Vecinos formaron una red para reciclar
los residuos de la Comuna 15

La Red de Reciclado Barrial se formó hace cuatro años producto de la unión de iniciativas individuales de vecinos de la Comuna 15. Desde entonces, cada sábado, se reúnen en distintos puntos para acopiar los reciclables de cada barrio y trasladarlos a la Cooperativa El Correcamino que se ocupa de ponerlos a punto para que empresas los reciclen o reutilicen. Un círculo virtuoso donde todos ganan. Hoy juntan alrededor de dos toneladas de residuos sólidos urbanos secos por mes.

Urquiza se Organiza

Por Luciana Aghazarian

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Preocupados por el incremento de las plantas de tratamiento de residuos en la Ciudad, en detrimento de una política que impulse la separación de residuos sólidos urbanos en origen, vecinos de la Comuna 15 crearon, hace cuatro años, la Red de Reciclado Barrial. Cada uno, en su empresa, en su casa, en su edificio separaba residuos y decidieron unirse para generar un mayor impacto en toda la Comuna 15.

Pascal Joncquel, integrante de la red explica: “La organización nació para dar respuesta a la casi inexistencia de los puntos verdes implementados por el Gobierno de la Ciudad y frente al incumplimiento de la ley de Basura Cero que dice que en 2020 debiéramos dejar de enterrar el cien por ciento de los residuos que puedan reciclarse”.

En noviembre de 2005 se aprobó la Ley 1.854 de gestión integral de residuos sólidos urbanos de la Ciudad de Buenos Aires, que exige la progresiva reducción de la cantidad de basura que se entierra en un 30% para 2010, 50% para 2012, y un 75% para 2017. Hasta el momento los objetivos del 2010 y 2012 no se cumplieron. La estrategia del Gobierno de la Ciudad en estos últimos años fue reducir la cantidad de residuos que se dispone en el relleno sanitario a través de la recuperación de materiales reciclables y la estabilización de los biodegradables (materiales orgánicos) con la colaboración de los recicladores urbanos y las plantas de Tratamiento Mecánico Biológico (MBT) que hacen una separación mecánica de residuos orgánicos y reciclables, y lo que de ahí no puede ser reciclado termina en los rellenos sanitarios.

Según Joncquel, esta estrategia desalienta la separación en origen, punto neurálgico de la ley Basura Cero, y deja afuera a un jugador central: los hacedores de residuos, los vecinos, los consumidores, aquellos que generan y tiran esa basura.

“Estas plantas – explica – reciben el cien por ciento de la basura mezclada y ahí adentro se empieza a separar. La mitad de los residuos son orgánicos y la otra mitad inorgánicos, y solo se recupera entre el 4 y 5 por ciento porque la mayoría al estar mezclado llega contaminado. En cambio, si se separa en origen se puede recuperar el cien por ciento de los residuos sólidos urbanos”, asegura el consultor en sistemas y ambientalista.

Con esta convicción, la red, en 2012, comenzó en forma mancomunada la separación y recolección de residuos reciclables determinando puntos de encuentro, cada sábado, y destinando los reciclables a la cooperativa creada por cartoneros en situación de calle, El Correcamino, ubicada en Humboldt 1288, Villa Crespo.

Esta cooperativa, a diferencia de otras, recupera todo tipo de residuos inorgánicos y los vende a empresas que los reciclan: además del cartón, vidrio, papel, metal y los plásticos duros recibe y recupera el PET que por su volumen y poca rentabilidad suele ser un material poco codiciado por los recicladores, pero muy perjudicial para el planeta.

La primera salida a la calle de la Red de Reciclado Barrial fue en la plazoleta ubicada en Tronador y Triunvirato. Hoy cuentan con casi diez “postas” donde todos los sábados los vecinos llevan sus reciclables y, en total, rescatan dos toneladas de residuos por mes. “Son residuos que tenemos la certeza de que no se entierran, entonces no estamos contaminando el ambiente, estamos fomentando el trabajo digno para la cooperativa, le estamos dando materia prima a las empresas, y los vecinos estamos participando de forma activa y responsabilizándonos de los residuos que generamos. Sentimos que estamos haciendo algo positivo. Todos ganan”, se entusiasma Joncquel.

El objetivo a corto plazo es “sacar, definitivamente, los carros de la calle”, que todos los reciclables vayan directamente a la cooperativa y los recicladores trabajen en condiciones dignas. El próximo paso es la creación de una asociación civil de vecinos con la intención de invitar formalmente a todo el que quiera sumarse, concientizar acerca de la urgencia de separar en origen y reciclar los residuos sólidos urbanos, así como impulsar el trabajo digno y la inclusión en los barrios. Una meta a mediano plazo, quizás la más ambiciosa, es conseguir el aporte de empresas para la instalación de un nuevo galpón con maquinarias y tecnología apropiada para la cooperativa El Correcamino.

“La idea es que comiencen con ayuda, pero que puedan hacer un proyecto autosustentable. Queremos que la ley de Basura Cero se cumpla y para nosotros este es el camino”.

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