La ciudad de los sueños

Apertura de sesiones ordinarias en la Legislatura porteña: Las cosas son según el cristal con que se mire. A ese antiguo artilugio recurrió el Jefe de Gobierno para resaltar los aspectos más brillantes de su gestión, modificar otros más polémicos y evitar los más problemáticos.

Por Fernando Casasco

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Si el discurso del presidente Mauricio Macri ante la Asamblea Legislativa provocó varios pasajes de incrédula sorpresa por la distorsión de los hechos y la negación de los problemas que aquejan a los argentinos, la exposición del jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta ante la Legislatura generó reacciones similares. Claro que a un nivel menor, muchos más “municipal”.

El mandatario local se regodeó en algunos hechos que sí se pueden constatar, como las obras públicas que su administración lleva adelante o un mayor despliegue policial en muchos barrios. Fue engañoso en otros aspectos claves, como cuando destacó las “soluciones” que dice llevar adelante en áreas como la educación, la salud o el transporte.

En tanto, no hizo mención a cuestiones que prefiere evitar: la grave crisis que aqueja a la Argentina y a la Ciudad de Buenos Aires y que está llevando a aumentos fuertes de la pobreza y de la indigencia, junto a la caída del consumo y de la actividad económica. Tampoco hubo comentarios respecto a la criminalización de la protesta social, que crece al compás del agravamiento en las condiciones de vida de la población.

Una Legislatura vallada y cuasi-militarizada marcaba el clima político que vive la ciudad de Buenos Aires y que los funcionarios perciben con preocupación: el enojo y el descontento popular por la situación económica se traduce en protestas de distintos colectivos reprimidas por la policía; o simples desahogos y exabruptos de vecinos indignados que el Jefe de Gobierno debe soportar durante sus “recorridas” barriales.

En este contexto, Rodríguez Larreta dedicó unos 40 minutos a cantar loas a sus realizaciones, en la última apertura de sesiones de su mandato. Destacó algunas de las “perlitas” de su gestión como las grandes obras que pretende inaugurar este año: el Paseo del Bajo, “la obra vial más grande de los últimos 70 años”, mediante la cual “los camiones y micros de larga distancia van a cruzar la Ciudad bajo tierra y mucho más rápido”; y los viaductos de los ferrocarriles Mitre, San Martín y Belgrano Sur, que permitirán “tener una Ciudad sin barreras de tren (que) son muy peligrosas”. No hubo mención en cambio al soterramiento del tren Sarmiento, el más extenso y con mayor cantidad de pasos a nivel en la Ciudad.

En materia de seguridad, el Jefe de Gobierno remarcó que “cada vez hay más policías en las calles, que es donde tienen que estar. De los 25.800 Policías de la Ciudad, 19.000 están en la calle en distintos turnos”. También subrayó la existencia de un “mapa del delito”, cámaras de vigilancia y el “anillo digital” en el límite geográfico con el Conurbano bonaerense. En este apartado fue el único en el que abandonó el tono conciliador e hizo un reclamo concreto a otro poder, el judicial: señaló que “no puede ser que la Policía de la Ciudad detiene a un chorro que arrastró diez metros a una mujer para robarle la cartera, y la justicia lo libere por 700 pesos” y pidió terminar con “la puerta giratoria”.

En cambio no se mostró indignado con otras situaciones observadas en los últimos días, como la represión policial a protestas sociales, como las que se produjeron contra los quinteros participantes del “feriazo” en Constitución, los obreros de Madygraf – en la que también fueron detenidos dos periodistas – o los trabajadores de FEMSA-Coca Cola. Ni una palabra del Jefe de Gobierno fue destinada a cuestionar el accionar policial o a mostrar empatía con las personas agredidas.

Las “transformaciones” en materia educativa volvieron a ocupar un lugar central en las palabras de Rodríguez Larreta. En uno de los puntos más polémicos, remarcó que en este mes de marzo “abren sus puertas 30 de las 54 nuevas escuelas que estamos construyendo juntos en la Ciudad”. Y destacó que “estas 54 escuelas incluyen 9 Polos Educativos y agregan 9.000 vacantes”.

