Un proyecto del Gobierno de la Ciudad sorprendió a las organizaciones vecinales de Saavedra: la creación de un canal del arroyo Medrano a cielo abierto a lo largo de 500 metros del Parque de García del Río y Pinto. La reacción fue el rechazo al considerarla “maquillaje” y piden soluciones integrales. En la memoria del barrio está todavía la gran inundación causada en 2013 por el desborde de este curso de agua.
Por Mateo Lazcano
Un proyecto del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires irrumpió en la agenda del barrio de Saavedra. Se trata de un plan para dejar una canal del Arroyo Medrano a cielo abierto, a la altura del Parque Saavedra. La novedad se conoció por su publicación en el Boletín Oficial, proyecto que no se había mencionado en reuniones previas del Consejo Consultivo ni en presentaciones del Ejecutivo ante la Comuna 12.
Aunque esta iniciativa fue inesperada la toma de postura fue rápida. Las principales organizaciones vecinales dejaron saber su rechazo al proyecto. Comenzaron la visibilización del tema en redes sociales para la mayoría de los residentes saavedrenses, que no estaban aún al tanto del asunto, y decidieron llevar a cabo acciones de protesta. La primera se dio el último 5 de septiembre, y se repitió este domingo 26.
El formato para manifestar la negativa a la propuesta oficial será una caravana por el parque situado en García del Río y Pinto, y un abrazo simbólico. “El Parque Saavedra no se toca. No al proyecto de abrir el arroyo. No hagan negocios con el parque”, manifiestaron.
José Olivo es un emblemático referente vecinal, integrante de la organización “Vecinos por Saavedra”. “Esto va a cumplir una cuestión meramente estética, sin aportar nada al verdadero problema que sufre Saavedra, que son las inundaciones”, argumenta.
Olivo propone que el dinero destinado al proyecto, através de un crédito del Banco Mundial, sea destinado a “la obra estructural para este tema, que es el aliviador que va por General Paz. Sabemos que es más caro, que no es lo mismo hacer un canal que una obra de cinco kilómetros, pero preferimos que aporte allí antes que a esta iniciativa”.
Olivo también refuta el argumento de que servirá como reservorio, contribuyendo a evitar desbordes en el Medrano. “En 50 cm de profundidad mucho para que se alimenten las napas no va a haber. Incluso en este momento ya están altas las napas”.
Otra cuestión crítica bajo la mirada del integrante de “Vecinos por Saavedra” está en el estado del agua del arroyo. “Va a emanar fuertes olores, porque está contaminado, como demostró un informe de la Universidad de San Martín. Hay muchos centros industriales en la Provincia de Buenos Aires que arrojan desechos ahí. De hecho, de las bocas de tormenta sale muchas veces un olor nauseabundo. ¿Qué imaginan que saldrá del Medrano si se consolida esta idea?”, se pregunta.
Hugo Campos es otro referente de Saavedra, licenciado en Gestión Ambiental e integrante de “Vecinos por la Ecología”. Coincide con la idea de que el proyecto es “un poco de maquillaje”, que repercutirá negativamente en el Parque Saavedra, al perder superficie verde.
“El entubamiento original del arroyo va a seguir así, lo que se va a realizar es un canal paralelo con un diseño paisajístico muy bonito, pero con más marketing que funcionalidad”, señala.
Campos explica que la idea de abrir arroyos a cielo abierto es una tendencia global, denominada “infraestructura azul y verde”. Pero aclara que de seguir por este camino, debe pensarse una solución integral al tema, que no es lo que se pretende realizar.
“Esto implica primero ver qué calidad de agua hay. El Medrano está contaminado, y muchas industrias vierten sus desechos allí. Ahí tenés que pensar qué haces, ¿un parque industrial?, ¿plantas de tratamiento en cada industria? Son temas complejos. Aún solucionando eso, necesitás inspeccionar la parte interna para detectar los huecos clandestinos. Una vez pensado este programa de planeamiento, que debe incorporar al Comité de Cuenca del Arroyo Medrano, y a la vez considerar cuestiones como la altura del terreno o la necesidad de contar con márgenes para acumular agua ante fuertes lluvias, evitando desbordes”, reseña.
