“De nuestra decisión depende la continuidad de la vida en la Tierra”, plantea el llamado de las mujeres del mundo a sumarse al Paro Internacional de Mujeres. En más de 30 países las mujeres haremos huelga el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, porque “estamos hartas de la violencia física, económica, verbal y/o moral dirigida contra nosotras. No la vamos a tolerar pasivamente”.
Por Mariana Vaccaro
El paro internacional de mujeres se está organizando desde octubre del año pasado, en diversos países. Todas las mujeres que participan en su planificación lo hacen ad honorem, en solidaridad con las demás.
Tomando como ejemplo a las islandesas en 1975, las polacas realizaron un paro para frenar el plan para criminalizar el aborto voluntario e involuntario, el 3 de octubre pasado. El gobierno dio de baja inmediatamente el cambio en la legislación.
En el mismo mes, las coreanas hicieron huelga y luego las argentinas reaccionaron con paros de una hora por la crueldad de los femicidios y la brutal represión que sufrieron en el Encuentro Nacional de Mujeres. Desde entonces se fue conformando la plataforma del Paro Internacional de Mujeres.
Durante los últimos años la violencia contra las mujeres tomó mayor visibilidad mediática, las marchas de Ni Una Menos generaron mayor sensibilidad acerca del problema social y esto produjo presión sobre el rol del Estado en la defensa de estos derechos, que están establecidos en tratados internacionales de jerarquía constitucional.
En este contexto, las movilizaciones de mujeres no han mermado. Según nos explica María de los Ángeles Roberto – profesora en Letras, miembro de “Madres Víctimas de Trata” y organizadora del Paro Internacional de Mujeres – “el hecho de que haya una mayor difusión hizo a muchas mujeres tomar conciencia de que es una problemática social y no individual y por eso decidieron salir a la calle. Además, hay casos que ni siquiera se visibilizan pero que son también producto de la violencia machista. En la Asamblea de ayer (17 de febrero), en la ciudad de Buenos Aires, una de las oradoras fue una mujer que es madre de un chico abusado sexualmente.
María de los Ángeles, en representación de todas las organizadoras, pidió que una de las consignas para llevar al reclamo fuera la del abuso sexual infantil, una de cada cinco niñas y uno de cada trece niños ha sido víctima de abuso sexual infantil. “Si estas cuestiones se mantienen ocultas e invisibilizadas, no se puede prevenir ni ayudar a las víctimas” sostiene.
“Por otra parte, el hecho de que haya ley de protección integral a las mujeres, no significa que esa ley se cumpla en todos los casos. En el interior del país es mucho más difícil hacer el acompañamiento a una mujer víctima de violencia porque no todas las provincias tienen Oficina de Violencia Doméstica y la Policía y los agentes estatales re-victimizan a la mujer que denuncia, a tal punto, que la mujer desiste de hacerlo”.
En otros países de América latina – indica María de los Ángeles – la situación es aún peor porque no tienen sancionada una ley con la figura del femicidio. “En Alemania, en diciembre de 2016, en una misma semana, dos mujeres fueron rociadas con combustible y prendidas fuego por sus exparejas. En este sentido, tenemos muchos datos e historias de mujeres recolectadas desde cada uno de los países que integran el Paro Internacional de Mujeres” asegura.
En Argentina, Australia, Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, la República Checa, Ecuador, Finlandia, Inglaterra, Francia, Alemania, Guatemala, Honduras, Islandia, Irlanda del Norte, la República de Irlanda, Israel, Italia, México, Nicaragua, Perú, Polonia, Rusia, Salvador, Escocia, Corea del Sur, Suecia, Togo, Turquía, Uruguay y Estados Unidos se llama a hacer:
– Paro total, paro en el trabajo o en las tareas domésticas y en los roles sociales como cuidadoras durante la jornada completa.
– Paro de tiempo parcial parando la producción/trabajo por 1 o 2 horas.
– En caso de que no puedas parar en tu trabajo: usar elementos color negro o violeta como ropa, cintas o cualquier elemento que decidas.
