El 18 de febrero de 2019 se movilizó una parte del barrio para custodiar los archivos históricos de la Asociación Madres de Plaza de Mayo. Acompañaron en la vigilia durante tres días y dos noches a las MADRES. Esta es una crónica relatada por vecinos y vecinas, militantes de Unidad Barrial Villa Pueyrredón.
Tardecita de sol fuerte de verano en Villa Pueyrredón. Se iluminan las copas de los árboles en la vieja estación del tren Mitre, y algunos paseantes y niños juegan en la plaza. Un bello lugar, sin duda, ese mismo que una vez al mes nuclea al barrio en la feria “Mil Flores”, o reúne a la murga, o simplemente permite el esparcimiento dominguero de las familias.
Pero en un playón abandonado, en una de esas esquinas inconclusas que rodean el predio, hay un vehículo de color rojo, con custodia policial. Nada importante parece, pero solo parece…
Esa pequeña camioneta había sido secuestrada en la Av. Gral. Paz y contiene nada menos que una parte del archivo histórico de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo. Entonces suena urgente la alarma entre los compañeros, alguien sacó una foto del secuestro ilegal y la difunde en las redes. Corre enseguida la consigna: hay que defender a las Madres, hay que defenderse.
Y entonces, entonces se monta una guardia, y llegan las compañeras y compañeros del barrio, primero como siempre los primeros de toda la vida, y se hace un acampe allí mismo, en la puerta del lugar.
Más tarde, y mientras se inician tratativas con el Juzgado interviniente, llegan las Madres, llega Hebe de Bonafini. Y los vecinos, y las vecinas. De una casa lindera ofrecen el sillón de la abuela para Hebe, y un cable de alimentación eléctrica. Y se monta un gazebo, y hay agua fresca, y fruta para Hebe.
Se hace la noche y una guardia de mas de 400 personas asegura a Hebe su permanencia, y la posibilidad de descansar un poco. Y nos quedamos. Nos quedamos charlando, aguantando la presión. Juntamos para una pizza solidaria, cantamos alguna canción, rueda el mate compañero, las historias de resistencia sobrevuelan la hermosa noche de Villa Pueyrredon.
Al amanecer, un feroz operativo intenta asustarnos. Nos rodean con colectivos y carros hidrantes llenos de policías, hacen sucesivas maniobras, quieren intimidarnos. Nadie se mueve, nos quedamos, nos quedaremos más de 48 hs. Hasta la victoria, hasta la certeza de la devolución del archivo histórico.
Y una vez más, ese amor cultivado por las Madres, esa escuela de dignidad y coraje, ese ejemplo mundial de constancia y firmeza en los principios, esa negativa a canjear la sangre de los revolucionarios por dinero o figuración, y esa vocación permanente por construir futuro, concluyen en un triunfo popular.
Eso sucedió aquí, en Villa Pueyrredón, en esos días calientes de verano. Ese es el camino recorrido, ese es el camino a recorrer. Por amor al futuro.