Los primeros pasos

Entre un presupuesto presentado tarde y aprobado a las apuradas, dio comienzo la gestión de Horacio Rodríguez Larreta al frente del Gobierno de la Ciudad. El apoyo nacional y nuevos aliados legislativos, parecen ser la receta para encarar una tranquila transición.

Por Fernando Casasco

La puja electoral por la Presidencia de la Nación, dejó en un lejano segundo plano la situación política y económica de la Ciudad de Buenos Aires. Tal es así, que el Gobierno de la Ciudad, encabezado por Mauricio Macri hasta el 10 de diciembre, se “olvidó” el envío a la Legislatura del proyecto de Presupuesto, que – según se afirma en la propia Constitución porteña – se debe llevar a cabo antes de finalizar el mes de septiembre del año anterior a su entrada en vigencia.

Finalmente, el Ejecutivo porteño subsanó esta grave falta enviando la propuesta al Poder Legislativo, a fin de noviembre, con casi dos meses de demora. Y en un tratamiento al que muchos calificaron como “express”, logró su aprobación el 4 de diciembre del pasado año, pocos días antes del recambio de autoridades en ambos poderes de la Ciudad.

Una clara muestra de que la declamación de algunos dirigentes por el respeto de las “instituciones” suele volverse letra muerta a la hora de los hechos.

Respecto a estos entuertos, la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) denunció judicialmente que se había incumplido el plazo de presentación del Presupuesto y luego envió cartas a los 60 legisladores reclamando “que se adopten las medidas necesarias para que se realice un genuino debate democrático sobre dicho proyecto”.

Por su parte, el diputado de Bien Común, Gustavo Vera, denunció penalmente al Poder Ejecutivo por “abuso de autoridad e incumplimiento del deber de funcionario público” por haber presentado tarde el proyecto.

En la sesión del 4 de diciembre, el proyecto de Presupuesto, tratado junto a un paquete de leyes económicas (como el Código Fiscal y la Ley Tarifaria), obtuvo 32 votos positivos, 21 negativos y 7 abstenciones.

A los 29 diputados propios, el PRO sumó el apoyo de Suma+, de Martín Lousteau, otrora rival del macrismo en el balotage porteño.

Casualidad o no, el día anterior al tratamiento del presupuesto se confirmó que Lousteau sería el nuevo embajador argentino en Estados Unidos, designado por el presidente Macri.

Así como Néstor Kirchner le “limpió la cancha” a Aníbal Ibarra para competir por su reelección en 2003, llevándose a su gabinete a dos candidatos a Jefe de Gobierno como Rafael Bielsa y Gustavo Béliz, ahora Macri le “desmaleza el terreno” de la gestión a su sucesor y “delfín”,

Horacio Rodríguez Larreta, sumando a su gobierno a quién, en teoría, debía llevar la voz cantante de la oposición en la Ciudad.

Hablando de los fríos números, el Presupuesto 2016 contempla gastos por más de 112.000 millones de pesos. Desde el oficialismo se encargaron de resaltar que el gasto social presenta una suba superior a los $15.510 millones, por lo que su participación sobre el total de las erogaciones pasa del 58% durante el corriente año al 60,8% previsto para el próximo. También se destaca la solvencia financiera de la que se ufana la gestión PRO: se prevé un superávit de más de $16 mil millones y no está planeado tomar nueva deuda.

Otra área que presenta un fuerte incremento es la de la Seguridad, que tendrá gastos por $5.400 millones, unos 1.100 millones más que en el 2015. Lo que no termina de quedar claro es si esta partida cubrirá en parte el traspaso de 15 mil efectivos de la Policía Federal al área de la Ciudad o si el mismo se hará completamente con el traspaso de los fondos desde el Estado Nacional.

En materia de obras públicas, el Gobierno de la Ciudad prevé inversiones por $17.800 millones, repartidos entre obras para la línea H del Subte y la renovación de formaciones, la construcción de nuevas redes de Metrobús, bicisendas y obras viales; obras hidráulicas – principalmente la del Arroyo Vega -; tratamiento de residuos y trabajos de recuperación y mantenimiento en escuelas y hospitales, entre otras.

