Luego de dos semanas con medidas de fuerza en la Escuela Media N° 1 “Rodolfo Walsh” de Villa Pueyrredón, los estudiantes se reunieron con funcionarios de Educación para plantear sus reclamos. “Seguimos enojados y frustrados, pero, aunque sea, para unos pocos colegios la cosa va mejorando”, dijeron desde el centro de estudiantes.
Por Juan Manuel Castro
Las tomas finalizaron, pero la lucha estudiantil continúa. Tras las medidas de fuerza, los alumnos se reunieron con autoridades del Ministerio de Educación porteño y hubo varios avances en cuanto a sus reclamos.
A nivel local, en la Escuela de Educación Media N°1 “Rodolfo Walsh” de Villa Pueyrredón se suspendieron momentáneamente las prácticas educativas en ámbitos laborales -también llamadas ACAP (Actividades de Aproximación al mundo del trabajo)- hasta que haya un nuevo proyecto pedagógico. También hubo avances en lo edilicio y se oyeron compromisos por viandas de calidad.
Luego de varios meses de protestas, petitorios y movilizaciones a la Jefatura porteña, bajo el lema “Escuelas en lucha porque Larreta no escucha” iniciaron las tomas escolares, que se extendieron por unas tres semanas. El viernes 23 de septiembre el colegio Mariano Acosta del barrio de Balvanera fue el primero en implementar la medida de fuerza y pronto se sumaron una veintena de establecimientos.
Los tres principales reclamos eran mejores viandas –“Con hambre no se puede estudiar”, era la consigna-, reparación de edificios y replantear las ACAP porque, según testimonios de alumnos, en algunos casos incluían tender camas, servir café o realizar tareas sin aparente contenido educativo.
Por su parte, la Escuela Rodolfo Walsh estuvo tomada entre el 27 de septiembre y el 5 de octubre e incluyó un abrazo simbólico el domingo 2 de octubre durante una “jornada de reconstitución de los carteles que fueron arrancados y en repudio al hostigamiento y la persecución a quienes luchan”, en alusión a las denuncias en la Justicia que promovió el Gobierno de la Ciudad contra las familias de los estudiantes que tomaron los colegios.
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Levantadas las tomas, se inició un periodo de reuniones entre cada uno de los estudiantes con autoridades del ministerio de educación porteño. “Para la Walsh, lo que se consiguió es que se replantee en dónde y cómo funcionan las ACAP. Es lo que se pudo arreglar con la Dirección de Escuelas Medias”, señalaron a este medio desde el Centro de Estudiantes de la Escuela Rodolfo Walsh. En el encuentro también estuvieron presentes representantes de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad y del Consejo Tutelar.
En la Walsh se otorga el título de Bachiller con orientación en comunicación. Por medio de las ACAP, que iniciaron este año, los alumnos de quinto año concurrían al Centro Cultural 25 de Mayo de Villa Urquiza, que depende del Complejo Teatral de Buenos Aires (Ministerio de Cultura porteño). No obstante, los alumnos denunciaban que no había un plan pedagógico y que no adquirían conocimientos de relevancia para su especialidad.
“Se evaluarán las ACAP y se postergará su aplicación hasta que sean modificadas, de tal forma que las tareas realizadas en el Centro Cultural 25 de Mayo por los compañeros de quinto año sean consecuentes con la orientación del colegio”, informaron desde el Centro de Estudiantes de la Walsh.
“Es así que la Dirección de Escuelas Medias se comprometió a bajar un proyecto de trabajo para ocupar las horas libres: se aprovecharán las horas libres para hacerlas un espacio de aprendizaje. También se va a presionar para que los profesores que imparten EDI (Espacio de Decisión Institucional), cobren por estas horas”, afirmaron desde el Centro de Estudiantes.
Cabe explicar que EDI es una materia que tienen todos los colegios donde se da lo que decide cada institución, y va de acuerdo a la orientación del colegio.
“Por este año los alumnos que quedaban por hacerlas no van a terminar las ACAP. Se suspende por falta de pedagogía y porque no hay razón alguna para ir, ni siquiera con la excusa del acercamiento al mundo laboral. A los alumnos que no terminaron se les va a dar por aprobada la materia igual”, indicaron.
