Entrevista al ambientalista Hugo Campos
Hablamos con el especialista y cofundador de la ONG “Vecinos por la Ecología” Hugo Campos sobre los planes de poda de árboles en la Ciudad y la proliferación de denuncias por mala praxis por parte de vecinos. Según el experto las podas no son realizadas por el personal idóneo y existe connivencia entre el Estado y las empresas contratistas que realizan el servicio.
Por Luciana Aghazarian
En enero llegaron a nuestra redacción imágenes tomadas por una vecina de Villa Pueyrredón sobre la poda extrema de árboles en pleno verano sobre Bolivia al 5200. Hicimos una nota en nuestra web y se sumaron cada vez más reclamos por parte de los habitantes de la zona respecto del accionar de las empresas contratistas del Estado que, según nos transmitieron, “hacen las podas a destiempo”, “quitan o dañan ejemplares valiosos” y que “dañan, muchas veces, el tendido eléctrico”.
Para echar luz sobre cómo debieran ser los programas de poda en la Ciudad, entrevistamos a Hugo Campos, Licenciado en Gestión Ambiental, Técnico Superior en Ecología y Naturalista de Campo.
Es coautor del proyecto de ley de declaración del Tala (Celtis tala) como “Árbol representativo de la Ciudad de Buenos Aires” (Ley N° 5337) y co-fundador de la ONG “Vecinos Por la Ecología”.
También es miembro de la Asamblea Permanente por los Espacios Verdes Urbanos y “Queremos Buenos Aires”
– ¿Cuándo y cómo deben realizarse las podas de árboles en la Ciudad?
Las podas principalmente deben hacerse durante los meses fríos, es decir de mayo a agosto, ya que, en general, los vegetales se hallan en estado de reposo. Sin embargo, como la excepción confirma la regla, hay ciertas especies que pueden estar aún activas y el reposo lo tienen más adelante. Para citar un ejemplo nativo tenemos al árbol llamado Sombra de Toro (Jodina rhombifolia) el cual fructifica durante el invierno permitiendo a las aves tener sustento. En la ciudad se pueden dar casos puntuales donde las ramas nuevas comienzan a crecer durante la primavera y alcanzan balones o ventanas de edificios tornándose molestas durante el verano donde llegan a su crecimiento máximo. Es en esos casos puntuales donde solo se recomienda quitar esa rama y no todo el árbol.
– ¿Quiénes son las voces autorizadas para tomar estas decisiones excepcionales?
Esto debe hacerse de acuerdo a las indicaciones de un especialista fitosanitario, quien luego de evaluar el estado de salud del ejemplar indicará la o las ramas a cortar y el modo de hacerlo.
– ¿Cuál es la situación actual en la Ciudad? ¿Con qué criterio se están llevando a cabo las podas?
En estos últimos 8 años hemos visto cómo se han hecho podas de “palmerización” de los árboles – se quitan las ramas bajas y medias, y las altas son podadas de tal forma que queda un ejemplar estilizado con una copa muy alta y ramificada en la altura dando aspecto de palmera – con el riesgo que esto representa. Las ramas además de contener al follaje generador de alimento de la planta cumplen una función de balanceo, la cual les permite hacer frente a los fuertes vientos al tiempo que mantienen alineado el centro de gravedad de la planta. De este modo, si se quitan ramas de más el árbol es más proclive a caer durante las tormentas, y se dejan abiertas heridas por donde pueden ingresar virus, hongos, bacterias e insectos que lo enfermarán y, eventualmente, ocasionarán su muerte conllevando a un riesgo aún mayor para las personas.
Por otro lado, las raíces son el sustento de y responsables de la absorción del agua y los nutrientes de la tierra. Cuando las empresas de servicios realizan tareas de mantenimiento suelen cortarlas generando también un desbalanceo subterráneo. Hoy, el Gobierno de la Ciudad ha dejado de hacer podas de formación para pasar a hacer podas de “deformación” (ver imagen: “Formas correctas de tratar un árbol”). Sin embargo, también, aquí, está la influencia de los vecinos, quienes al lavar las veredas con lavandina y detergentes, éstos mezclados con el agua infiltran en la tierra de la plantera lo que hará que el árbol la asimile y se intoxique. Así, comienza el proceso de muerte de la raíz y de ramas que finalizarán en la caída de éstas últimas e incluso en la de todo el árbol. Por eso es muy importante considerar que el árbol no es sólo lo que se ve, sino también lo que no se ve y está bajo nuestros pies.