De los $1.800 millones previstos para obras de viviendas, 835 millones se los llevarán la construcción de la Villa Olímpica para los Juegos de la Juventud, que se desarrollarán durante el 2018 en Buenos Aires.

Entre los puntos oscuros del nuevo Presupuesto, se encuentra el nuevo aumento en la presión impositiva. Se prevé un aumento promedio del 26% en el ABL, pero las alzas pueden llegar hasta el 38%. De todos modos, los incrementos se encuentran muy por debajo de “impuestazos” de años anteriores.

En tanto, las patentes de los automóviles registrarán un incremento del 27%, y los Ingresos Brutos, que representa el 68,3% del total de la recaudación, y el Impuesto a los Sellos no sufrirán variaciones.

Por otra parte, nuevamente el presupuesto porteño contempla un recorte de $348 millones en las partidas destinadas al Hospital Garrahan, cuyo financiamiento depende en partes iguales de la Nación y de la Ciudad. Los trabajadores del centro médico y legisladores opositores denunciaron que con este nuevo recorte se deberán restringir obras en marcha y las compras de nuevo equipamiento.

En los cinco años anteriores, la gestión macrista ya suma una deuda de 550 millones de pesos con el hospital.

Camino allanado

Más allá de los bemoles para la aprobación del Presupuesto 2016, está claro que la gestión de Horacio Rodríguez Larreta comienza con el viento a favor. Su triunfo en el ballotage, sumado al de la ex vicejefa porteña María Eugenia Vidal como gobernadora de la provincia de Buenos Aires y, fundamentalmente, la llegada a la Presidencia de la Nación de Mauricio Macri, otorgan al nuevo Jefe de Gobierno un respaldo político inédito, al menos desde la autonomía de la Ciudad.

Si Macri recurrió en repetidas ocasiones a responsabilizar al Gobierno nacional por lo que no había podido, sabido o querido hacer durante su gestión y por una serie de supuestos obstáculos, Rodríguez Larreta no podrá apelar a su argumento.

En poco más de 20 días al frente del Ejecutivo nacional, Macri ya apareció junto al Jefe de Gobierno porteño en la inauguración de nuevas estaciones de la línea H del Subte y en la firma del traspaso de parte de la Policía Federal.

En tanto, en el Poder Legislativo, el nuevo mandatario comunal también goza de una situación privilegiada. Si bien el PRO no alcanzó la mayoría, tiene una primera minoría consolidada de 28 diputados, a sólo tres del quórum propio.

La bancada la encabeza el diputado Francisco Quintana. El mayor número también le permite ubicar, como es costumbre, a la vicepresidenta primera de la Legislatura (tercera en la línea sucesoria, por detrás de Rodríguez Larreta y el vicejefe Diego Santilli), que recayó en la ex titular del bloque oficialista, Carmen Polledo. Las otras dos vicepresidencias le corresponden a la kirchnerista María Rosa Muiños y al socialista Roy Cortina.

Las chances de aprobar leyes mediante negociaciones con otros bloque son hoy más favorables que nunca, por lo señalado antes: la tercera minoría la compone el interbloque ECO, conformado por Suma+ (la UCR, más propios de Lousteau, con 6 diputados) y la Coalición Cívica-ARI (dos legisladores), socios de Cambiemos a nivel nacional, a los que se agregan los legisladores del Partido Socialista (dos bancas) y del Socialismo Auténtico (una). También Confianza Pública, de Graciela Ocaña, con tres diputados, se ha mostrado cercana a los designios del macrismo.

La postura de oposición más definida corresponderá al Frente para la Victoria, con un bloque de doce miembros, encabezado por el ex ministro de Trabajo Carlos Tomada. A ellos se suma el legislador Claudio Palmeyro del monobloque Sindical Peronista. El resto lo componen dos legisladores del Frente de Izquierda y los Trabajadores, uno del Frente Renovador, uno de Bien Común y uno de Autodeterminación y Libertad.

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