El llamado general reclama al Poder Ejecutivo de cada nación políticas públicas que con acciones concretas prevengan y erradiquen la violencia de género.
“Exigimos que nuestros gobiernos dejen de usar insultos misóginos y empiecen a tomar medidas reales para resolver numerosos problemas relacionados con nosotras: nuestra seguridad, acceso gratuito a la atención médica (incluyendo los derechos reproductivos), el establecimiento y aplicación de graves sanciones legales a criminales en casos de violación, violencia en el hogar y de todo tipo de crimen de género que sufrimos cada vez más, así como el cumplimiento de la secularización de nuestros Estados. Antes que las condiciones biológicas femeninas que poseemos somos, sobre todo, seres humanos. Como ciudadanas conscientes, nosotras, las mujeres, sabemos que el mundo está pasando por una fase de crisis pero no aceptamos ser víctimas de ella. Tomen nota, gobernadores de nuestros países: sean maduros y aborden los problemas del mundo de una manera directa, pacífica y sin daño hacia nosotras”.
A este manifiesto se le agregan reclamos particulares en cada país. El de Argentina sostiene:
“Argentina, al igual que toda América latina, atraviesa por una fase de restauración conservadora al mando del gobierno autoritario y neoliberal de Mauricio Macri. Para reconcentrar el capital y restaurar los privilegios de las oligarquías dominantes, arrasando con los derechos adquiridos por clases trabajadoras y minorías, y porque hasta hace un año teníamos a una presidenta mujer, en los últimos años la reacción conservadora fomentó una ola de misoginia y racismo, especialmente visible en la promoción mediática del fenómeno social del femicidio.
Esta guerra contra lo femenino (especialmente dramática para las mujeres originarias y migrantes) deriva en casos aberrantes de femicidio pero también en hechos terribles de violencia institucional. Una mujer es asesinada cada 26 horas en la Argentina. Hay seis mujeres de pueblos originarios presas políticas. Otras, muchas, están presas por abortar, por defenderse legítimamente de sus agresores o por no haber podido defender a sus niños frente a aquellos. En el caso de la comunidad trans, se trata directamente de un genocidio institucional.
Por todas estas razones, y como el Estado es responsable por la falta de acciones para prevenir la violencia contra las mujeres y proteger a las víctimas, desde el año 2015 las mujeres argentinas venimos construyendo un movimiento horizontal, transversal y popular bajo la consigna de Ni Una Menos, que ha crecido exponencialmente en nuestro país y ha ocupado toda la región”.
Se resaltan como consignas urgentes:
– Basta de femicidios y travesticidios
– Basta de precarización laboral
– Aborto Legal Seguro y gratuito
– Implementación de la Ley de Educación Sexual Integral
– Separación Iglesia-Estado
– No a la trata
– Basta de persecución a migrantes
– Libertad a Milagro Sala y compañeras presas políticas
– Desprocesamiento a todas las luchadoras populares
– Dignidad y fin de tratos inhumanos a las compañeras presas
– Socialización de tareas domésticas y de cuidado
– Jubilación para amas de casa
– A igual trabajo, igual salario
– Financiamiento para los programas de prevención de la violencia contra las mujeres y protección de las víctimas
– Mayores licencias laborales por maternidad y paternidad, y por violencia de género.
Las movilizaciones son cada vez más, el número de mujeres que participa aumenta, pero los reclamos son los mismos porque aún no fueron resueltos.
“Constituimos más de la mitad de la población del mundo y sabemos que el poder está en nuestras manos. No se olviden de que de nuestra decisión depende la continuidad de la vida en la Tierra.”
Toda la información del Paro Internacional de Mujeres es publicada en castellano e inglés en la web oficial (http://parodemujeres.com/).
Los datos específicos y organización de Argentina se pueden encontrar en el Facebook “Paro Internacional de Mujeres Argentina” (https://www.facebook.com/ParoInternacionaldeMujeresArgentina/)