Centro Murga Endiablados de Villa Ortúzar, aniversario con ensayos y olla solidaria

Centro Murga Endiablados de Villa Ortuzar
El Centro Murga “Endiablados de Villa Ortúzar” celebra este mes de noviembre sus 23 años de existencia mientras brinda una ayuda a los vecinos que peor la están pasando en pandemia. “Somos una murga familiera, hacer esto es parte de nuestra naturaleza”.

Por Juan Manuel Castro

El Centro Murga “Endiablados de Villa Ortúzar” celebra este mes de noviembre un cumpleaños distinto. Falta poco para los carnavales de verano, pero es una incógnita si los bombos y colores volverán a las calles debido a la vigencia de la pandemia.

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Endiablados en la actualidad ensaya en su lugar de referencia, la Plaza 25 de Agosto (Heredia y Giribone) los sábados y domingos de 17 a 19 horas, con protocolos sanitarios. “Por suerte volvieron. Lo manejamos de una forma muy tranquila con los cuidados sanitarios que nos dieron. Por ejemplo, el uso de burbujas (grupos reducidos). La percusión ensaya por su lado, escenario y bailarines por otro. Así no hay tanta gente junta a la vez. Viene poca gente igual, es de esperar. Por lo menos ese rato que nos juntamos a ensayar nos sirve para despejar la cabeza”.

Centro Murga Endiablados de Villa Ortuzar

Lo único certero es el compromiso de estos vecinos y murgueros para con la gente del barrio. Los miércoles de 20 a 21 horas sostienen una olla solidaria en Tronador 1149. “Hay gente que la está pasando mal” asegura Sebastián, actual director de Endiablados. Muchos integrantes de la murga nacieron y se criaron en casas tomadas de la ex AU 3 en Ortúzar, traza de una autopista que nunca se construyó, por la cual en tiempos de dictadura se demolieron y desalojaron casas, y cambió la trama urbana en distintos barrios entre Saavedra y Almagro.

La olla comenzó hace aproximadamente un mes. “Hace rato teníamos ganas de hacerlo, pero no teníamos espacio físico, hasta que una compañera ofreció su casa, así que ahí arrancamos y estamos todos los miércoles”, señala Sebastián. Desde la murga precisan que cada miércoles sirven entre 80 y 90 raciones de alimentos destinados a casi 40 familias del barrio.

“Recibimos donaciones todos los miércoles durante el desarrollo de la olla. Aparte hicimos un recorrido por negocios del barrio, como carnicerías, verdulerías, mercaditos y granjas. Los vecinos responden bien por suerte. Una carnicería nos dio 15 kilos de osobuco, una granja varios pollos, una verdulería varios cajones. Hay vecinos que se acercan con ollas, paquetes de fideos, cajas de tomate. También nos manejamos con un sistema de donación por Mercado Pago. La gente va poniendo, de a 10, 20 o 50 pesos. Todo va sumando, por eso estamos muy agradecidos al barrio”, dice el director.

Olla solidaria Endiablados de Villa Ortuzar

Al consultarle sobre qué siente como integrante de Endiablados al organizar la olla, Sebastián sostiene: “La mayoría de nosotros pasó por lo mismo. Muchos de los que hacemos la olla nos criamos en la vieja ex AU 3, un barrio de casas pobres y tomadas. La pasamos muy mal de chicos. Muchos tuvimos que salir a pedir comida. En mi caso, gracias a Dios me fue bien en la vida, estudié, tuve un trabajo honrado. Entendemos que hay gente que la pasó mal, lo vivimos en carne propia. Sabemos lo que es tener hambre, tener que ir a dormir con un mate cocido y pan duro. Por eso, hacer esta olla es parte de nuestra naturaleza, es algo que no lo podíamos evitar”.

Y agrega: “Es así que nos genera mucha alegría poder estará ahí con la olla, saber que al menos un día a la semana hacemos la diferencia para la gente del barrio que la está pasando mal. Ojalá puedan ser más días así. A veces nos quedamos con un gusto amargo, es porque queremos hacer más. Hacemos lo que se puede. Sabemos que es importante”.

Aclara que este proyecto de la murga no cuenta con apoyo de partidos o entidades. “Es una decisión que tomamos. Esta murga hace política sí, pero hace política social y no partidaria. El murguero tiene que criticar a la política partidaria, no nos podemos casar siendo la murga de un partido. Sí cada uno como individuo tiene sus apoyos partidarios, eso es aparte”.

Endiablados hizo su primera salida el 9 de noviembre de 1997. Desde entonces se consolidaron como una referencia social y cultural de Ortúzar. En el presente esta conformada por alrededor de 100 integrantes.

Al respecto, Sebastián comenta: “Somos una murga familiera, tenemos variedad de edades, desde nenes de meses de nacidos hasta personas de 70 años. No solo hay gente del barrio, también tenemos gente de Luján, Lanús, San Martín, González Catán. Estaban en los inicios y luego se mudaron a la provincia, pero siempre están volviendo. También tenemos gente que en verano viene a pasar las noches de carnaval. Son de Uruguay y España. Pasaron los años y siguen ligados a Endiablados”.

Para Sebastián, está “muy verde” la situación sanitaria como para pensar un regreso este verano del carnaval “tal y como lo conocemos, el de siempre”. “Hasta que no haya vacuna, no es seguro, es arriesgar a la gente de a pie que viene a los carnavales, la que en el verano está en la ciudad porque no se va a la costa”.

El director de Endiablados explica que: “sí hay propuestas e ideas de un carnaval con menos gente, alternativo. Que incluya más artes visuales, más proyecciones. El lugar viable para hacerlo es el Anfiteatro del Parque Centenario, al aire libre. Sitios así se tienen que usar. También se piensa en hacer presentaciones en plazas, junto a jornadas donde se pinten murales”.

Más ideas que certezas de un verano distinto, tan distinto como este cumpleaños número 23 de la murga los Endiablados de Villa Ortúzar.


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