– En este sentido, hay denuncias acerca de que las empresas contratistas del Estado, en general, realizan mal las podas y que no hay pericia técnica. ¿Qué opinión tiene al respecto?
Esas denuncias son reales, ya que ha habido empresas de gas contratadas para hacer trabajos de poda. En casos muy puntuales se puede dar el hecho de que un operario tenga algún conocimiento sobre cómo realizar una poda, puesto que fuera de su horario se dedica a trabajos de jardinería. Sin embargo, lo peor es que no hay un experto junto a la cuadrilla que los guíe, es decir, nunca un Ingeniero Agrónomo o profesional afín especializado para decidir qué se corta y qué no. Y acá nos encontramos con la priorización del negocio monetario sobre el bienestar ambiental.
En la Agrupación Vecinos por la Ecología supimos de buena fuente que el gobierno porteño tiene en la zona sur un área parcelada para cada comuna donde se envían los restos de podas. Cuando la parcela merma su volumen o se vacía, sonará un teléfono para dar inicio a un “Plan de Poda”. Así, el gobierno se beneficia mostrando que hacen algo, como ser podas en enero, y también económicamente con nuestro dinero dándoselo a alguna empresa contratista.
– ¿Cuál es la reglamentación vigente para desarrollar esta práctica anual?
La ley de la Ciudad N° 3263 establece a los efectos de personal idóneo y podas en el Artículo 11 Personal técnico que dice que “el personal afectado a las tareas de evaluación técnica, plantación, poda, trasplante o tala, o cualquier otra intervención sobre el arbolado público, deberá estar habilitado para la realización de las mismas mediante capacitaciones y evaluaciones sobre cada labor”. Y el Artículo 13 Poda que dice que “la Autoridad de Aplicación podrá efectuar estas tareas en ramas y/o raíces cuando sea necesario: Garantizar la seguridad de personas y/o bienes, por el trazado o mantenimiento de un servicio público, para mantener y conservar el arbolado público”.
– ¿Qué medidas hay que implementar con los árboles viejos y qué precauciones tomar cuando hay temporales o lluvias fuertes?
Los árboles viejos debieran ser controlados una vez al año para constatar su buen estado de salud y así detectar en forma prematura ramas con potencial peligro de caída o algún tipo de enfermedad ocasionante de una pudrición y ahuecamiento del tronco, o una debilidad en sus raíces capaz de derribarlo durante una tormenta fuerte. El hoy «Timbó notable» del parque General Paz, por ejemplo, con sus más de 130 años se encontraba en óptimo estado, pero la empresa Salvatori S.A. en 2007 le cercenó 2 ramas del tamaño de un árbol joven, generándole una potencial afección a toda la planta. Primó el negocio sobre la vida de la planta.
Lo recomendable frente a un aviso de tormentas fuertes con vientos en la ciudad es dejar el auto en casa y tomar transporte público, quitar macetas de los balcones y sacar la ropa del tendedero.
– ¿Qué debe hacer un vecino tanto cuando advierte que un árbol está por caerse como cuando ve que lo están podando a destiempo o dañándolo?
Cuando un árbol está por caerse deben llamar de inmediato al 103. Ahora, es más complicado cuando se está podando a destiempo o excesivamente, ya que estas acciones son programadas por cada comuna, dada la descentralización del área de Arbolado Urbano. Lo que le queda a los vecinos es acercarse a la cuadrilla, preguntar el nombre del responsable a cargo y luego contactarse con el responsable del área de arbolado de la comuna y, preferentemente, con el Presidente de la Junta Comunal. Tengamos en cuenta que a veces la orden puede venir directamente desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, lo cual hace más engorroso llegar al máximo responsable.
Los vecinos, además, pueden documentar con fotos y luego denunciar a través de las redes sociales, escribir notas a los espacios de cartas de lectores de los distintos medios gráficos y buscar apoyo en las ONGs que estamos en estos temas. En Facebook, por ejemplo, hay un grupo llamado “Basta de mutilar nuestros árboles”.
Estudio realizado por la Universidad Nacional de Tucumán
Temperatura de distintas superficies medidas con un termómetro infrarrojo en dos cuadras contiguas del centro de San Miguel de Tucumán en el mes de enero. Mientras que la temperatura en el aire es bastante similar en ambos lados la temperatura de las superficies muestra diferencias drásticas.
Con un arbolado pobre, un transeúnte o un automóvil se ven sometidos no solo a la radiación solar directa, sino también a la radiación de las superficies cercanas, que pueden ser superiores en
más de 30°C a superficies similares sombreadas.