Dios Momo, entre espuma y el sonar de los bombos, dijo hasta luego en Villa Pueyrredón

Rey Momo en Villa Pueyrredón
Los carnavales de Villa Pueyrredón se desarrollaron los fines de semana de febrero sobre la avenida Mosconi, entre Bolivia y Zamudio. El lunes 24, en el tradicional Corso de la Avenida de Mayo, desfilaron murgas distinguidas por su talento y trayectoria. Fueron parte de la convocatoria Los Soñadores de Villa Pueyrredón.

Por Juan Manuel Castro

El dios Momo dijo hasta luego. Este martes, los carnavales porteños 2020 llegaron a su fin, luego de un intenso febrero con 34 corsos oficiales en toda Buenos Aires. En Villa Pueyrredón el carnaval del barrio se desarrolló sobre la avenida Mosconi, entre Bolivia y Zamudio, con una enorme concurrencia de vecinos y la visita de agrupaciones locales y de toda la Capital Federal.

bujinkan illa pueyrredón

Otro dato saliente para el barrio fue que el lunes 24 de febrero se desarrolló, por segundo año consecutivo luego de una larga pausa, el tradicional carnaval sobre la avenida de Mayo, en el bajo porteño. En esa ocasión desfilaron murgas distinguidas por su talento y trayectoria. Fueron parte de la convocatoria el Centro Murga Soñadores de Villa Pueyrredón.

Este medio estuvo presente el martes de despedida en el corso de la Avenida Mosconi, que a la vez culminaba el extenso feriado de carnaval, luego de cuatro días seguidos de fiesta callejera.

El escenario principal se ubicó a mitad de cuadra sobre Mosconi, entre Zamudio y Artigas, sentido hacia el norte. Los carriles principales de la avenida fueron vallados para el desfile de las murgas.

Corso de avenida Mosconi

En la noche de despedida, se presentaron varias de ellas, entre las que se contó a Los Amantes de La Boca. Fue uno de los momentos salientes del encuentro, ya que es una agrupación con varias décadas de vida y un gran número de artistas.

Con banderas y uniformes azules y dorados, llenaron de color la avenida con enormes muñecos cabezones que retratan la identidad del barrio ribereño: un Benito Quinquela Martín, una Mafalda, un emblema de La Boca en tamaño gigante secundado por una media luna de plata. Entre los bailarines de levita brillosa también había murgueros disfrazados de El Zorro, Jason (Martes 13), el Hombre-Araña, entre otros íconos de la cultura popular.

Al igual que otras agrupaciones, su repertorio de canciones incluyó la presentación, con alegorías barriales y loas a la vida murguera. En el momento de la canción de protesta entonaron una letra propia sobre la conquista de América y hubo una fuerte crítica contra el genocidio a comunidades autóctonas. Una vez terminado su paso, agradecieron a los vecinos presentes y a los organizadores del carnaval de Villa Pueyrredón.

Durante febrero, desfilaron por el corso del barrio, entre otras: El Metejón de mi Vida, Los Dandys de Boedo, Los Enamorados de Agronomía, Los Gardelitos de la Solís, Iluminados por Urquiza, Los Elegantes de Saavedra, Sueño Murguero, La Milonga de Parque Chacabuco, Los Amos de Devoto, Los Protagonistas del Carnaval y Los Pretenciosos Porteños. Y de Villa Pueyrredón: Renegados y Legendarios.

Las escenas de color se sucedían a lo largo de las dos cuadras del corso. Había niños, adolescentes ( y no tanto) despuntando la tradicional guerra de espuma a ambos lados de las vallas. Muchas familias llevaban a sus hijos con disfraces de personajes famosos de las historietas o series. Había caretas de La Casa de Papel y también vestidos de princesas.

En esa línea, sobre el lado de Bolivia, un Batman cuidaba los alrededores del corso junto a los organizadores. “Aguante Batman”, arengaban las familias que llegaban a pie al carnaval desde esa esquina. Los niños miraban con mezcla de asombro y complicidad.

En cuanto a la logística, decenas de personas con chalecos naranjas eran los encargados de la seguridad y la prevención. Sobre Bolivia varias camionetas de Tránsito de la Ciudad junto a agentes a pie rodeaban la zona y orientaban a los automovilistas para continuar con sus trayectos por vías alternativas.

Los colectivos que transportaban a las murgas estacionaban en los costados de la avenida Mosconi, entre Bolivia y Artigas, y entre Zamudio y Caracas.

La presencia policial también fue parte. Había media docena de uniformados (varones y mujeres) apostados en la esquina de Mosconi y Artigas, al lado de la estación de servicio, que valló su playa.

Desde el escenario, los organizadores del corso agradecieron a los vecinos por participar en cada una de las jornadas de este febrero de carnaval, también a comercios y entidades que dieron su apoyo para hacer realidad este festejo que convocó a miles de personas en el corazón de Villa Pueyrredón.

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