia Saavedra
Con un centro cultural a sala llena, la tarde del sábado desbordó de aplausos y sonrisas en el concierto de Musicoterapia Minimalista*. “Vamos a divertirnos y a romper todo”, dijo el Lic. Atilio Pablo Bertorello, coordinador y creador del proyecto, al inicio del show. “Presentaremos el Primer CD solista de Carlos García Martínez titulado ‘Mi Gato Alberto’ y canciones nuevas de los integrantes del proyecto de Musicoterapia Minimalista”, explicó Atilio.
El proyecto de musicoterapia se centra en la Integración e Inclusión de las personas con discapacidad y/o distintas patologías y su objetivo es que el paciente se exprese a través de la música sin fines estéticos.
Bertorello, musicoterapeuta egresado de la Universidad del Salvador, explica que “en la cultura occidental, lamentablemente, existe el prejuicio de que solo pocos sepan y tengan el derecho de cantar, condenando a la gran mayoría a tener dificultades para expresarse a través del canto. En Musicoterapia Minimalista cantamos, y no importa cómo cantamos, no importa lo que suena en términos estéticos. Consideramos toda voz, como única e irrepetible”.
Con el uso de diversos instrumentos como el piano, guitarra o accesorios, los integrantes de musicoterapia minimalista comenzaron a desfilar. Primero fue el turno de Carlos García Martínez, encargado de presentar su cd “mi gato Alberto”.
Emocionado, interpretó varias de las canciones que integran el cd y dedicó algunas de ellas a sus familiares y amigos. “Cada uno viene a las sesiones con sensaciones, sentimientos, broncas y capaz algunas resultan en canciones”, comentó Atilio, momentos antes de presentar a Mariano, que cantó “Todos me cuestionan” y finalizó con un cuestionamiento al supermercado chino por entregar el vuelto en caramelos.
Mariano logró una gran cantidad de sonrisas y aplausos. Así, de a poco, el escenario se fue poblando de alegría, de estilos y principalmente de música. Adalberto interpretó su “Viaje por el espacio”, Matías irrumpió con un regaetton y un tema de Deep Purple y dio paso al “Sr. De los Dragones”, como lo presentó Atilio, quien cantó los temas “Deambulando por las catacumbas” y “La mansión embrujada”, todos de su autoría.
A lo largo del encuentro, la comunión se vuelve palpable: familiares y amigos aplauden y gritan, todos los participantes se abrazan, se emocionan, dedican sus canciones y su trabajo a todos los que apoyan su aprendizaje y su crecimiento.
Atilio, con mucha dedicación y amor, los guía, les recuerda alguna letra y sobretodo los acompaña con un gesto y con todo el despliegue de su música, tanto en el piano como en la guitarra.
El momento más emotivo, quizás, llegó de la mano de Fernando Ricardo quien le regaló a su mamá, Carmen, la canción “querida mamá” que concluyó en un infinito y emocionante abrazo arriba del escenario.
“Es todo un desafío hacer el concierto, les cuesta mucho estar en el escenario”, explicaba Atilio.
Los más pequeños también tuvieron su momento acompañados de sus papás y de todos los instrumentos con los que trabajan en las sesiones. Allí estuvo Tiziano con su mamá y su papá y también se nombró a Fiorella, que como era su cumpleaños no había podido estar presente.
“Es importante destacar que el proyecto aborda ilimitados estilos musicales pero se caracteriza por cantar mantras o canciones de estilo minimalistas. El propósito de este abordaje es emplear como recurso expresivo canciones fáciles de pronunciar y ejecutar, que tengan la versatilidad de poder convertir distintos estilos al propio estilo del paciente y que actúen como medio terapéutico para potenciar la comunicación emocional”, puntualiza Atilio.
Cada uno con su estilo, sus ideas, sus ganas de expresarse, recorrió el escenario y compartió la experiencia del encuentro. Todos juntos, sobre el escenario, cerraron la tarde invitando a todos a cantar juntos el mantra “Om”. La música se unió y rompió cualquier barrera.
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