Sin embargo, desde la oposición rebaten los dichos del Jefe de Gobierno. Legisladores de Unidad Ciudadana recorrieron algunos de los predios donde el Gobierno de la Ciudad dice construir nuevos centros educativos y muchos de ellos son baldíos sin siquiera un cartel de obra. En tanto, en el Polo Educativo de Lugano sólo se construyó la escuela primaria, mientras que se adeudan un jardín de infantes y una escuela para niños con discapacidad, pese a que la ley para su construcción fue aprobada hace siete años.

Desde el colectivo “Vacantes para Todxs en la Escuela Pública”, relevaron que del Plan 30 escuelas sólo se concretó una decena, hay 8 en obra y 11 que “aún son un proyecto, si es que lo son”, según informa el portal Nueva Ciudad.

Además, resaltan que muchas de las “nuevas” escuelas no son tales, sino nuevos edificios a los que se trasladaron escuelas que ya existían o simples ampliaciones o refacciones de las ya existentes.

Tampoco hubo una sola palabra del Jefe de Gobierno para la lucha de la comunidad educativa que logró frenar el cierre de las escuelas secundarias nocturnas que había dispuesto en forma inconsulta su administración o el traslado del lactario del Hospital Ramos Mejía, en el que también se debió dar marcha atrás.

Transporte y vivienda fueron otros puntos que el Jefe de Gobierno destacó por los progresos hechos. Sostuvo que los vecinos “que circulan en hora pico en transporte público ganan tiempo: en el Metrobus, el subte o las bicicletas”.

Además, sorpresivamente afirmó que su gestión “transformó” el subte, “un servicio que tenemos que mejorar y modernizar más, pero que funciona mejor”. Algo difícil de percibir para los usuarios que utilizan el medio de transporte a diario. Ni que hablar que no hubo mención a la extensión de la red.

Rodríguez Larreta también resaltó la decisión de su administración de construir “departamentos nuevos y (de) abrir líneas de crédito para que los vecinos puedan cambiar la cuota del alquiler por la cuota de su casa”. Desde el GEN, Sergio Abrevaya remarcó que uno “de los temas pendientes fue la construcción de viviendas que, aunque hicieron, aún son insuficientes”, al tiempo que remarcó que “el 33 % de los habitantes alquila departamentos, y otro tanto vive en villas y asentamientos”.

Muchos opositores también subrayaron que, pese a haber más créditos para la vivienda, estos son cada vez más inalcanzables para la población de clase media por el encarecimiento de las cuotas.

Este punto se relaciona con el tema prácticamente obviado por el Jefe de Gobierno en su discurso: la grave crisis económica que afecta a todo el país y a su Capital. Apenas admitió que la Ciudad está “saliendo de una situación difícil y de mucha angustia”. Y anunció una serie de medidas crediticias para pymes, a fin de sostener los puestos de trabajo.

En qué datos se sostiene esa supuesta “salida” de la crisis, no quedó claro. Lo que sí queda constatado por los hechos es el cierre de unos 2.500 locales comerciales en la Ciudad, así como el aumento de 8.700 pesos (un 50,9%) que registró la canasta básica porteña en tan sólo el último año.

En tanto, en los últimos tres años, casi 100 mil porteños han caído por debajo de la línea de la indigencia. Mariano Recalde, de Unidad Ciudadana, resaltó que el jefe de Gobierno “no habló de los negocios que cierran todos los días, las bruscas caídas de la producción y del consumo, los altos índices de desocupación de los porteños”.

A todo esto se suma el reclamo que vienen haciendo grandes sectores de la población para que cese el aumento de las tarifas de los servicios públicos, que ahoga la actividad comercial y encarece el costo de vida a la clase media y baja.

En este marco, en las últimas horas se firmó un acuerdo mediante el cual la Nación transfirió a la Ciudad y la provincia de Buenos Aires el control de las operaciones de las empresas de distribución eléctrica EDENOR y EDESUR.

Con esta medida, serán ahora las administraciones de Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal las que deberán hacerse cargo (con recursos propios) de los subsidios a la población, entre los que se cuentan los beneficiarios de la tarifa social.

Para una fuerza política afecta a las metáforas meteorológicas, se viene otro frente de tormenta para la ciudad. Como para poner en duda el horizonte de cielo apacible y sol brillante que exhibió el Jefe de Gobierno.

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