Tronco, “cuerpo de mujer y cabeza de naturaleza”

Tronco, foto y mural
Logo El Barrio PueyrredónTronco, del bloqueo creativo en pandemia al nacimiento de un personaje que se volvió mural. “Reúne un poco todo, la foto, la performance, lo erótico, el humor”, cuenta su autora, la actriz y vecina de Coghlan, Mayra Bonard.

Por Juan Manuel Castro
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La pandemia, y su correspondiente aislamiento social, le bajó la palanca a festivales, conciertos y todo tipo de actividades culturales. A esta altura, incluso se la baja, en forma intermitente, a ideas, pensamientos y proyecciones.

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De esta oscuridad emergió Tronco, un personaje con “cuerpo de mujer y cabeza de naturaleza”, según cuenta su creadora, la actriz y docente Mayra Bonard, vecina de Coghlan. Comparte las aventuras de su criatura inquieta en redes sociales y recientemente incluso llegó a murales en la vía pública, un homenaje del artista callejero eMePeCe. Uno de ellos (foto que ilustra la nota) en Ugarte y Estomba, en el barrio de Coghlan.

Mayra, una referente de la danza local que integró el grupo El Descueve y De la Guarda, le cuenta a este medio que este año estaba invitada al festival Muestra Escénica Iberoamericana de Tenerife (España) y al Festival Avignon Off (Francia). Todo ello se suspendió ante el avance del virus.

La situación, y el incipiente aislamiento, impactaron fuertemente en ella, quien venía de grandes logros como estrenar en enero en el Festival Internacional de Buenos Aires (FIBA) la obra “Hermafrodita”, con texto de Alfredo Arias y dirección de Arias- Bonard- Casella en MALBA, obra ganadora del premio coproducción FIBA-Festival De Danza Contemporánea.

“Eran muchas funciones, fue muy duro al comienzo del aislamiento. Después del cimbronazo volví a activar una parte creativa mía en solitario”, asegura.

Hubo una pausa para asimilar todo lo ocurrido. El lugar de refugio fue su jardín, en la casa que habita desde hace varios años en Coghlan. En su tiempo libre Mayra ha estudiado paisajismo, lo cual le permitió hacer un entorno “frondoso y selvático”. “Cuando una está sobrepasada, voy a las plantas, me dedico a las flores, ahí incluso surgen ideas para obras”, cuenta.

Así fue. “Una tarde estaba en el jardín al lado de troncos que usé en una obra llamada Futuro. Una corteza se desprendió, me la puse en la cabeza y así nació Tronco. A partir de ahí era un salvataje total, ridículo, bizarro, poético”.

Del jardín de Coghlan a Instagram. Mayra cuenta que subía fotos de Tronco en su cuenta personal, luego le creó una propia a su creación. “Vi todas las fotos juntas y es una cuenta muy increíble, había hecho una obra estando en cuarentena”, señala.

“Reúne un poco todo, la foto, la performance, lo erótico, el humor, la naturaleza. El personaje es una manera muy singular de retratar o contar el confinamiento”. En su sitio digital sintetizó: “En múltiples formatos, un alter ego de la artista en su propia casa en un registro fotográfico, performático, y futura miniserie web”.

Los caminos sinuosos de las redes sociales hicieron lo suyo. La actriz y docente cuenta que mucha gente empezó a seguir la cuenta de Tronco sin siquiera saber quién estaba detrás de la madera. “Eso me parece alucinante”.

“La interacción con los usuarios es genial, me empezó a seguir gente que buscaba Coghlan. Otra gente que los arrastro desde mi cuenta personal”.

Ahora, Tronco saltó de las redes sociales a la realidad tangible de las calles. “Éxtasis y sorpresa. Tronco en la calle. Gracias totales”, dice la propia Tronco desde su Instagram (ingresar aquí) al compartir una foto de un mural hecho por el artista callejero eMePeCe que, en formato pegatina, recrea una de las fotos de este aislamiento “ridículo y poético”.

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