El integrante de “Vecinos por la Ecología” vincula esta iniciativa gubernamental con la aprobación del Código de Planeamiento Urbano, que permite construcciones de edificios de altura en torno al Parque Saavedra. “Esto hará que se eleve el valor del suelo, siguiendo el proceso de gentrificación, de expulsión de los vecinos históricos, de clase media y clase media-baja, en pos de seguir construyendo y especulando”, afirma.
Para Campos, es importante que los temas ambientales queden alejados de la especulación inmobiliaria y los negocios, porque se vive una crisis de extrema gravedad. “La ciencia habla del 2030 como un momento que puede ser irreversible en cuanto al cambio climático, haciéndose moneda corriente fenómenos extremos como la inundación que soportamos en Saavedra en 2013”.
José Olivo, en tanto, hace foco en lo inconsulto que estuvo este proyecto y la total falta de participación vecinal que tiene, un clásico de la gestión del PRO en la Ciudad. “No se planteó en el Consejo Consultivo. Ahora hemos llamado a la audiencia pública, que es una facultad que da la Ley de Comunas para dar participación”, sostiene.
El presidente de la Junta Comunal 12, Gabriel Borges Allí, tendrá que romperá el silencio sobre el tema, aunque se prevé que adherirá a la iniciativa. “Hay muchas organizaciones vecinales autoconvocadas para manifestar el rechazo a este asunto. Nos congrega el Parque Saavedra, que disfrutamos todos los vecinosy vecinas del barrio. No queremos que el parque sea un negocio. El espacio verde no se negocia”, cierra Olivo.
¿Qué dice el proyecto?
A finales de agosto, el Gobierno de la Ciudad publicó en el Boletín Oficial un “Llamado a expresiones de interés para la elaboración del informe de impacto ambiental y social para la regeneración del arroyo Medrano en Parque Saavedra”. La administración coloca a esta iniciativa dentro del Plan Hidráulico y propone “recuperar el valle de inundación” que el arroyo tuvo históricamente en este parque.
Y detallan la propuesta: “generación de un curso de agua dentro del parque, paralelo al entubado existente” y aseguran que será posible “recuperar la capacidad de almacenamiento de la llanura de inundación del arroyo y la interacción con la superficie freática”.
“El arroyo a cielo abierto será abastecido – señala el proyecto – a corto plazo, de la superficie freática. El ingreso será distribuido naturalmente a lo largo de todo el cursode agua. Además, se prevé colocar un dren por debajo del arroyo actualmente entubado, aguas arriba del Parque Saavedra, de manera de sumar caudal y permitir la renovación total del agua en menor tiempo. Y a largo plazo, se podrá usar el agua de la celda sur del arroyo; siempre que los análisis de calidad habiliten tal posibilidad”.
La autoridades explican que el arroyo, a cielo abierto a lo largo de 500 metros, contará con “caminos peatonales a ambos lados”, con el fin de generar “un nuevo corredor junto a un curso de agua” en este parque de la ciudad.
Cabe destacar que el Medrano, que cruza Saavedra por debajo de la avenida Ruiz Huidobro y continúa por García del Río hacia Libertador, fue entubado en 1942, con el fin de mitigar los desbordes en una zona que veía crecer considerablemente su población.
El parque, un lago y un puente levadizo
Granaderos cruzando puente levadizo en 1890.
“Aprovechando la bifurcación del arroyo Medrano en dos brazos y la formación de un remanso en una parte de su tramo, entre las hoy calles Melián y Pinto, construyen un parque de 126.377 m2 (llamado el Paseo del Lago) circundado por una zanja inundada por sus aguas y con un puente levadizo, adornado con glorietas , bustos, estatuas y dos hermosas parejas de leones de hierro. Hasta se llegó a hacer navegar góndolas y botes por el arroyo, desde el parque hasta el camino a Santa Fè (hoy Avenida Cabildo), para darle características más espectaculares al paseo, que fue inaugurado el 27 de Abril de 1873” cuenta Eduardo Pombo en su libro “Saavedra. Un barrio y un tiempo añorados”.