Urnas con “spoiler alert” *

Recta final hacia las elecciones 2017 |


La Ciudad de Buenos Aires ingresa en las últimas dos semanas de campaña electoral de cara a las elecciones legislativas del próximo 22 de octubre. Tras los contundentes resultados del macrismo en las PASO y a diferencia de lo que ocurre en el cerrado panorama de la crucial provincia de Buenos Aires, en la Capital Federal se habla de una película con final cantado, apenas salpicado por algunas nubes oscuras que ensombrecen el soleado firmamento que pinta Cambiemos.

Por Fernando Casasco

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La democracia significa elección universal de los representantes y gobierno de la mayoría. A diferencia del atomizado panorama que se vive en gran parte del país – con paridad en varias provincias, junto a triunfos de Cambiemos y a otros de las distintas ramas del peronismo -, en la Ciudad de Buenos Aires la mayoría que históricamente viene consiguiendo el macrismo aparece cada vez más consolidada.

De cara a las elecciones del próximo 22 de octubre, el desafío para la lista de Vamos Juntos pasa por ver hasta dónde llegarán sus números. Se espera que de base retenga ese 50% (redondeando) que obtuvo en las PASO de agosto y sume algunos puntos más. Los más optimistas se animan a arriesgar cifras que van del 56 al 58%, lo que convertiría el triunfo de la coalición gobernante en histórico.

La propia Elisa Carrió se muestra tan confiada en esa victoria aplastante que dedica gran parte del tiempo de campaña a recorridos y actos en otras provincias, fungiendo de líder política nacional. La jefa de la Coalición Cívica muestra así su propia agenda y su estilo, alejado del modo más “vecinalista” del PRO, siempre afecto a las recorridas barriales de campaña.

También a nivel discursivo Carrió evita adoptar a rajatabla el manual de instrucciones del “duranbarbismo”, prácticamente una religión para sus socios “amarillos”. Ante la conmoción generada por la desaparición de Santiago Maldonado, durante un operativo encabezado por la Gendarmería Nacional en la zona de Esquel, la candidata primero esgrimió la “hipótesis” de que “fuese una invención kirchnerista”.

Y ante el avance del reclamo social para saber la verdad sobre el paradero del artesano, ahora la diputada optó por un cambio de discurso: según ella Cambiemos lo quiere encontrar vivo, mientras que “el kirchnerismo y los organismos de DD. HH. quieren que Maldonado esté muerto”. Los dichos le valieron el repudio de los aludidos, mientras que sus socios políticos mantuvieron un silencio piadoso.

En los spots electorales, la tradicional verborragia de la chaqueña queda muy acotada al libreto oficial y apenas llama a “seguir con el cambio”. Pero su histrionismo aflora – por ejemplo – en los videos en vivo que se transmiten por la red social Facebook, compartidos con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.

En una transmisión reciente, la candidata instó al mandamás porteño a “multar” a vecinos y comerciantes que no limpien sus veredas. Pero lo más hilarante llegó a la hora de hablar de la política “amigable” hacia las mascotas del Gobierno de la Ciudad: “Mi hija me llena de animales, no sé para qué defienden tanto el ecosistema si castran a los gatos; estoy preocupada porque la gente tiene animales y no hijos”, le espetó Carrió a un atragantado Larreta.

Este tipo de distancias que marca su socia, aunque sea en detalles nimios, siempre prenden algún tipo de alarma en las filas del PRO. El monumental apoyo que concitó Carrió en las PASO y el que se repetiría en las generales, presentan a Rodríguez Larreta y a su gestión una paradoja: por un lado, mayor cantidad de votos significa mayor cantidad de bancas, lo cual puede repercutir en sobrepasar el quórum propio para aprobar proyectos en la Legislatura. Por otro lado, plantea la necesidad de la cohabitación, con una Coalición Cívica que podría demandar mayores espacios de poder internos.

