“El Laberinto de Chás”: ferias virtuales, una forma de colaborar durante la pandemia

Ferias virtuales de "El Laberinto de Chás"
Logo El Barrio PueyrredónLas ferias de “El Laberinto” se convirtieron en un clásico de Parque Chás. La pandemia obligó a interrumpirlas. Pero sus organizadores las trasladaron a la web. Se ampliaron los rubros y se convirtieron en un éxito, en tiempos de tanta complejidad para comerciantes y artesanos. Uno de sus referentes, Carlos “Lito Grisafi” nos cuenta los pormenores.

Por Mateo Lazcano

Ferias virtuales de “El Laberinto de Chás”

Las ferias de “El Laberinto de Chás” (Victorica 2642) eran, hasta marzo pasado, un lugar de encuentro en el que centenares de vecinos se acercaban a ver qué ofrecían los emprendedores y feriantes. Y a la vez, impulsaba el encuentro vecinal, amenizado con música y actividades. Hasta que llegó la “pandemia” y generó incertidumbre. Pero rápidamente, los coordinadores del espacio tuvieron una idea que ya es un éxito.

La feria de “El Laberinto” se trasladó ahora a la virtualidad. Desde hace unas semanas, se desarrolla a través de Facebook, y es una vía más para poder sobrellevar la crisis y la imposibilidad que tienen muchos comerciantes de abrir sus tiendas.

Para el espacio, esta nueva realidad significó “reinventarse”. Y redoblar el esfuerzo para, aún con las puertas cerradas y las luces apagadas, poder seguir siendo referencia para los encuentros vecinales. Algo que por ahora logra con creces.

En diálogo con este portal, uno de los referentes de “El Laberinto”, explica cómo se decidió realizar esta “feria virtual” y cómo viven esta situación de aislamiento social, más para un ámbito cuya riqueza es, precisamente, la interacción y la compañía.

“Este es un espacio de encuentro barrial, autogestionado, donde se trabaja colectivamente. A la mañana funciona un centro de jubilados y desde la tarde, un centro cultural”, explica Carlos “Lito” Grisafi, ex comunero en la Comuna 15.

La feria comenzó en 2015, y se realizaba aproximadamente cada dos meses, en la calle. “Venían emprendedores y artesanos de nuestro barrio, se llegaban a juntar 400 personas aproximadamente. Mientras tanto, había shows de artistas que solidariamente cantaban folklore o tango, en un ambiente muy cálido y un marco festivo”, señala.

Este evento significaba la forma de sostener el lugar, a través de las ventas provenientes del buffet. Las ferias fueron, con el correr del tiempo, trascendiendo su función de “compra-venta”, algo que satisfizo enormemente a los organizadores.

“Nosotros notamos que no solo se vendía ese día, sino que se generaba un vínculo entre los propios vendedores y de ellos con la gente. No solo servía para comprar en la feria, sino que cuando necesitabas hacer un regalo, vos sabías ya que tu vecino se encargaba de eso, y se generaba la relación”, comenta Lito Grisafi.

La declaración del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, en marzo pasado, impidió que momentáneamente, se siga desarrollando este evento. Y allí surgió la idea de mantener la feria, pero trasladada a la virtualidad.

“Se dio ante la necesidad de muchos comerciantes o emprendedores por la falta de laburo. El Laberinto, como nos decían, es una marca registrada, y reconocido en la zona. Entonces nos convencieron de no interrumpir ese espacio de encuentro y trasladarlo al ámbito virtual”, dice el coordinador.

Por la realidad económica, la feria amplió sus rubros, y ahora se ofrecen también servicios, personal de limpieza o vestimenta, además de mantener la venta de comidas caseras, artesanías, tejidos u otros productos. “La gente entra a Facebook, ve lo que hay, y combina con quien vende. Luego se encargan ellos de las entregas, respetando la distancia social”, explica Lito Grisafi.

“Nosotros solo ponemos la herramienta, contamos con la buena voluntad de la gente y dejamos que ellos articulen. Cuando vemos que se venden cosas, que se agradecen en la página y se recomiendan, nos sentimos felices de poder dar una mano desde nuestro humilde lugar”, asegura. Ya se han llevado a cabo dos ferias, y comenzó la tercera. No finalizarán, promete Lito Grisafi, mientras dure la cuarentena.

“El Laberinto” sigue activo con donaciones y bolsones de comida. Si bien el alma del espacio, que son las reuniones sociales, están prohibidas, no tiene permanentemente las puertas cerradas en este duro tiempo. “Seguimos activos”, dice Lito Grisafi. Los coordinadores se acercan a la calle Victorica tres veces por semana. Recolectan allí ropa y alimentos, al tiempo que preparan bolsones de comida para comedores del barrio “La Carbonilla”.

“Tratamos de ser lo más solidarios posibles sin mirarnos el ombligo. El Laberinto transmite eso, y mucho más ahora”, resume sobre el lugar.


Feria virtual del 26 de mayo al 8 de junio: (ingresar aquí)

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