Carlos Wilkinson, referente del Movimiento Comunero e impulsor de la Ley 1777. Propone reconstruir los vínculos sociales para reactivar la participación ciudadana en las Comunas, vaciada por el Gobierno de Macri y Larreta.
Por Agustina Cavalanti
Carlos Wilkinson es sociólogo, miembro del Consejo Consultivo de la Comuna 13 y fundador del Movimiento Comunero, un espacio que nuclea cerca de 70 vecinos y vecinas de distintos Consejos Consultivos de la Ciudad, que busca fortalecer y consolidar el proceso de descentralización y participación ciudadana.
Colaboró en las comunas 12 y 15 con su participación en los talleres que organizaron Salvemos al Barrio y Vecinos por las Casas Bajas durante la discusión del código urbanístico de la ciudad.
Vecino del barrio de Colegiales, fue uno de los impulsores de la Ley N° 1777. “Allá por el año 2002 descubrimos que en la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires había un capítulo, el sexto, que se llamaba “Comuna”. Armamos la primera red de vecinos de Buenos Aires con la idea de promover que ese título sexto se reglamente a través de una ley”, cuenta.
En una entrevista para este periódico, Carlos dice que está convencido de que la gestión de Macri y Larreta quiso eliminar los 15 distritos, aunque sin éxito porque, según afirma, las Comunas son el “cuarto poder” de la Ciudad.
“Por eso el Gobierno debe aceptar que las Comunas son una jurisdicción presupuestaria diferente a la del Ejecutivo. Está claramente establecido en la Ley 70, la norma que organiza todo el sistema financiero de la Ciudad”, agrega.
Para Carlos Wilkinson es fundamental reconstruir los vínculos sociales. Cree que la democracia representativa está “absolutamente” deteriorada y que hace falta pasar a una democracia más profunda, la participativa, aquella que “no anula los representantes, pero sí los condiciona: el pueblo delibera y gobierna con sus representantes”.
-¿Cómo nació el Movimiento Comunero?
-Cuando asumió Mauricio Macri como Jefe de Gobierno recuerdo que le dije a los vecinos: con estos señores nunca va a funcionar la democracia participativa, y armamos el Movimiento Comunero. Como Movimiento hemos presentado un informe a la Legislatura de la Ciudad solicitando a los 15 Gobiernos Comunales de la Ciudad que respondan sobre distintos temas referidos a cada Comuna. Las Juntas Comunales no respondieron. Entonces ahora decidimos volver a presentar las 22 preguntas sobre el no funcionamiento de las comunas.
-¿El Gobierno de la Ciudad nunca quiso que funcionaran las comunas?
-Sí. Tardamos 5 años en lograr que la Legislatura dicte una Ley de Comunas y después 5 años más para conseguir que la pongan en práctica. Y cuando digo que la pongan en práctica es que hicieron las elecciones, no pudieron evitarlo, pero de ahí en más vaciaron todo. Estoy convencido que el PRO quiso eliminar las Comunas y no pudo. Intentó tres veces cambiar la Ley, quiso reescribirla. Y contra todo eso peleó el Movimiento Comunero.
-¿En qué se diferencia el Movimiento Comunero de los Consejos Consultivos Comunales?
-Que el Movimiento Comunero es un espacio con una definición política a favor de la democracia participativa, es decir, estamos convencidos que esta democracia representativa solamente no va más. Nosotros impulsamos los Consejos Consultivos Comunales porque creemos que hay que ir reconstruyendo los vínculos sociales que están absolutamente quebrados.
-¿Funcionan los Consejos Consultivos?
-En algunas comunas sí en otras no. Pero en general no funcionan como no funcionan las Comunas. Para que las Comunas marchen tendrían que tener primero competencias transferidas que no las tienen, sino es solamente un dibujo que además cuesta mucho dinero.
-¿En la Comuna 12?
-En la 12 no funciona.
-¿Y en la 13?
-Sí. Nosotros hemos presentado muchos proyectos al Ejecutivo, siempre nos metimos en los problemas barriales y en presionar para que se solucionen.
-¿Cuál fue la acción más importante que logró el Consejo Comunal 13?
-Lo primero que hicimos fue dar vueltas el proyecto del Mercado de las Pulgas: el proyecto original del Gobierno era un negocio inmobiliario y gastronómico. Armamos una movida conjunta entre vecinos y puesteros, y logramos revertirlo.
