Básquet mixto en el parque de la estación: “Aprender un deporte y divertirse”

Básquet mixto en la estación Villa Pueyrredón
Los lunes a la tarde en la Escuelita Deportiva Villa Pueyrredón hay práctica gratuita de Básquet mixto en el parque de la estación ferroviaria (Paseo del Centenario, Franco y Condarco) junto a profesores especializados, quienes resaltan “la voluntad que se pone colectivamente en el proyecto” iniciado en 2016. Es para niños y niñas desde los cinco años. Y también adolescentes.

Por Juan Manuel Castro

Llega la primavera, época propicia para disfrutar del aire libre y la actividad física. Para muchos también es la puerta de la socialización y el encuentro de nuevas amistades. “Se trata de aprender un deporte divirtiéndose”. Así lo entienden en la Escuelita Deportiva Villa Pueyrredón que desde 2016 ofrece prácticas y entrenamiento gratuito de básquet para niños y niñas, desde los cinco años en el parque de la estación ferroviaria (Paseo del Centenario, Franco y Condarco) los lunes a partir de las 17 horas.

Antes del comienzo de cada una de las actividades, a las 16.30 horas, para quienes vienen directo del colegio, se organiza una merienda: “Compramos chocolatadas y jugos y les pedimos a los padres que colaboren trayendo lo que pueden” explica Vanesa Coria su directora.

Hay mucho de dinámica de club barrial, con el espíritu puesto en “sacar a los chicos de la calle o de las pantallas por un buen rato”. A esto le suman la cuestión gratuita, para que “nadie se quede sin entrenar y disfrutar”, según explica a este medio Pablo Apicella, profesor y entrenador de básquet, con una extensa trayectoria como educador deportivo.

Escuela Básquet mixto estacio Villa Pueyrredón
Jugó en el Club Atlético San Lorenzo en las inferiores y en primera división, donde fue campeón dos décadas atrás. Luego, fue ayudante de entrenadores en primera y en formativas (inferiores).

También, en representación del club, fue a escuelas a enseñar y, los estudiantes que así lo deseaban, podían probarse en San Lorenzo. Recientemente, realizó una diplomatura para adquirir más conocimientos y volcarlos en la Escuelita de Villa Pueyrredón.

Se define como un “apasionado por enseñar” y desde hace cuatro años que es parte de este proyecto deportivo y social, fundado por la vecina y referente social Vanesa Coria, que en la actualidad cuenta con varios profesores y educadores. “La idea es que aprendan, sin ningún tipo de distinción, chicos de todas las edades de cualquier origen”, señala Pablo.

“Esto está pensando para que sea abierto a todo aquel que quiere iniciarse en el deporte del básquet, que es apasionante. Incentivar a los niños y niñas desde el deporte para que, al menos un rato por semana, estén lejos de las calles o de estar tanto tiempo frente a una computadora o los videojuegos. Mediante el juego, la competición, la práctica, divertirse y hacer ejercicio”, resume.

En las prácticas, el grupo de niños y jóvenes de la Escuelita se divide para las prácticas: de cinco a ocho años, de ocho a doce y luego juveniles. En los dos primeros se suele entrenar una hora y media, mientras que los más grandes lo hacen un poco más de dos horas.

“Todo depende del ritmo del día, la dinámica, cómo esté el entrenamiento”, asegura Pablo, quien al principio tenía en mente una actividad “muy formal” y luego con el tiempo y al ver a los niños disfrutar de las prácticas dio lugar a este estilo “más relajado”.

“Que aprendan las cuestiones del deporte, la disciplina, pero que se diviertan. Es algo muy importante la práctica del deporte y al poco tiempo ver cómo repercute en forma positiva en los chicos, en su actitud”, asegura.

“Venir a una escuela de deporte – dice Pablo – implica empezar a desarrollar habilidades físicas, atléticas, deportivas, pero también sociales. Se trata también de abrirse a la experiencia de hacer nuevos amigos. En algunos casos, para la vida, eso termina siendo más importante que el mismo deporte que estás haciendo”.

Y ejemplifica con su propia experiencia. “En mi caso, gracias a mi época de entrenamiento tuve y tengo un montón de amigos, un vínculo que es para siempre por todos los momentos lindos compartidos dentro y fuera de la cancha”.

Lamentablemente, este año Pablo tuvo una lesión en uno de sus meniscos, motivo por el cual debe someterse a una artroscopia compleja.

En lo personal, lo tiene frenado físicamente y expectante en cómo será su recuperación, pautada en varios meses. Esto mismo también pone en pausa un proyecto de la Escuelita que este año se empezó a cristalizar: pasar de las prácticas a disputar amistosos con clubes barriales y otras escuelitas.

De hecho, este año habían hecho una primera experiencia ante jugadores infantiles del Club Pinocho de Villa Urquiza. Si bien no pudieron ganar el partido, Pablo lo recuerda como una hazaña y un gran primer paso. Es así que, pendiente a cómo será su recuperación, evalúa retomar la gestión de los partidos amistosos a fin de este año o a comienzos del que viene.

De todos modos, la actividad en la Escuelita continua, de la mano de un grupo de varios profesores que entrenan con los niños y juveniles.

“No es la flecha, es el indio, es el dicho. Acá digo que no es la flecha ni el indio, sino la voluntad que se pone colectivamente en el proyecto”, indica Pablo. “Más allá de quién esté, lo importante siempre es pensar en los chicos, en que disfruten y que tengan un buen rato mientras entrenan”.

Y cuando habla de colectivo, también incluye a las familias de los niños y niñas que asisten a la Escuelita. Destaca que hay una constante presencia, desde el hecho de aportar para las meriendas, hasta haber contribuido para las mejoras en la cancha de la plaza.

Es que en el pasado hubo una donación de aros para fijar dentro del campo de juego, ya que los que había antes eran muy altos. De hecho, los aros principales en la actualidad siguen siendo altos, casi con las medidas reglamentarias de la práctica profesional.

Entonces, con la donación de las familias y las gestiones de la Escuelita, el Gobierno porteño y la Comuna 12 instaló los aros, permitiendo así que los más chicos puedan entrenar de forma adecuada.

Desde sus inicios hasta el presente, la Escuelita ha atravesado distintos momentos y continúa renovándose bajo la premisa de “aprender y divertirse”.

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