En las 13 escuelas de educación especial, destinadas a la formación laboral e integral, se redujo la jornada educativa a sólo 3 horas, 4 días a la semana para los estudiantes de 22 a 30 años. A partir de este año podrán asistir a talleres por la mañana o la tarde. Las familias y docentes estuvieron el 5 de julio en la Comisión de Educación de la Legislatura y el martes 12 por la mañana marcharán a la Jefatura de Gobierno porteña.
(EBVP) A fines del año pasado una noticia produjo una situación de desconcierto y desasosiego en toda la comunidad educativa vinculada a la educación especial. El Ministerio de Educación porteño comunicaba la reducción de la jornada educativa a partir del ciclo lectivo 2022 para los alumnos y alumnas mayores a 22 años. A partir de esta medida concurrirán a talleres, en un solo turno (deberán optar por la mañana o la tarde), 3 horas, 4 días a la semana.
El Ministerio de Educación porteño, en respuesta a los reclamos, manifestó que están aplicando la resolución N° 155 del Consejo Federal de Educación del año 2011 que establece que de manera progresiva se debe transformar “las escuelas de educación especial de Formación Laboral en escuelas o centros de educación para adolescentes y jóvenes con discapacidad (franja etaria entre 12/14 años hasta 20/22 años)”.
No cuentan más con transporte, y el acortamiento de la jornada dificultad la propia dinámica de las familias; muchas de ellas, que tienen obra social, han optado por enviarlos a centros de día, otras muchas carecen de esta opción. También en muchos casos se ha sacado el servicio de comedor, como está sucediendo en la Escuela N° 21 “Rosario Vera Peñaloza” de Villa Pueyrredón.
Las familias y docentes de las escuelas especiales están realizando campañas de visibilización del tema ante la sociedad. El 5 de julio se hicieron presentes en la Comisión de Educación de la Legislatura, y el próximo martes 12 de julio a las 11 horas se concentrarán en Caseros y La Rioja para marchar a la Jefatura de Gobierno porteña.
“Han decidido dejar afuera a los mayores de 22 años sin ninguna alternativa. Venimos en una lucha totalmente desigual, la verdad que es agotador, además de lidiar con el día a día con un hijo con discapacidad, tenemos que lidiar con un Gobierno de la Ciudad que no le importa nada y teniendo un maltrato institucional” expresó una de las madres ante los legisladores de la Comisión de Educación.
Y afirmó que “en las escuelas, los directivos prefieren tirar la comida, en vez de darles un vaso de mate cocido a un chico, y están vulnerando todos los derechos, porque no tienen otro espacio donde formarse”.
Las familias reclaman que se garantice la formación hasta después de los 22 años de los estudiantes con discapacidad. El Consejo Federal de Educación, en su resolución de 2011, señala que deben impulsarse “propuestas de formación permanente, a las cuales puedan acceder aquellos/as adultos, a partir de los 20/22 años con discapacidad innata o adquirida que hayan finalizado o no su escolarización formal y precisen un ámbito de perfeccionamiento para incorporar nuevas competencias que les permitan desempeñarse en distintos ámbitos de la vida (…) incluyendo criterios de certificación de los diversos trayectos educativos”.
Jorge Godoy, docente y secretario de Educación Especial de la Unión de Trabajadores de la educación (UTE) advirtió que el Gobierno de la Ciudad lo que está haciendo es que los alumnos y alumnas de 22 años egresen de la formación integral que venían cursando hacia la nada, “arroja a nuestros pibes y pibas al vacío”.
Ciclo lectivo 2022
El inicio del ciclo lectivo encontró a las escuelas de educación especial con el 70 % de su matrícula afectada. Por caso, en la Escuela Especial N° 21 Rosario Vera Peñaloza de Villa Pueyrredón es aún más, ronda el 80 %. A principio de este año, la docente Leonor Luna señalaba a nuestro medio. “En la Escuela 21 ingresaban de los 14 a los 30 años a las clases comunes, y después se creó la educación no formal de 30 a 36 años. Hoy, el 80 % de los estudiantes se han visto afectados”.
También se hizo un recorte en las clases de apoyo, contra turno, que reciben los estudiantes con discapacidad mental que están integrados en escuelas secundarias comunes. “Había un grupo de chicos – nos decía la docente – que estaban yendo a la escuela secundaria, integrados y ayudados por un docente, luego venían a la escuela especial, iban al comedor y después se quedaban con una docente que los ayudaba con la tarea del colegio”.
También afecta el ajuste a los chicos y chicas que cursan la educación primaria en el Centro de Salud y Atención Comunitaria N° 12, ubicado en Villa Urquiza. Para el apoyo escolar concurren a la Escuela N° 21 dos o tres de veces por semana, y necesitarían ir todos los días. “Nuestra escuela está vacía” concluyó la docente.