Ubicada en uno de los cuadrantes del barrio, este “corazón verde” late desde 1948. La plaza denominada General Martín Rodríguez (1771-1845), atrae niños a diario, ideal para realizar ejercicios aeróbicos entre su variedad de árboles. A todo esto se suma, el recuerdo de una institución creada hace 200 años.
De los primeros pasos a la adultez de una plaza
Este espacio abierto y querido por sus vecinos de 1,35 hectáreas, recibe su nombre por un decreto del 5 de marzo de 1945. La inauguración fue en 1948, sobre lo que había sido un tambo, luego expropiado. La enmarcan las siguientes calles: Habana, Helguera, Pareja, Argerich y a tan sólo 300 metros de la estación “Libertador” de la línea de tren Urquiza.
Contamos con el testimonio de Amelia Pérez de Cirigliano, en una entrevista publicada en febrero de 2000 en el periódico El Barrio Villa Pueyrredón. En ese tiempo era la presidenta de la Asociación de Amigos de la plaza Martín Rodríguez.
“Esta plaza es hoy una de las mejores iluminadas de la ciudad. A la iluminación que ya tenía, que vale aclarar fue una prueba piloto que se realizó en el año ’52 y luego se usó el mismo sistema para iluminar la Plaza de Mayo, nosotros conseguimos en estos años 18 farolas más”, señaló en esa oportunidad Amelia.
Arte, placas conmemorativas, abuelos centenarios y un mástil
Entre las especies arbóreas, distribuidas en toda su superficie, encontramos: fresno, palo borracho, ligustro y lapacho (en flor a la fecha). Hay dos abuelos centenarios, que por su altura deducimos que fueron testigos de la fecha de inauguración en 1948. La primera es una palmera, la misma especie que se encuentra en la plaza de Mayo. El otro, ubicado en el centro del paseo, en un gran cantero circular, es un eucalipto.
Bajo esta enorme sombra, se emplaza una sobria placa de granito negro. Copiamos textualmente el encabezado: “Jardín tripulantes Buque Mercante FORMOSA/LROI”. Luego sigue una lista con los 42 nombres, apellidos y cargos. El primero, el capitán Juan Gregorio y el último, el práctico Eloy Gonzáles. Concluye: “Único buque de nuestra marina mercante que rompió dos veces el bloqueo rival impuesto por el Reino Unido (Gran Bretaña), durante la guerra de las islas Malvinas, Georgias (…), en el año 1982”.
Foto, bajo la sombra del centenario eucalipto la placa conmemorativa que recuerda a los tripulantes Buque Mercante FORMOSA. Por detrás, a la izquierda el mástil, algunos de los juegos aeróbicos cercanos a mesitas y asientos.
Entre vueltas, canciones y alegrías
A unos pasos del espacio cercado de juegos para niños, hay una calesita desde el 2014. Nelson, su propietario, nos contó que este ícono fue comprado y traído desde el shopping del barrio Liniers. Oportunidad que se le presentó, al fallecer su antiguo dueño. Con relación a las historias de las calesitas de Villa Pueyrredón e inclusive la que hemos destacado, sugerimos leer una nota escrita en el 2016 (Volvieron las calesitas al barrio).
“Los caballitos son los preferidos”, nos comentó, debido a que son los únicos que se elevan y bajan a través de un caño. Otra nota de color que nos relató fue que, entre el público que alguna vez han llevado niños allí, han sido: el futbolista argentino Gonzalo “Piti” Martinez y Darío Sztajnszrajber, licenciado en filosofía de la UBA, participante en diferentes programas culturales y educativos de TV.
Foto de la calesita y sus caballitos, los preferidos por los chicos, según comentó Nelson, el propietario.
A unos metros de allí, un basamento circular, sostiene el pedestal de un mástil sin bandera. Este diseño, cuenta con un relieve del escudo nacional, el cual hemos encontrado en otros sitios públicos de la ciudad. De similar textura y color de la primera placa, se lee al pie: “Asociación Amigos de la Plaza Gral. Martin Rodríguez a los vecinos de Villa Pueyrredón, 21-5-2010”.
