La mujer que ayudó a transformar la enfermería

Luisa Guillermina Müller
Logo El Barrio PueyrredónTiene 98 años y dedicó su vida a la enfermería. Egresada de la Escuela Cecilia Grierson, trabajó con el Dr. Ramón Carrillo, fue enfermera de Eva Duarte de Perón y participó como voluntaria en la guerra civil del Paraguay en 1947. Entrevista a Luisa Guillermina Müller, la enfermera que acompañó la transformación del sistema de salud público argentino y la profesionalización de la carrera de Enfermería.

Por Agustina Cavalanti
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La pandemia por Covid-19 desnudó el rol fundamental que ocupan lxs enfermerxs en nuestra sociedad. En esta coyuntura hemos aprendido que fueron ellxs quienes estuvieron (y están) al frente del combate, poniendo el cuerpo para paliar la crisis sanitaria mundial.

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De esta manera, “El Barrio Villa Pueyrredón” elige contar la historia de Luisa Guillermina Müller, una mujer que dedicó su vida a la enfermería, que siempre trabajó en pos de que se reconozca la profesión y acompañó al Dr. Ramón Carrillo en su trabajo por perfeccionar la carrera.

Hoy en día, tiene 98 años y amablemente accedió a una entrevista telefónica para este periódico. Con voz fuerte y firme rememora su propia historia cargada de significaciones, de alegría y dolor, de esfuerzo y reconocimiento.

Luisa siempre supo que quería ser enfermera. Hasta su bisabuela había sido enfermera. A los 17 años viajó desde un pueblito cercano a Venado Tuerto hasta la Ciudad de Buenos Aires para estudiar en la Escuela de Enfermería Cecilia Grierson, actualmente ubicada en el barrio porteño de Caballito.

“Cuando era chica jugaba con mis hermanos que era la enfermera que los cuidaba. A los 17 (años) le dije a mi mamá que quería estudiar enfermería. ‘¡Ay! Como te vas a ir que sos mi única hija mujer’, me respondió. Pero le insistí: quiero ser enfermera mamá”, cuenta.

Gracias a su impronta y carácter decisivo logró alcanzar su anhelo. Pero para poder sostener la residencia en la gran Ciudad, Luisa cursaba de día y cuidaba enfermos de noche, así pagaba el alquiler de su casa. A principio de los años 40 comenzó las prácticas en el Hospital Ramos Mejía y luego se trasladó al Salaberry, un hospital de Mataderos que ya no existe.

“Así seguí de un lugar al otro, hasta que el Dr. Carrillo buscó enfermeras para trabajar en el interior del país. Me anoté. Íbamos de a dos a distintas provincias del país a ver qué pasaba en los hospitales. Me fui seis meses a La Rioja. Ahí me di cuenta de que realmente faltaban enfermeras porque eran un desastre los hospitales”, dice.

Luisa Enfermera

Sin duda, la actuación del doctor Ramón Carrillo como Ministro de Salud Pública de la Nación durante la primera presidencia de Perón marca una bisagra en el sistema de salud argentino y en la enfermería, en particular.

“Carrillo quería que la enfermería se extendiera. Antes de él la enfermería no existía. Existían las enfermeras que eran personas que iban y se ofrecían para cuidar a lxs pacientes. Pero no eran enfermeras. El Dr. Carrillo fue el que destacó la carrera de la enfermería”, relata Luisa, convencida de que el Ministro fue “el que más hizo por lxs enfermerxs en todo sentido”.

De hecho, fue el propio Carrillo quien la incentivó a realizar el Curso de Instructora de Enfermería en el Instituto Costa Buero, que se dictaba en la Cátedra de Neurocirugía de la cual él era el director. Su principal objetivo: que las enfermeras fueran a capacitar al interior del país.

“El Dr. Carrillo decía que, como era difícil que se trasladen a la Capital para estudiar, era mejor que nosotras hiciéramos un curso y como instructoras viajáramos al interior a enseñar enfermería en los hospitales. Fuimos a La Rioja, otras fueron a Misiones, a Iguazú, a la Pampa. Íbamos seis u ocho meses, volvíamos y volvíamos a salir, para que las enfermeras tuvieran estudio y para que en todos lados existieran enfermeras con título”, asegura.

Allí, en el Instituto de Neurocirugía, conoció al Dr. Raúl Matera, prestigioso neurocirujano y figura relevante durante el peronismo. “Lo conocí y lo instrumenté en neurocirugía, ahí es donde más me gustó seguir adelante con mi carrera”, expresa Luisa.

Y siguió adelante, no se detuvo en la enseñanza. Se inscribió como voluntaria para viajar en Comisión Humanitaria a Paraguay, durante la guerra civil del ’47. “Cuando fue la guerra de Paraguay fui como enfermera voluntaria, me quedé allá trabajando, éramos diez enfermeras y dos médicos. Cuando volvimos fue cuando más el Dr. Carrillo quiso que la enfermería se difundiera. Así nos siguió haciendo estudiar y fuimos para delante como pudimos”, señala.

Luisa enfermera

Algunas de las experiencias en plena revolución paraguaya las menciona en su libro “Yo, enfermera”, una autobiografía digital y gratuita publicada recientemente por Ediciones La Montaña. “Recordar todo lo que he visto durante nuestra estadía trabajando allí, es volver a vivirlo y mi corazón se llena de lágrimas”, escribe. Pero lo que no narra en la autobiografía es el amor y la admiración que siente por Eva Duarte de Perón, en palabras de Luisa, la que más apoyó la enfermería como profesión.

“Evita fue la que más nos ayudó para que fuéramos a estudiar. Yo trabajé con ella, el Dr. Carrillo me mandó a cuidarla. Me quedé cuidándola los diez días que estuvo internada”, dice y hace silencio. “Estuve con ella hasta que murió”, se emociona. “Evita fue una mujer extraordinaria. Ojalá hubiera vivido porque ella realmente nos hubiera dado mucho más. Fue una mujer sinceramente fuera de serie”, expresa.

Pero prefiere no ahondar en cómo transcurrieron sus días al lado de Evita. Con la voz quebrada agrega: “Realmente la quise mucho, y eso que yo no era política ni nada, menos de creer en todas esas cosas, no me gustaba la política. Fue mucho trabajo, pobrecita, sufrió, pero después se fue en paz. Una mujer extraordinaria, una mujer excepcional”.

Luisa Guillermina Müller trabajó ininterrumpidamente hasta que cumplió 72 años, se retiró luego de organizar la apertura del Hospital Privado de Comunidad, de Mar del Plata. Hoy vive en Ciudad Jardín, Provincia de Buenos Aires.

Una mujer que recorrió el país impartiendo su amor por la profesión, revalorizando el trabajo de la enfermería, dejando una huella en cada hospital argentino.

-¿Qué representa la enfermería para usted?
-Mi vida. La enfermería fue mi vida.

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