Hace un año se inauguró el Bachillerato Popular Soho para adultos y jóvenes que quieran terminar la secundaria en el espacio de la fábrica recuperada. La iniciativa forma parte del trabajo que realiza, desde 2003, la CEIP-H, agrupación conformada por educadores e investigadores con el objetivo de generar transformación social con otra mirada de la escuela. Ezequiel Alfieri, Profesor de Historia y miembro fundador de la CEIP-H habló con El Barrio Villa Pueyrredón.
Por Luciana Aghazarian
Solo en la Ciudad de Buenos Aires, los Bachilleratos Populares representan el 25 por ciento de la oferta educativa para adultos. El último en inaugurarse fue en la fábrica recuperada Soho, ubicada en Villa Urquiza, que va por su segundo ciclo lectivo.
La iniciativa para implementar esta nueva modalidad surgió en 2003 por parte de un grupo de educadores e investigadores preocupados y ocupados por la problemática de la deserción escolar y la exclusión del sistema educativo de ciertos sectores de la sociedad.
El equipo se conformó en CEIP-H (Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares – Histórica) con el objetivo de aportar soluciones concretas a un flagelo que comenzó a profundizarse hacia fines de los 90 y se expandió con la crisis de 2001. “Ante la falta de respuestas por parte del Estado nos pareció interesante poder empezar a intervenir desde las organizaciones sociales”, cuenta a El Barrio Villa Pueyrredón Ezequiel Alfieri, Profesor de Historia, integrante de la cooperativa.
Así, en 2004, la CEIP-H inauguró el primer Bachillerato Popular en la fábrica recuperada IMPA (Industrias Metalúrgicas y Plásticas Argentina), en el corazón de Almagro, puntapié de una experiencia que luego se fue replicando: hoy hay 30 escuelas de este tipo en la Capital que son reconocidas dentro de la oferta educativa de gestión estatal.
En un principio no fue tan fácil: en 2004 el Bachillerato Popular fue catalogado dentro de la oferta educativa privada por lo que la cooperativa, a pulmón y con colaboraciones externas, llevó adelante la escuela hasta que recién en 2011 fue reconocida como una institución educativa dependiente del Estado.
Actualmente, la CEIP-H cuenta con 5 escuelas – una de las cuales es la de la fábrica recuperada Soho, inaugurada en 2015 – y 4 profesorados en la Universidad de los Trabajadores que funciona en IMPA (Historia, Lengua, Matemática y Biología).
Pero la propuesta no es solo una opción más para terminar la escuela secundaria después de los 18 años o tener acceso a una educación superior.
“Vimos la necesidad de replantearnos lo que pasaba en la educación de adultos y empezamos a pensar en nuevas estrategias educativas. Pensamos a la educación popular con el objetivo de formación de un sujeto político, entendiendo que la educación no es neutra y vinculándola a la transformación de las relaciones que nos parecen injustas, aquellas que llevaron a un pibe de 18 años a no terminar la escuela secundaria, a no conseguir un trabajo formal, etc.”, explica Alfieri.
Los integrantes de la cooperativa se autodefinen “militantes apartidarios y trabajadores de la educación” que hasta conseguir el reconocimiento estatal de las escuelas que conformaron – la de Soho están en trámite – sostuvieron el proyecto con aportes externos, subsidios y eventos solidarios con la firme convicción de que este “movimiento pedagógico” era, y lo es, indispensable para cambiar algo en el sistema educativo para adultos.
“Tenemos niveles de deserción mucho menores al de las escuelas tradicionales porque nuestros equipos trabajan mucho con la circulación y deserción de los jóvenes y adultos que a veces faltan porque tienen problemas familiares, tienen que cuidar al nene o les salió una changa.
Entonces, tenemos tutorías, días de apoyo y otros espacios que hacen que el abandono sea mucho menor”. En Soho, por ejemplo, el año pasado comenzó un grupo de 20 y este año son 25.
“Con los integrantes de la Cooperativa Soho nos conocimos en el proceso posterior de toma de la fábrica. Empezamos a vincularnos, a trabajar en las necesidades que había en el barrio y advertimos que no había oferta educativa para adultos cerca. Hace un año abrimos el primer ciclo del Bachillerato Popular en la fábrica al que asistieron compañeros de trabajo del barrio y este año también hay vecinos y trabajadores de otras fábricas”, cuenta Alfieri.
En asambleas mensuales se discute la línea general educativa y política de cada escuela según sus características y demandas, con lo que cada bachillerato tiene autonomía y su propia dinámica. Asimismo, existe una instancia donde confluye lo que sucede en cada bachillerato.
“La diferencia con otras instituciones educativas para adultos es que planteamos un proyecto colectivo y los docentes están compenetrados en el mismo, por lo que no hay fisuras. Tenemos reuniones permanentemente, debates, replanteos de la teoría y de la práctica, y por fuera del horario escolar, lo cual es parte del compromiso que pedimos a los docentes para trascender el aula y construir un proyecto unificado.
Esto se visualiza en los resultados, no hay modo que el alumno se sienta perdido. Muchas veces después del recorrido que hacen los alumnos en el secundario pasan al terciario y, luego, terminan siendo docentes de los bachilleratos”, relata orgulloso el integrante de CEIP-H.
Si bien el ciclo lectivo ya comenzó, todavía sigue abierta la inscripción en el Bachillerato Popular Soho (Díaz Colodrero 3564), de lunes a viernes a partir de las 18 horas.
El objetivo de la CEIP-H es fortalecer este espacio educativo hasta fin de año y, después, comenzar con otras actividades abiertas al público que suelen llevarse adelante en todos los Bachilleratos, como la creación de centros culturales, compañías de teatro, proyectos educativos paralelos, entre otros.
Alfieri concluye con una expresión de deseo que resume la esencia de la propuesta: “Queremos escuelas abiertas a la comunidad”.