Voz en Flor

Valeria Donati, cantante y vecina de Villa Pueyrredón, presenta su primer disco solista “La voz de las flores”, donde recorre un repertorio compuesto por mujeres latinoamericanas.

Por Natalia Saavedra

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La frescura y calidez de Valeria se refleja a lo largo de la conversación y de a poco, va pintando de colores y aromas el espacio. Aunque este es su primer disco solista, su trayectoria es muy amplia con un sólido recorrido con la música para chicos, donde acompañó 11 años a Magdalena Fleitas y actualmente forma parte de dos proyectos propios: Los Raviolis y Semillita.

valeria-donati-portada-albumMuestra “La voz de las flores” y una amplia sonrisa ilumina su rostro. “El disco es una búsqueda personal, las canciones hablan de todo, pero tenía que ver con tratar de buscar ese lenguaje, por eso también la voz de las flores, por ese lenguaje más femenino de la canción, no tan impersonal, sino también desde una posición de género”, comenta Valeria sobre su primer disco solista.

Rememorando sus inicios, Valeria cuenta que proviene de familia de músicos, que estudió una carrera formal hasta que un día una pareja la convenció de probarse en un grupo de folclore. “Al momento de elegir la carrera para seguir, estudie una carrera formal, soy psicopedagoga.

En forma paralela a estar terminando mis estudios universitarios, me convence una pareja de ese momento a probarme en un grupo de folclore. Siempre canté pero no lo hacía profesionalmente, ya tenía veintitantos. Audicioné y quede. Cantaba tres temas, después era todo instrumental, estuve bastantes años con ese grupo que se llamaba Fuego Indio. Cuando se disuelve, armo un dúo con Fernando Tomás Enia, que era mi marido en ese momento, que se llamaba Cercano Sur, siempre dentro del folclore, esta vez más para el folclore latinoamericano”, comenta.

Y es quizás allí donde Donati comenzó a transitar un repertorio que la llevaría años después, a su primer disco: “en ese recorrido de lo latinoamericano yo empiezo a componer y a investigar repertorio y me surge la curiosidad sobre que compositoras mujeres latinoamericanas había, sobre que escribían, sobre que hablaban. Digamos… yo conocía a Chabuca Granda, Violeta Parra, y hasta ahí en ese momento, asique me puse a investigar y armé todo un repertorio de canciones todas compuestas por mujeres latinoamericanas. Estuve muchos años haciendo ese repertorio en formato de dúo, de trío, y después de mucho tiempo de interpretarlo decido grabar el disco de manera independiente. Me costó dos años de trabajo, fue totalmente independiente y salió a fines de 2014”, concluye.

“La voz de las flores” se encuentra impregnado del aroma de esas talentosas mujeres latinoamericanas que van desde Violeta Parra (Chile), Chabuca Granda (Perú), Leda Valladares (Argentina) hasta Marta Gómez (Colombia), Liuba María Hevia (Cuba) y Conny Méndez (Venezuela), entre otras.

Todas estas melodías y estos colores son perfectamente acompañados por la voz de Valeria, precisa, bella e inspiradora, en cada una de las versiones. “Es difícil a veces hacer versiones de temas tan populares. Algunas versiones son muy parecidas a las originales, en el caso de los temas de Marta Gómez, yo le mandé las versiones y me contestó que le había gustado. En uno de los temas canta de invitada Georgina Hassan, la conocí cuando cantaba con Magdalena Fleitas, con quien canté 11 años, la invité y se copó”, dice la cantora.

“En el caso de Violeta puse La Jardinera porque esa y La Flor de la Canela, de Chabuca, son temas que canto desde los 15 años. Yo había participado en un montón de discos, porque aparte hago música para chicos y en otras producciones pero esto tenía que ver con mi historia musical y como se fue armando el repertorio. Es un disco con cierta profundidad también”, concluye.

El disco, además, es acompañado por un bello arte de tapa realizado por Candelaria Carballo, que también refleja ese espíritu de flores y colores que la cantante fue buscando e intenta transmitir desde su música. Una tapa de acuarela con una mujer que viste una remera formada por flores de tintes rojos, amarillos y pasteles ilustra el trabajo de Valeria.

“Cuando estaba terminando de grabarlo, empiezo a tener las ideas, yo tenía muy claro el contenido del disco, lo que quería contar, pero después hay cosas que las fui resolviendo en el camino. Con respecto al arte, yo tenía la duda de hacer una sesión de fotos o hacer un arte de tapa con otras características. Ahí me acordé de una chica que yo la había conocido de muy jovencita, que su mamá me traía al trabajo unos dibujos que hacia ella en una servilleta con birome negra. Yo había flasheado porque me parecía una dibujante increíble. Me pongo a buscar entonces para investigar que hacía, estaba haciendo tatuajes y cuando empiezo a ver lo que estaba haciendo, era una maravilla. Cuando empiezo a ver todos los tatuajes, me doy cuenta que todos los tatuajes eran dibujos de mujeres. La llamo, le cuento del disco, que me gustaría que haga las ilustraciones y le di total libertad para hacer lo que quisiera. Ella me dijo: dame el disco, yo lo voy a escuchar, tuvimos un par de intercambios, cuando me muestras las obras y me cuenta para que había pensado cada cosa, quedaron todas las ilustraciones que hizo, es lápiz negro y acuarela. Al final, integralmente, a todo el mundo le encanta”, recuerda.

Un grupo de flores

Donati eligió también a otras mujeres músicas que la acompañaron en sus presentaciones como Carolina Moyano y Luján Castro. “Con el tiempo armé un grupo de mujeres, toco en formato de trío o de quinteto. Se va adaptando también al show, a veces también toca un percusionista varón. Le dio una forma de interpretación distinta. Esas fueron cosas y decisiones que fueron pasando en el camino después de presentar el disco y búsquedas que uno sigue haciendo”, explica Valeria.

Hace dos meses se presentó en El Claro (Bazurco 2658), trayendo al barrio de Villa Pueyrredón un poco de ese aroma a flor y Latinoamérica. “Me contactan las chicas de El Claro a través de Soledad Velcuore, artista plástica y amiga, que tiene su taller que se llama El Ceibo, que también iba a exponer. Cuando me reuní con las chicas de El Claro, les encanta lo que escuchan, armamos la fecha con Sole que expuso y yo me llevé también a la violinista Marcela, que vive acá a la vuelta también. En el show de presentación del disco siempre cuento que a la vuelta de mi casa tengo una violinista”, comenta sonriendo.

“Cuando me invitaron enseguida les dije que sí, está bueno que haya una movida en el barrio, promoverlo y apoyarlo. Yo me mudé a Villa Pueyrredón en el año 99 y hace 12 años volví acá y compre. No me voy más, es un barrio que me encanta. Mis hijos ya tienen también todos sus amigos y sus actividades acá”, concluye.

El 8 de octubre participará junto a su banda en el festival ENE (Encuentro de la Nueva Expresión). “Hace 8 años que se hace, lo organizan unos chicos que son guitarristas, y hacen un festival donde reúnen un montón de expresiones artísticas, plástica, música, fotografía, teatro; de la gente de la nueva generación, hacen una jornada en el Julián Centeya y va rotando el escenario, pasa mucha gente y es abierto al público”, explica.

Así, la voz de las flores, irá impregnando el barrio y los espacios, con su aroma y sus colores. Quien ande atento quizás podrá escuchar lo que las flores tienen para contarnos…

FACEBOOK: VALERIA DONATI

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