Farmacoop, el primer laboratorio recuperado del mundo, producirá tiras para test rápidos de Covid-19. Trabajaron en manera conjunta con el Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales de la Universidad de la Plata y un inversor privado. Importarán maquinaria para producirlas, y servirá para fabricar otras tiras para detectar dengue, embarazos o sustancias alergénicas.
(EBVP) La empresa recuperada Farmacoop producirá test serológicos para detectar anticuerpos de Covid-19 fuera de entes sanitarios de gran envergadura. El desarrollo tecnológico está a cargo del Centro de Investigación y Desarrollo en Fermentaciones Industriales. Es el primer laboratorio recuperado del mundo. Tiene dos plantas en Villa Luro y Mataderos.
Actualmente están produciendo insumos para prevenir la Covid-19: alcohol al 70%, alcohol en gel y barbijos. En abril donaron barbijos al Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca (Monte Castro), el Centro de Salud y Acción Comunitaria N° 5 (Villa Lugano) y la Fundación Basso (Villa Crespo), un hogar para personas con discapacidad.
Por medio de un inversor privado importarán una máquina para producir los test en la cooperativa y podrán seguir utilizándola, tras la pandemia, para producir test de embarazo, de dengue o para detectar sustancias alergénicas en alimentos. Tendrán una capacidad de producción de 25 mil tiras semanales.
“Nuestras tiras tienen que ser usadas fuera de hospitales: en UPAs de la Provincia de Buenos Aires, en Salas de Primeros Auxilios, en una fábrica que tiene que reabrir sus puertas después de la cuarentena, en un pueblo del interior, en un barrio popular” señaló Sebastián Cavallito, responsable del centro de investigación Cidefi, de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de la Plata.
“Surgió la propuesta, vimos que había un mercado. Hicimos los diseños y buscamos dónde se podría hacer. Nadie tenía contacto directo con una empresa farmacéutica”, narró Cavallito. El primer intento fue en la unidad de producción de medicamentos en la facultad, pero tardaría demasiado. Por medio del Director de Empresas Recuperadas del Ministerio de Desarrollo Social, Eduardo Murúa, conocieron la actual situación de la ex laboratotio Roux Ocefa.
Había presentado la quiebra en 2016, luego se hicieron cargo otros empresarios, y finalmente – en 2018 – despidieron a sus trabajadores y trabajadoras. Antes que se llevaran los equipamientos los despedidos ocuparon en forma pacífica la planta. En abril de 2019 la Justicia Comercial de la Ciudad de Buenos Aires le otorgó a la cooperativa la autorización para trabajar. “La conservación de la fuente de trabajo es una de las causas en las que puede fundarse la continuación” argumentó el juez Sebastián Sánchez Cannavó.
“Eso volvió más atractivo al proyecto: una necesidad social, un grupo de Conicet pone ideas, plantea un proyecto, un privado cree y pone la plata, y lo produce una empresa local que genera puestos de trabajo e ingresos de alta tecnología. A mí me resulta muy atractivo desde ese punto de vista” aseguró Sebastián Cavallito.
De esta manera la cooperativa conformó una sociedad con un inversor privado que les permitiría tener tecnología de punta que después podrían utilizar para otros test (dengue, embarazos o sustancias alergénicas).
“Para nosotros lo más interesante es pegar un salto tecnológico y hacer una experiencia de transferencia de tecnología de investigación que promueve el Estado que no quede en la nada, que quede en un proyecto productivo”, contó Di Mauro de Farmacoop.
Y concluyó: “Era impensado para nosotros, que veníamos desde hace años renegando para tratar de recuperar las fuentes de trabajo y hoy estamos pensando en traer nueva tecnología al país, que si no el Estado tendría que importarlo”.