El 6 de marzo se tratará en audiencia pública el proyecto de ley que impone el nombre “Echeverría – Mártires Palotinos” a la estación de la línea B de subterráneo en Villa Urquiza. Es un homenaje a los religiosos asesinados por la dictadura cívico militar el 4 de julio de 1976 en la Congregación Palotina dentro de la Parroquia de San Patricio.
Se tratará en audiencia pública el proyecto de ley – sancionado en primera lectura el 17 de noviembre de 2022 – que denomina “Echeverría – Mártires Palotinos” a la actual estación Echeverría de la Línea B de subterráneos en el barrio de Villa Urquiza.
La audiencia se realizará el 6 de marzo en forma mixta, por Zoom y también presencial en la Legislatura porteña. Esta iniciativa fue presentada por el diputado del Frente de Todos, Claudio Ferreño, y aprobada en forma inicial con 54 votos afirmativos y 5 abstenciones del bloque de ultraderecha “Avanza la Libertad”, cuyo líder a nivel nacional es Javier Milei.
La masacre ocurrió durante la madruga del 4 de julio de 1976, a menos de cuatro meses de instaurada la dictadura cívico militar. “Durante esa oscura jornada el recientemente instalado gobierno de facto ejecutó nada menos que el asesinato de tres sacerdotes y dos seminaristas de la Congregación Palotina dentro de la Parroquia de San Patricio (Echeverría y Estomba), en la actual comuna de Villa Urquiza” se señala en los considerandos del proyecto.
“Tanto los sacerdotes Alfredo Leaden, Pedro Dufau y Alfredo José Kelly como los aspirantes Salvador Barbeito Doval y Emilio José Barletti (víctimas de la masacre) tuvieron una vida de servicio al prójimo, enfocada especialmente en los más humildes. En medio de un clima de amenazas y persecución política, ellos eligieron no callar y ser fieles a Dios y al Santo Evangelio, antes que a los poderosos de este mundo” se afirma.
Además, se resalta los mensajes que dejaron los asesinos en la casa parroquial tales como Estos zurdos murieron por ser adoctrinadores de mentes vírgenes y son MSTM*, o un dibujo de Quino en el cual Mafalda sostenía un bastón mencionado como el palito de abollar ideologías posado sobre el cuerpo del aspirante Barbeito Doval dejan a la vista que el odio radicaba en la vocación social transformadora y no en meras motivaciones político partidarias.
Y se destacan las palabras del Padre Dufau en una de sus homilías. “Desde el momento en el cual el profeta denuncia el pecado del hombre y los pueblos, su tarea se torna difícil y antipática. Y un recurso a veces utilizado es sacarlos del medio, encarcelándolos, matándolos”.