-¿Y por qué no lo presentaron a la Junta Comunal?
-Hace dos períodos que está el actual presidente de la Junta Comunal 13 y una vez enviamos una nota para reunirnos una vez por mes. A la tercera reunión no nos recibió más.
-¿Crees que Larreta va a modificar la Ley de Comunas?
-Yo no creo que pueda cambiar la Ley. Ya lo intentaron y no pudieron porque tenían que modificar la Constitución. Pero lo que hicieron durante todo este tiempo fue vaciarla. Convertir a las Comunas en un organismo desconcentrado del Poder Ejecutivo, una oficina del ejecutivo y como todos los presidentes de las juntas eran todos del PRO y los de la mayoría de la Junta también, no tuvieron problemas. El problema lo van a empezar a tener ahora con dos Comunas (4 y 8) que no son de Cambiemos y que son las más combativas.
-¿Los Consejos Consultivos van a tender a desaparecer?
-No van a desaparecer, al contrario, se van a incrementar. Creo que el modelo de funcionamiento comunal va a ir mejorando a pesar de que seguimos con un Gobierno del PRO en la Ciudad que no lo quiere. Probablemente, con el cambio de Gobierno a nivel nacional se pueda fortalecer ese funcionamiento.
-¿Cómo definen el presupuesto para cada Comuna?
-Como las comunas no tienen presupuesto propio, todas las decisiones las toma el Gobierno Central de la Ciudad y define las prioridades a su gana. Hay comunas que les da 20 millones y a otras que les da 5. Las comunas tendrían que tener presupuesto propio, como lo tiene cualquier municipalidad en cualquier parte del país. Corresponde que, así como el Gobierno de la Ciudad le da una plata al Poder Legislativo y al Poder Judicial, también le tendría que dar la plata a las Comunas que son el cuarto poder de la Ciudad. El presidente de la Junta Comunal no puede ni siquiera firmar un cheque, y si no puede hacerlo es porque no tiene presupuesto propio. Entonces si no hay presupuesto ¿qué poder de decisión tenés?.
-¿Qué opinás de la plataforma BA Elige que implementó el PRO para que los vecinos “definan las prioridades de las comunas” y al que le destina 500 millones de pesos?
-El BA Elige tiene dos componentes: por un lado, me parece que es muy útil la consulta vía internet de determinados proyectos. Pero la democracia participativa no se arma sólo con internet. Tu participación no puede ser mirar una pantalla y apretar botones. En algún lugar tenés que poner el cuerpo, mirarte a la cara con otras personas y resolver. Por otro lado, creo que es un programa absolutamente tramposo. Por ejemplo, yo presento un proyecto y lo votan 20 personas y de repente aparece que es el último de la lista, ¿cómo se que es el último? ¿Se sabe quién votó otro proyecto? Más aún, si hay un proyecto que me gusta y quiero contactarme con el vecino que lo propuso para decirle una idea que se me ocurre para mejorarlo, no puedo, porque no tengo el registro. ¿Quién lo tiene? El Gobierno de la Ciudad.
-Es decir que son “dibujos” de democracia participativa: hacer como que la gente participa pero en realidad sigue decidiendo Larreta…
-Claro. Nosotros hicimos una prueba. Presentamos el problema del Playón de la Estación de Colegiales: cinco hectáreas que queremos que se haga un parque, porque se necesita. En Colegiales tenemos apenas 70 cm cuadrado de espacio verde por persona. Lo votamos 10 vecinos. A los cinco días salió otro proyecto que curiosamente fue el que presentó después Larreta para el Playón de Colegiales y ya tenía 50 votos. Era claro. No había otros vecinos con otro proyecto, era del Gobierno votado por 50 trolls. ¿Qué posibilidades tenemos? Yo creo que el BA Elige se tendría que descentralizar por Comuna, que sea manejado por funcionarios de la Junta Comunal y por vecinos para ver la transparencia, y que los proyectos que se presenten se discutan después personalmente, en una reunión ampliada del consejo comunal con todos los vecinos que quieran participar.
-¿Fuiste comunero?
-No.
-¿Te gustaría serlo?
-No sé. Sí me gustaría que las comunas empiecen a funcionar con comuneros que tengan el espíritu de las comunas, cosa que no sucede, de parte de ningún partido político.