¿Y 2019? Rodríguez Larreta seguramente buscará su reelección, aunque algunos se preguntan si Carrió no podría disputarle esa candidatura. La diputada asegura que “por ahora” no le interesa ese cargo.

Entre la oposición, el lugar de prelación lo ocupa Unidad Porteña, formada por el PJ/Kirchnerismo, aunque muy lejos de Vamos Juntos, según los datos de las PASO y lo que adelantan las encuestas.

El objetivo principal de la fuerza es fidelizar todos los votos que obtuvo la alianza, sumando a la lista que encabezan Daniel Filmus y Mariano Recalde los sufragios a las boletas que en las primarias encabezaron Guillermo Moreno e Itaí Hagman. Y sumar votos por izquierda, sobre todo de espacios que no consiguieron atravesar el filtro de las elecciones de agosto y que puedan ver en este espacio la única alternativa “real” al macrismo.

El leit-motiv de la campaña del kirchnerismo – en sintonía con lo expresado por Cristina Fernández – pasa por enfrentar al ajuste del gobierno nacional. Filmus remarcó que “el gran ajuste macrista es sobre la clase media y los sectores vulnerables, ajuste que se profundizará después de las elecciones”.

Por su parte, Recalde remarcó que “las políticas de ajuste impactan con mayor crudeza en los barrios postergados” y enfatizó que “el desempleo en el sur de la Ciudad es alarmante, casi un 17%”.

Tras su fracaso en las PASO, Martín Lousteau busca reencauzar su campaña, poniendo el eje en recuperar parte de los votos que obtuvo en 2015 (cuando salió segundo y estuvo cerca de vencer en el ballotage a Rodríguez Larreta) y que en esta ocasión se inclinaron por Carrió.

En ese sentido, en los spots muestra un perfil claramente anti-K y se define en contra de “volver al pasado”. Asimismo, mostró su apoyo a “la lucha de la gobernadora Vidal en contra de las mafias en la provincia de Buenos Aires”, tras la detención del sindicalista de la UOCRA Juan Pablo “Pata” Medina.

En cambio, insiste con las críticas de carácter local al gobierno de Rodríguez Larreta, centralizando en el Jefe de Gobierno el único motivo por el cual no continúa formando parte de la coalición Cambiemos. El debate televisivo que reclamó con tanta enjundia, y que se realizaría el próximo 11 de octubre, es la ocasión para ver si estos devaneos entre oficialismo y oposición se aclaran.

Las otras tres listas participantes concentran sus esfuerzos en lograr la hazaña de meter un diputado en el Congreso nacional y, en una tarea más factible, ingresar representantes en la Legislatura Porteña.

Por el massista 1País, Matías Tombolini mantiene su tesitura de hacer campaña en base al precio de las mercaderías y cómo afecta la inflación a los bolsillos.

Desde el FIT, el slogan es sencillo y contundente: “Al ajuste le hacemos frente con los trabajadores y la izquierda”. Su primer candidato a diputado nacional, Marcelo Ramal llamó a “concentrar el voto del electorado progresista de la Ciudad en el Frente de Izquierda, para llegar al Congreso Nacional y reforzar decisivamente nuestra representación en la Legislatura”.

Por su parte, el “lobo solitario” e inoxidable Luis Zamora enfatiza la necesidad de “ajustar a los de arriba” y reclama “que el pueblo trabajador decida todo”.

En esos términos queda planteada la campaña legislativa, que ingresa ya en su recta final. El oficialismo porteño ya sueña con su final feliz, confiado en que su base electoral no se verá afectada por ciertos temas preocupantes: la creciente toma de deuda del Gobierno de la Ciudad (para pagar más deuda); la aprobación de la venta de terrenos para realizar negocios inmobiliarios; la lucha de los estudiantes secundarios para decidir en qué tipo de escuela van a educarse, frente a la sordera oficial; y la pregunta que el pasado 1 de octubre se hicieron decenas de miles de argentinos en la Plaza de Mayo y en muchas plazas del país: ¿Dónde está Santiago Maldonado?

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