En el extremo opuesto a la calesita, está el monumento a la madre, representada de medio cuerpo. Las dos figuras como su pedestal son de mampostería. Integradas a la obra hay dos macetas cilíndricas a nivel del piso con una placa homenaje. Si bien no hemos encontrado el nombre del autor de forma visible, se trata de una obra de Norberto J. La Palma, 1989.
Monumento a la Madre, foto septiembre 2021
Don Martín Rodríguez, ausente con aviso
Curiosamente, la plaza no cuenta, como sucede con otras, con una representación artística que lo evoque. Únicamente hay un cartel (de metal) diseñado por el gobierno de la ciudad. Es aquí, con breves palabras, se describe fecha de inauguración de la plaza, además de la participación “en la defensa criolla ante las invasiones inglesas (…), siendo protagonista de importantes acontecimientos históricos como la creación de la Universidad de Buenos Aires”. Por encima de esta síntesis, sólo el apellido: “Rodríguez”, está adosado en forma vertical.
Foto izquierda, cartel de diseño clásico y a la derecha cartel de diseño moderno con datos históricos.
Sin embargo, entre estos detalles biográficos, de quien fuera gobernador de la provincia de Buenos Aires entre 1820 y 1824, junto a ministros como Bernardino Rivadavia, ampliaremos una parte de la historia coincidiendo con un legado que cumple 200 años de existencia.
El gobernador y la educación
En materia educativa, el gobernador y su ministro Bernardino Rivadavia, acordaron con fecha 12 de agosto de 1821 la creación de la Universidad de Buenos Aires. Hubo entre tanto, una tercera e importante personalidad elegida por el prócer y que es poco conocida. Se trata de quien ocupó el primer cargo de rector de la UBA. Es el sacerdote y doctor Antonio María Sáenz, mentor responsable de su creación.
Defensor de la universidad pública además de persuadir a los sucesivos gobiernos e inclusive a Martín Rodríguez, de ocuparse de la necesaria educación superior en la Argentina, enfatizó con textuales palabras: “para no caer en una generación de barbarie a que estamos próximos”. Cabe agregar que la firma de Sáenz, está presente en la declaración de la independencia en calidad de diputado.
Un significativo trabajo en bronce y granito
En noviembre 1822, Martín Rodríguez fue promotor de la creación del primer cementerio público ubicado en el barrio Recoleta. Aquí están sus restos acompañados con esta escultura que lo representa sedente, vistiendo uniforme y capa. Obra del escultor argentino Arturo Desco.
Dicho sea de paso, la plaza cuenta además con:
- Bancos y mesitas. Postas aeróbicas con variedad de diseños, un canil, “canchita” de futbol cercada con tejido.
- Garita con guarda parque y Punto Verde (recepción de materiales reciclables) del gobierno de la ciudad de Bs. As.
- Templete de material y vidrio con un reclinatorio. En su interior, la imagen de nuestra Señora del Rosario, esquina Helguera y Pareja.
- Gastronomía: cruzando a tan solo unos pasos, encontramos dos locales, cada uno en diferente esquina. Ambos con vista a la plaza y mesas al aire libre: “Heroes, pizza on fire” @heroespizzaonfire y “Baraba Resto” @baraba.resto
- Recreación para niños: actividades relacionadas con la pintura, música, etc. llevado a cabo por particulares.
Hoy, en una ciudad con tanto “cemento”, es un privilegio contar con esta plaza que comparte, variedad de atractivos y esparcimiento. Este lugar nos llevó a recordar los 200 años de la Universidad de Buenos Aires y quien fue un eslabón fundamental para su creación: Martín Rodríguez.
A propósito, si tus abuelos o vecinos te han contado alguna anécdota – de época – sobre ésta plaza, puedes compartirla, en el espacio que sigue a la nota, reservado para los lectores. ¡A disfrutar de la plaza!
Video de 1´, “Bicentenario de la UBA”
Autora de la nota: María Fernanda Gómez. Tecnicatura en turismo, Universidad del Salvador. Guía de turismo, Instituto Superior Perito Moreno. Ciudad de Buenos Aires.
Fuentes
- uba.ar/historia
- plazasdebuenosaires.com
- www.udual.org/principal/2021/06/16/uba-mucho-mas-que-un-rector
- www.youtube.com/watch?v=4tLOwot7ksk
- buenosairesmonumentos.blogspot.com/2014/05/villa-pueyrredon.html