Carmencita Calderón, primera mujer con nombre y apellido entre las bailarinas de tango

Carmen Micaela Risso, más conocida como Carmencita Calderón, nació el 10 de febrero de 1905 en Villa Urquiza y falleció el 31 de octubre de 2005 en Villa Lugano. La llamaban la “flor del tango”, primera mujer con nombre y apellido entre las bailarinas de tango. “Trasmitía ese tango que se silbaba y se tarareaba por las calles y que su madre cantaba mientras lavaba la ropa”.

Por Ignacio Di Toma Mues

Carmencita Calderón, a saber de los más entendidos, fue una bailarina con mucha personalidad “adornó sus propios pasos con triplicaciones, caminados y chaireos de su invención, y también innovó la indumentaria utilizando laminados, y la abertura de la falda en la parte delantera, sobre la mitad de la pierna derecha.”


Se la considerada pionera y arquetipo; audaz para su época, desafiando los prejuicios reinantes, en los que estaba muy mal visto que la mujer se moviera en los ambientes del tango y más aún que se atreviera a bailarlo. “Aprendió a bailar a los 13 años en casa, con su hermano Eduardo y no soñó jamás con un futuro de bailarina profesional” cuentan en el sitio Todo Tango.

Su relación artística con don Benito Bianquet, el Cachafaz, comenzó un domingo a la tarde de 1932, en el Club Sin Rumbo del barrio de Villa Urquiza. Había acompañado a sus dos hermanas menores. “Me insistieron para que aceptara bailar con un señor que estaba allí. Supe que era José Giambuzzi, El Tarila… la cosa es que acepté bailar y al terminar el Tarila me dice: “¿Usted aceptaría ser mi compañera, y la compañera de Benito Bianquet, el Cachafaz?”. Cuando escuchó Cachafaz “me prendí como abrojo” contó Carmencita.


Foto: Carmencita Calderón y Benito Bianquet, el Cachafaz

El Cachafáz le presentó, entre otros, a Carlos Gardel, Elías Alippi, Enrique Muiño y Tito Lusiardo, todos habitúes de un café de la calle Corrientes (cuando era angosta) y Talcahuano. Debutaron como pareja de tango en el año 1933 en el cine teatro de San Fernando, acompañados por Pedro Maffia, el más grande bandoneonista a decir de Carmencita. También participaron, en una escena de baile, en la película “Tango” estrenada el 27 de abril de ese año.

Carmencita lo llamaba don Benito (aunque su verdadero nombre era Ovidio José) y él no la tuteaba a pesar de la diferencia de edad. Ella de él destacaba su elegancia y compás “era impecable, no necesitaba encorvarse”, y decía con humor que era “feo como una noche oscura”. En febrero de 1942, en Mar del Plata, fue su última presentación. Esa noche, el Cachafaz murió de un sincope a los 55 años. Luego formó pareja con el Pibe Palermo y también bailó con Juancito Averna. En 2002, en el IV Festival Buenos Aires Tango, bailó con Juan Carlos Copes.

“Mientras el brazo como una serpiente se enrosca en el talle que se va a quebrar, ella, en trance, navegando en la latitud del pentagrama, ignorando a veces el alarde sombrío de algunos hombres, improvisaba con ellos figuras y dibujos complicados que despertaban admiración” describe en 2002 una articulo publicado en una revista madrileña sobre mujeres en el tango. En esa misma nota refiere que “trasmitía ese tango que se silbaba y se tarareaba por las calles y que su madre cantaba mientras lavaba la ropa”.

Carmencita Calderón
Homenaje en el Museo Histórico Saavedra (fotografía: archivo elbarriopueyrredon.com.ar)

El 13 de febrero de 2005, para rendirle homenaje en su cumpleaños número 100, el Museo Histórico de Buenos Aires “Cornelio Saavedra” y la Junta de Estudios Históricos de Villa Urquiza organizaron una fiesta en su honor. Este cronista, esa noche mágica en el teatro del Museo, tuvo la dicha de verla bailar y disfrutar de su arte deslumbrante. Bailó desafiando la fuerza de la gravedad, se movió como si fuera un ángel, y sus ojos iluminaron la noche.

Falleció el 31 de octubre de 2005, a causa de una neumonía. La mítica bailarina partió no sin antes recorrer los barrios porteños que la agasajaron en el centenario de su nacimiento.


Otro gran artista, José Gobello, pintó con aire bien tangüero a Doña Carmencita Calderón
“LA PIBA SIN TIEMPO”
En esa percha que lucís ya se deschava
el dos por cuatro rompedor de meta y ponga
que desenrosca cuando suena la milonga
tu paso airoso con alarde compadrón.
Cuando los fueyes virutean sus lamentos
va tu silueta dibujando al aguafuerte
turbias historias de pasiones y de muerte
o las tristezas del olvido y del amor.
Carmencita Calderón, vos sos la piba sin tiempo;
milonguera de alto rango, sos eterna
como el tango que te lleva en su compás.
Carmencita Calderón, las baldosas se estremecen
presintiendo tus quebradas, tus corridas,
tus sentadas y tus cortes cuando invitan a bailar.
Hoy nos envuelven en su ritmo jactancioso
los viejos tangos que tu paso resucita,
Derecho viejo, El Cachafaz, La guitarrita,
El Entrerriano, La cachila, Comme il faut.
Con esa estampa de porteña de una pieza
podés dar dique sobre el patio de ladriyo
en el bailongo querendón del conventiyo
y entre los lujos y los briyos del salón.
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