La Cultura en estado de alerta

El Alambique y la Biblioteca Pueyrredón Sud
Ante la coyuntura actual de ajuste y desfinanciamiento en educación, arte y cultura, Susana Romero del Centro Cultural y Teatro El Alambique y Alicia Rojas de la Biblioteca Pueyrredón Sud cuentan de qué manera los impacta y cómo los espacios se han convertido en lugares de contención y solidaridad.

Por Agustina Cavalanti

En dos meses, la motosierra de Javier Milei recortó fondos, eliminó subsidios y desfinanció salud, educación y cultura. Las políticas llevadas adelante por el Gobierno Nacional representan un ataque directo a lxs trabajadorxs.

bujinkan illa pueyrredón

En este contexto, entrevistamos a dos mujeres que presiden instituciones muy representativas del barrio: la Biblioteca Popular Pueyrredón Sud y el Centro Cultural y Teatro El Alambique. Alicia Rojas y Susana Romero coinciden en que la situación actual es muy compleja y que habrá que “dar pelea” con trabajo colaborativo y, fundamentalmente, solidario.

“La situación de la biblioteca es buena por el esfuerzo de la comisión, empleadxs y colaboradorxs, es un trabajo día a día. Lxs vecinxs y socixs se involucran, es una institución centenaria del barrio. La biblioteca no es solamente venir y sacar libros. Tenemos muchas actividades y aparte somos oreja de la gente que nos necesita”, expresa Alicia, presidenta de la Asociación Vecinal de Fomento y Biblioteca Popular Pueyrredón Sud, ubicada en la esquina de Bolivia y Carlos Antonio López.

Sin embargo, reconoce que, si el Gobierno desfinancia a la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares les afectaría “fuertemente”. “Nos protege dándonos la feria del libro, un gasto de recurso anual, que nos sirve por ejemplo para hacer algún arreglo o comprar cosas que no está a nuestro alcance como tecnología o librería. También nos ayuda para pagar la parte de conexión de internet (wifi)”, explica.

En este sentido, cuenta que recientemente se conformó un colectivo llamado ‘Bibliotecas en lucha’, que une a todas las bibliotecas del país para pelear por el funcionamiento de la Comisión Nacional. “Los fondos de la CONABIP no salen ni de la plata del pueblo ni de la plata del Gobierno. Es un porcentaje del juego. Es decir, ese dinero que se les da a las bibliotecas no afecta a nadie”, agrega.

Susana Romero, por su parte, explica que, si bien en marzo las actividades y shows empiezan con normalidad, “va a ser muy difícil”. “Nos está costando mucho la convocatoria. Más tratándose de que El Alambique no cobra subsidios de ningún tipo. Y se sostiene de los ingresos. Si no hay ingresos no nos vamos a poder sustentar. Es preferible que lxs vecinxs se acerquen y paguen lo que puedan de entrada. Que nos ayudemos mutuamente. Del servicio de luz mensual nos vino 250 mil pesos”, dice Susana, una de las fundadoras del Teatro y Centro Cultural ubicado en la hermosa casona de Griveo 2350.

Respecto al mega DNU de Javier Milei, asegura que “nos afecta a todos”. “En El Alambique no cobro subsidios por una decisión propia, pero cuando me hizo falta en pandemia, me subsidiaron y me sirvió muchísimo el del Instituto Nacional del Teatro. Que deje de funcionar eso es terrible. Ayuda muchísimo a elencos y teatros. Es muy costoso poner en funcionamiento una obra completa”.

Solidaridad en tiempos de ajuste

La Biblioteca Pueyrredón Sud y el Teatro El Alambique han impulsado diversas iniciativas colectivas y solidarias.

La biblioteca recibe donaciones de libros, que a la vez se reparten en universidades e instituciones. También envían libros a escuelas rurales. “Revisamos los libros uno por uno, aquellos que están en mal estado los mandamos como papel al Hospital Garrahan”, dice Alicia. Además, todos los días instalan la biblioteca ‘al paso’, para que lxs vecinxs puedan llevarse un libro.

“Y como todos los años recibimos ropa, calzado, útiles para las escuelas rurales, comedores y merenderos. Hay gente que la está pasando mal. Ahora vamos a hacer una colecta de útiles para poder ayudar a quienes lo necesiten”, cuenta la presidenta de la Biblioteca Pueyrredón Sud.

El Teatro El Alambique abrió una ‘despensa solidaria’ para circular alimentos no perecederos. La idea es que lxs vecinxs lleven productos (de martes a sábados de 16 a 21 horas) y, si les falta alguno, lo saquen de la despensa.

“Son ‘terminator’ de la patria, del país. Va a ser difícil, pero vamos a dar pelea”, la directora del Teatro y Centro Cultural El Alambique.

“La biblioteca se fundó en 1920, es una institución centenaria con mucha historia. Hubo épocas que estuvo económicamente muy bien y épocas malas como en el año 2007 que casi se pierde. Se lucho y luchó y hoy no tiene deudas, está funcionando. Y la vamos a luchar para seguir mejorándola y que sea un orgullo para el barrio. Queremos que funcione y sea un servicio para la comunidad”, cerró Alicia Rojas.

error: Contenido protegido!