Además, señalaron que el año que viene, y si los que siguen tienen que hacerlas, que sean en una radio. “Si ni siquiera se van a gastar en poner un plan pedagógico para que nosotros estudiemos o nos sirva de algo, mínimo que estemos haciendo nada (como estábamos en el Centro Cultural 25 de Mayo) que sea viendo cómo se maneja el mundo de la radio y el periodismo ya que es lo que estudiamos”, razonaron.
Otro de los temas tiene que ver con la calidad nutricional de las viandas. Según denuncian varios centros de estudiantes, e incluso legisladores porteños, la cantidad es insuficiente, pese a que el Gobierno de la Ciudad invierte millones en los contratos con las empresas distribuidoras.
“En particular la Walsh no está muy mal, pocas veces vienen menos cantidad o podridas. La principal queja en la Walsh es que no son nada nutritivas, es un pan medio duro cortado a la mitad con una feta de queso de muy dudosa procedencia, a veces viene blanco el queso, pero eso pasa en todos lados. Cuando daban de jamón y queso, el jamón era un rosa muy claro, no se veía del todo bien”, describieron.
En Centro de Estudiantes de la Walsh agregaron: “a nivel refrigerio, se comprometieron a revisar que la fruta sea entregada en buen estado, además de que será lavada con anterioridad”.
También hubo cambios en cuanto a lo edilicio, el tercer pilar de los reclamos que motivaron las tomas. “Ya se retiraron los bancos y sillas que se encontraban amontonados en el espacio que se encuentra entre el kiosco y el ascensor”, manifestaron en su comunicado.
Y detallaron a nuestro medio que: “El patio no es muy grande y el espacio entre el ascensor y el kiosco lo usamos para estudiar. Es un lugar común que compartimos. Había una pila enorme de sillas y bancos rotos, incluso había vidrios, algo peligroso. Desde 2017 nadie lo vaciaba. El director del colegio hizo el reclamo y nunca pasó nada. Tras la reunión con Educación Media al otro día sacaron todo. No les costaba nada hacerlo antes”.
“Las aulas no están tan mal. Como vimos que nadie arreglaba nada, en quinto año hubo un proyecto en una materia para pintar las aulas. La mayoría se arreglaron. Faltaría el tema de la humedad en los techos. No sabemos cuánto pedir porque cuando fuimos a la reunión con el director del área vimos que su pared estaba toda rota y con humedad. Si su oficina está así, no se puede pretender mucho”, indicaron integrantes del centro de estudiantes a este medio.
Los estudiantes consideran que el Gobierno de la Ciudad busca “dividir” la lucha estudiantil. Lo afirman porque hubo reuniones “por separado”, cuando en realidad lo que se busca es un “diálogo con todos los colegios y el ministerio”.
Así lo explica el Centro de la Walsh: “Si bien esto resuelve diferentes problemáticas, las reuniones de las áreas por separado apuntan a dividir la organización estudiantil. Entendemos que el ministerio de educación debe hacerse presente por lo que la lucha aún no termina. Y hoy más que nada tenemos que estar unidos como fuerza contra un Gobierno de la Ciudad ausente”.
“Por ahora ese es el acuerdo, ya que no llegamos a lo que realmente queremos”, dijeron a este medio y añadieron: “Seguimos enojados y frustrados, pero, aunque sea, para unos pocos colegios la cosa va mejorando”.
Para concluir, mencionaron que hasta el momento ningún familiar de esta escuela forma parte de la lista de los 366 adultos demandados por el Gobierno de la Ciudad. Las autoridades porteñas los consideran cómplices al haberles permitido permanecer y ocupar las instalaciones educativas públicas.
La Procuración porteña, que lleva adelante las denuncias, inició 25 presentaciones por daños y perjuicios en concepto de días de clase perdidos, por un monto de $50.538.442,85. “Para la toma hicimos que solo dos personas firmen. Pero por ahora a ninguna de las dos les llegó nada”, indicaron desde el centro de estudiantes.